[ Atado a ti ] (GolFred/Golddy) [Historia En Modificación: En Proceso]

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    Al día siguiente luego del parque la tensión entre él albino y el azabache había regresado, pero no por razones de quién podía más sobre el otro, todo el día anterior habían tenido situaciones sexuales y en la noche solo durmieron, Fred sabía que el mayor estaba molesto, suponía que era por lo que pasó con los tipos pero no sé animaba a preguntar, su mente estaba hecha un lío y no sabía que decir, los cosquilleos le deban en la entrepierna al recordar las nalgadas y los mordiscos lo que provocaba más incomodidad.

    En un momento del día Golden estaba en la puerta y vio al azabache en la sala muy pensativo, se le acerco hasta quedar en la cabezera, el chico al verlo se sentó y le alzó el dedo de en medio como de costumbre.

— Bueno... —el rubio suspiro—La secretaria de Gold no podrá venir hasta más tarde y yo tengo que salir ahora, ¿Podrías entregarle estos documentos?—le entrego una carpeta con dichos papeles.

—¿Que soy?, ¿Tu jodida sirvienta?—frunció el ceño—Yo no hago esas mierdas, pídeselo a tu guardería y déjame en paz—

—No sé cómo Gold te soporta—murmuro sin ser escuchado por el otro—Te lo pido como un favor rápido... Tu sabes que no le gusta que falten documentos importantes, se pondrá de mal humor si no tiene esto...—el otro aún parecía indiferente—Te va a castigar si le digo que te lo pedí pero tú no quisiste, además de que dijiste grocerias, ¿Cómo crees que te irá?—

—Hijo de puta—magullo—Bien, dame eso—le arrebató los papeles—Se los daré pero si le dices algo te castro—

   Golden le sonrió y se fue, realmente no sabía que tenía ese chico como para que el albino lo soportará, además de que era raro que no estuviera con el, usualmente lo mantenía en la oficina hasta que estuviera libre, había llevado todo su trabajo a casa solo para vijilarlo y que ahora estuviera fuera le parecía raro. Mientras tanto Fred había ido a la oficina, abrió la puerta e ingreso, se acercó al escritorio y dejo los papeles.

—Golden dijo que le diera esto—extendio los documentos al más alto.

—Gracias principe—tomo los documentos y lo ojeo, el azabache ya se iba a ir pero lo detuvo—Hey, ven acá—le tomo de la mano y lo jalo hasta sentarlo en sus piernas—Te ves muy lindo hoy—

—Daddy por favor déjeme ir, usted vio que no hize nada malo en la feria—

—Por esa razón puedes estar en la casa a tus anchas—metio su mano bajo el camisón del azabache—Pero estoy molesto... Seguro ese tipo te toco aunque no me lo quieras decir, igual si es verdad no amerita un castigo—subio hasta los pezones dónde pellizco uno.

—¡Agh!—le había enterrado un poco la uña—Daddy... No me tocaron—precisamente por eso se había ido a la sala, ya sabía que pasaría si estaban solos.

   Tal vez esto rompa su progreso pero quería irse, le dió un codazo logrando que lo soltará, se levantó y corrio, antes de que si quiera alcanzara el escritorio fue jalado bruscamente del cuello del camisón, termino de rodillas en el suelo, maldijo internamente esto tenía que ser una broma.

—Eso te va a costar caro—tomo su cabello y lo jalo con fuerza, lo escucho quejarse—Sientate en mis piernas—lo arrojo al piso y luego cruzo los brazos—Tu sabes que pasará si no obedeces—

—Pero... —

—¡Ahora!—el alzarle la voz le había asustado.

   Con sus piernas temblorosas se levantó, iba a subirse sobre su regazo pero le dieron la vuelta para que le diera la espalda, lo ayudo a subir dejando cada pierna al costado de su cadera, desde ese ángulo podía sentir algo rozar con trasero, estaba asustado de lo que pasaría ahora.