Capítulo 9: NO DEBI VENIR

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--- Jacob. Cálmate, no es lo que parece -me dijo muy serio.

¿Qué no era lo que parecía? Venga ya. ¿Me estaban tomando por idiota o qué? Habían dado cobijo a una maldita asesina y encima la protegían. ¿Se estaban riendo de mí? Vamos a reírnos del despechado a ver si se tira por un puente de una vez. Edward me leyó la mente y puso mala cara al enterarse de mi idea de entrar en la casa y arrancarle la maldita cabeza a esa sirenita.

--- Sí, la estamos protegiendo pero no ha matado a nadie. No es una asesina como tu dices -dijo pacientemente-. Si entras a casa y nos dejas explicártelo verás que estás cometiendo una estupidez.

Venga ya, claro que iba a entrar a la casa pero para cargarme a ese monstruo. Bella no dejaba de mirar de un lado a otro sin saber de qué iba todo esto.

--- ¿Me podéis explicar qué está pasando? -dijo poniéndose cada vez más nerviosa.

--- Jacob ha venido a matar a Ambre porque piensa que es una asesina -dijo muy serio.

Su mirada no se apartaba de mí. Se había situado enfrente de la puerta, barrándome el paso. ¿Tan seguro estaba que no saltaría sobre él? Ganas no me faltaban.

--- ¿Qué? ¿Por qué piensas eso? -preguntó extrañada dirigiéndose a mí.

--- Vuestra querida amiguita anoche asesino a un hombre de la reserva. Lo encontraron en la playa empapado y adivina que olor estaba impregnado en el cadáver - dije.

Bella abrió mucho los ojos. Parecía que se le fueran a salir de las órbitas. Miró horrorizada a Edward comprendiéndolo todo.

--- Exacto, olor a sirena.

--- ¿Qué? -escuché que alguien decía desde la puerta-. Edward aparta.

Me quedé paralizado. Jamás había escuchado una voz tan pura y cristalina. No se parecía en nada a la de los vampiros. Era mucho más suave y atrayente.

El vampiro me dio la espalda y pareció tener una conversación silenciosa con la dueña de esa voz. Al final ganó la desconocida. Edward se apartó de la puerta dejando ver a una chica impresionante. Jamás había visto una belleza igual. Ni las vampiresas más hermosas, ni las actrices y modelos más guapas podían compararse con ella. Su cabellera rubia caía en leves ondas. Su piel blanca y ligeramente rosada no mostraba ninguna marca.

La repasé de pies a cabeza, pero cuando llegué a sus ojos no pude pasar de ahí. Noté como todos los hilos que me mantenían sujeto a la tierra: mi amor por la chica vampiro, mi profunda lealtad a la manada y a mis amigos, el aprecio a mis seres queridos, el odio a mis enemigos, la mismísima gravedad. Todos se cortaban con un gran tijeretazo. Pero ahora los sustituían nuevos hilos, miles, y ya no eran hilos eran cables de acero irrompibles que me unían a ella. Una fuerza que me recordaba a la orden de un alfa me obligó a arrodillarme, pero no me resistí. De hecho, no quería resistirme.

Por fin había encontrado a mi alma gemela y no tenía ni idea de quién era. Yo no lo sabia en ese momento pero acababa de ver por primera vez a Ambre Walker, la sirena a quién se suponía que había ido a matar. Y me había imprimado de ella. ¿Irónico? Desde luego.

Mareas Misteriosas {#Libro 1} [EDITANDO]Where stories live. Discover now