Capítulo 16: Mariam

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Espero que os guste este capítulo. Lo dedico a una buena amiga mía que me a ayudado a inspirarme en este nuevo personaje que además lleva su nombre, también me ayudó a decidirme con el título del libro así que le estoy muy agradecida por ambas cosas.

Espero que os guste. Si es así ya sabéis: votad y comentad.

¡¡¡Besos!!!

Era de noche y había una fría niebla a mi alrededor. Estaba en medio del bosque. Caminaba sin rumbo, no era capaz de ver más allá. Un fuerte viento se levantó y de pronto la niebla se despejó. Pude ver un claro a pocos metros de mí, iluminado con la tenue luz de la Luna. Me dirigí hacia él  huyendo de la oscuridad y, entonces, vi a mi madre. De pronto, de su sombra apareció una espada y atravesó su corazón. Ella cayó al suelo muerta. Grité intentando ayudarla, corrí hacia ella pero nunca llegaba a su lado. A lo lejos se oyó un aullido y de entre los árboles apareció un lobo rojizo. Éste, al ver el cuerpo sin vida, se dirigió hacia allí corriendo. Se sentó a su lado y la envolvió con todo su cuerpo, como intentando devolverle la calor que tenía. Su rostro estaba deformado por el profundo dolor que sentía por la muerte de mi madre. Quería consolarle pero mi voz no salía.

De golpe, mis pies llegaron hasta ellos y vi el rostro del cadáver. Entonces lo comprendí, la muerta no era mi madre sino yo y el lobo rojizo no era un lobo normal, era Jacob transformado que lloraba mi muerte.

Me desperté temblorosa. Era la primera pesadilla que tenía en mucho tiempo. Pero no lo entendía, ¿por qué ver a Jacob afligido me importaba tanto? ¿Qué me estaba pasando?

Miré el reloj digital de la mesita, las 05:30h. Sabía que no conseguiría de nuevo sumergirme en el sueño así que me vestí y salí disparada por la ventana en dirección a la playa de La Push. Hacía tiempo que no me daba un buen baño en esas aguas tan frías que adoraba. Crucé el bosque sin encontrarme a nadie. Hubiera sido raro que eso pasará, pues escondí mi latido y olor para que los metamorfos no me sintieran. Hacia una preciosa noche de luna menguante, los días de luna llena habían pasado así que no había peligro. Me desnudé al llegar a la arena y corrí al agua. Estábamos en invierno pero no me importaba, el frío era parte de mí, me había criado en las aguas más frías.

Noté como las piernas se me iban uniendo y la piel de esa zona se me volvía escamosa. En menos de un segundo volví a ser una sirena. Chapoteé un poco y luego me sumergí en el agua durante mucho tiempo, nadando y mirando los peces que había. Sentir la humedad y dejar que mi parte más animal me tomara era algo inigualable. Luego, cuando me cansé, volví a la superficie y empecé a mirar la Luna. Quedaba un buen rato hasta que amaneciera así que aún tenía mucho tiempo. Miré a mi alrededor para asegurarme que no había nadie y empecé a cantar. La música era algo grabado en nuestra sangre, convivimos con ella, sentíamos su aliento. Era mágico. No tenía que afinar la voz ni ejercitarla, ya la tenía afinada.

Estuve un rato así hasta que escuché que otra voz se unía a mi canción. Me sobresalté y paré, al instante la voz dejó de cantar. Miré a mi alrededor, no había nadie. Me lo debía de estar imaginando. Volví a cantar y la voz se unió a mí. Sin dejar de cantar miré a mi alrededor. ¡Bingo! Ya sabía de donde venía. Me dirigí a las rocas y para mi sorpresa nada más llegar alguien conocido se me lanzó encima. Ambas nos hundimos en el agua por unos segundos hasta que me soltó y pude volver a emerger.

Debí imaginarme que era ella. Solo ella podía competir conmigo en canto. Mi habilidad era increíble, pero debía reconocer que Mariam era la mejor en ese campo, una auténtica manipuladora de mentes y la única capaz de inutilizar el influjo de nuestros cantos.

--- ¡Mariam! -exclamé nada más verla- ¿Qué haces aquí? Me has asustado.

--- Lo siento -dijo riendo-. No me he podido resistir. Vine hace un par de días pero como no tenía ropa esperé a que tu vinieras, sabía que llegaría un momento que te encontraría cantando aquí. Eres muy predecible.

--- Venga ya, ¿cómo si tú te pudieras resistir? El mar forma parte de nosotras -en ese momento caí en la cuenta. Si había llegado un par de días atrás, le había pillado de pleno la Luna llena, por lo tanto...-. mataste al hombre.

Ella bajó la mirada apenada y asintió.

--- No sabía que habría Luna llena y no logré controlarme -dijo. Juraría que iba a ponerse a llorar-. Lo siento tanto por ese hombre, empecé a cantar y ya no hubo marcha atrás. No pude parar.

Tenía lágrimas en los ojos. Me acerqué y la abracé. Sabía lo que sentía, yo lo había sentido, 15 personas había matado antes de lograr controlarme en Luna llena, y por lo tanto sabía lo mucho que Sufrirás y lo sucia que te sentías. Fue por esa razón que me sometí al ritual de Vivian, para lograr controlarme.

--- ¿Vivian no te ha sometido a ti? -le pregunté. Ella negó la cabeza.

--- Dice que es demasiado doloroso y no sabe si podré sobrevivir a eso, no quiere jugársela. Sabe que no todas somos como tú. No todas lo soportamos. Se lo he suplicado mil veces, pero nada, no se arriesgará a perder a su única hija, prefiere que siga matando.

Típico de Vivian. Me costó mucho convencerla de que lo hiciera conmigo y aunque lo aguanté, no sabía si Mariam lo aguantaría también.

--- Será mejor que te lleve a casa, no dejaré que te quedes aquí. No te preocupes encontraremos la manera y sino siempre podemos utilizar el método antiguo: encadenarte hasta la mañana siguiente -esbocé una sonrisa y ella me la devolvió mientras se secaba las lágrimas.

Nadamos hasta la costa y allí nos arrastramos hasta salir del agua para cambiar la aleta por un par de piernas. Me vestí y le dejé mi abrigo para que no fuera desnuda.

Solo faltaba un detalle, convencer a mi familia para que la dejasen quedarse un tiempo y a los metamorfos para que no la matasen.

Mareas Misteriosas {#Libro 1} [EDITANDO]Where stories live. Discover now