Capítulo 24: Sorpresas.

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No me había quitado a esa extraña mujer de Ports Ángeles de la cabeza. Las preguntas venían cada dos por tres a mi mente. ¿Cómo sabía quién era? ¿Me conocería? ¿Era una aliada o una enemiga? Tenía ganas de volver a verla para que me aclarara todas esas dudas. Me levanté de la cama y, después de arreglarme, bajé las escaleras. Era jueves habían pasado tres días desde nuestra visita a Ports Ángeles. Matt no se acordaba de nada, ni de su insinuación, ni de su intento de agredirnos. Mariam había hecho un muy buen trabajo borrando sus recuerdos de mí ese día.

En el piso de abajo estaba toda la familia alrededor del televisor.

>> Anoche desaparecieron algunos miembros de la tripulación de un pequeño barco pesquero. Las autoridades no tienen ninguna pista sobre las extrañas desapariciones en alta mar. El número de desaparecidos es de cinco personas, todos ellos hombres de entre 25 y 30 años<<

Me estremecí al escuchar la noticia. No iban a parar. No hasta que tuvieran lo que buscaban, es decir a mí.

--- No pararán.

Todos posaron los ojos sobre mí con preocupación. Bajé la mirada, todo era culpa mía. Todo. Nadie dijo nada en un buen rato. Entonces, noté como unos brazos fríos y duros me rodeaban y me abrazaban fuertemente. Bella me intentaba reconfortar. Sonreí ante su intento, ella me devolvió la sonrisa. En poco tiempo nos habíamos unido mucho. Me aparté suavemente y me acerqué al sofá donde estaban sentados Jacob, Mariam y Alice.

Nos fuimos al instituto en silencio. El día pasó muy largo y, para colmo, al salir me encontré a Melanie hablando con Jake. Al verlos apreté los dientes.

--- Deberías decirle lo que sientes - me susurro Mariam al ver mi reacción.

--- No puedo, ¿y si luego me vínculo con otra persona? Él sufriría mucho. No, tengo que esperar para ver si él es el idóneo para -dije firmemente.

--- La vinculación es tan rara como la imprimación, pueden pasar siglos hasta que te pase. Tienes el ejemplo de tu madre.

No respondí. Al llegar a casa subí corriendo a mi habitación. Esa noche iríamos todos a La Push. Y con todos me refiero a Jacob, Mariam, Seth, Nessie y yo. Iban a hacer una fogata y cenaríamos allí.

Me duché y me metí en el vestidor. Cogí mi blusa azul favorita, unos pantalones blancos y unas manoletinas negras. Me lo puse y luego volví al baño a arreglarme la melena. Me la sequé a toda velocidad y me dejé mi rizo natural. Lo tenía muy largo, ya me llegaba por la cadera. Sonreí, me encantaba mi cabello de oro, encajaba a la perfección con mis ojos azules. Bajé las escaleras y cogí mi abrigo negro, cortesía de Alice. Mariam ya estaba lista. Se había dejado el pelo suelto y liso. Llevaba una sudadera roja, unos vaqueros ajustados y unas zapatillas blancas. Luego llegó Nessie acompañada de su imprimado. Sonreí al verla, había crecido bastante en poco tiempo aparentaba la edad de una niña de nueve años a pesar de que tenía solo dos. Nos subimos todos al Golf de Jake. Yo insistí en llevarme el Volvo pero Jake se negó en rotundo y al final nos fuimos todos en el suyo.

Al llegar allí saludé a todo el mundo. Presenté a Mariam a la manada. Les aseguré que no era peligrosa y finalmente la aceptaron resignados. Me sorprendió lo rápido que se ganó el corazón de todos. Vi a Billy y me acerqué a saludarlo.

--- Buenas noches.

--- Hola Ambre. Hoy hace una noche preciosa. ¿Te animas a cantar con nosotros en la hoguera? -preguntó ilusionado.

Al ver su cara de suplica me eché a reír y acepté.

--- Vamos.

Arrastré la silla al lado de la hoguera. Allí vi una guitarra preciosa.

Mareas Misteriosas {#Libro 1} [EDITANDO]Where stories live. Discover now