[ Atado a ti ] (GolFred/Golddy) [Historia En Modificación: En Proceso]

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    Al día siguiente en la mañana Freddy estaba en la cocina preparando comida como solía hacer en las mañanas cuando aún vivía con su familia y hermano, vestía una playera a raya junto a una falda rosa por petición del rubio, solo así pudo recuperar sus peluches. Escucho unos pasos provenientes del pasillo, no se molestó en darse la vuelta pues suponía que era su Daddy.

   Y efectivamente, el rubio recién entro a la cocina y en cuanto vio a su niño se acercó y abrazo su cintura con cariño, no fue apartado de ninguna forma, ambos parecían disfrutar del gentil contacto, se sentía bien, Freddy ya no se sentía tan precionado como antes que tenía que estudiar y trabajar o preocuparse por el dinero, ahora podía tomarse un suspiro a pesar de lo que ocurrió ayer, sabía que su mayor no le reclamaría eso. Se mantuvieron en esa posición unos minutos, ambos cerraron los ojos para disfrutar más el ambiente, se separaron cuando una sirviente entro al lugar haciendo ruido.

—Disculpen—dijo la chica.

—No te preocupes—tomo la mano del castaño—Vamos Freddy—

   Lo llevo al comedor dónde ambos se sentaron en sus respectivos lugares, iban a esperar a su hermanos pero como estos no llegaban Freddy empezó a preocuparse por algo que le hubiera pasado.

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    Mientras tanto en la habitación de la otra pareja, Fred recién estaba despertando, abrió sus ojos lentamente y lo primero que vio fue un pecho fuerte y blanco, alzó la mirada topandose con el albino, los recuerdos de la anterior noche llegaron a su cabeza, al principio se sintió mal por la mala experiencia que le hizo vivir al castaño y cuando recordó el sexo de ayer sus mejillas se tornaron rojas, había disfrutado todo, su cuerpo había adaptado el dolor de la penetración para luego transformarlo en placer y eso lo hacía sentir culpable.

    Bajo una de sus manos hasta su cadera, sentía pinchazos en su espalda baja, trato de levantarse pero su contrario lo tenía bien sujeto por lo que fue imposible, no importaba que tanto se moviera no lo soltaba, al final se quedó quieto porque no tenía suficiente fuerza y por el dolor que sentía su cuerpo en la parte inferior. Se quedó así un rato esperando que el otro despertara, volvió a cerrar sus ojos y se acurruco entre los brazos del mayor, disfrutaba su calidez y aquel olor a colonia cara, había trabajado en una perfumería así que conocía la marca y era una de las más costosas.

    Antes de que pudiera conciliar el sueño nuevamente, su contrario se removió, tal vez ya estaba despertando, Gold se estiró soltando lo que tenía en brazos, luego bajo la mirada dónde se topo con los bellos ojos plateados del azabache.

—Buenos días bebé, ¿Cómo dormiste?—coloco un cabello negro tras la oreja del dueño.

—B-Bien Daddy—decirle así cada vez se hacía más normal y después de lo de ayer de algún modo no era tan incómodo.

    Gold le sonrió y se levantó de la cama siendo seguido por la constante mirada de Fred, este veía su cuerpo embelesado por su muy bien definida figura, también se percató de unos arañazos en su piel.

—Eso—señalo su espalda.

—¿Mmm?—volteo a verlo y luego dirigio su vista dónde Fred señalo—Eso... Debería cortarte las uñas—su comentario le provocó un sonrojo al chico, por su parte él fue al armario a buscar ropa, se colocó una camisa rojo vino, un pantalón de vestir mostaza y unos zapatos negros, posteriormente se puso un poco de colonia.

—¿Millons?—pregunto el menor para confirmar su intuición.

—Parece que sabes de estás cosas—se dirigió a otro ropero para encontrar algo adecuado para su baby.