Capítulo 36 - Te he extrañado

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ALANNA's pov

Me adentré un poco más en el cuarto, John quería decirme algo. Por alguna razón sentí nervios.

—¿Es verdad? —preguntó mientras se acomodaba en la cama.

—¿Qué?

—Que Frank fue el que te trajo.

Sonreí de lado e incliné un poco la cabeza.

—Sí, es verdad John ¿Por qué estaría mintiendo?

—Bueno, porque él desapareció de nuestras vidas hace un buen tiempo como para que venga a buscarte de nuevo.

—Oh no no no —lo detuve—, el no me buscó, simplemente me vio por accidente y eso es todo.

—Pero eso no quita que me haga sentir mal —vi cómo le dio el último sorbo a su té.

—Cuidado, te quemarás.

—Ya no está tan caliente.

Guardamos silencio por unos segundos.

—Mira John —me senté a la orilla de la cama mirándolo fijamente—...no tienes por qué sentirte mal. Fue mi culpa, debí correr más rápido. ¡Al contrario! Creo que me ayudaste mucho a recordar cuando tenía diecisiete y me encantó salir contigo otra vez. Simplemente, se salió de nuestras manos.

John me miró, pero no dijo nada. Era como si estuviera pensando qué decirme y a la vez esperando a que siguiera hablando.

—Creeme que me asusté cuando no te encontraba. Creí que te habías perdido, que estabas tirada en algún lugar o que te habían secuestrado.

—Nada de eso John —sonreí—, estoy bien. Gracias por este día —me levanté y le di un beso en la frente—, estaré en la sala, si necesitas algo sólo llámame.

Me sonrió y asintió con la cabeza.

Salí del cuarto y me senté en un sofá de la sala. George y Ringo estaban recargados el uno con el otro mientras veían una película. Paul estaba aparte en un sillón y mi madre estaba en su cuarto.
Me senté a la otra orilla del sillón donde estaba Paul.

—¿Está bien? —preguntó.

—¿John?... Sí, está bien.

—¿Qué quería? —dijo después de una pausa.

—Disculparse por lo ocurrido, en serio estaba preocupado.

—¿Y crees que yo no? —el tono en que lo dijo me hizo pensar que estaba enojado.

—Yo jamás dije que tú no... Estamos hablando de John ¿No?

Me miró y regresó su vista al televisor.

—Tienes razón, es mejor irme.

—P-Paul... Yo no pedí que te fueras.

—No Alanna, tranquila, ya es tarde y no puedo dejar mi casa sola.

Tomó su saco y estrujó el cabello de George.

—¿Te acompaño? —pregunté impulsivamente.

No respondió de inmediato.

—No, no, está bien, estoy bien. Te veré pronto ¿Sí?

—Está bien —dije seria.

Paul salió, lo sentía extraño, yo me sentía extraña con él, pero no sabía por qué. 

[HORAS DESPUÉS]

JOHN's pov.

Abrí los ojos. Todo estaba oscuro y tan tranquilo a la vez. Sentí como si no estuviera en casa pero sí en el lugar correcto.
Sentía la nariz irritada y la garganta pesada, pero ya no me dolía la cabeza. Tomé mi saco, me levanté lentamente y salí de la habitación, todo estaba oscuro completamente, intenté caminar sin hacer ruido buscando la bolsa de Alanna para tomar mi cartera e irme a casa, pero eso era misión imposible, algo me decía que tenía que prender las luces porque la luz de la luna por la ventana no era de mucha ayuda.
De pronto sentí un golpe en mi pierna y una silla sonó bruscamente.

—Auch —dije en un susurro. Diez segundos después las luces se encendieron—. Gracias —comenté sonriendo.

—¿Qué haces John? —preguntó una Ally medio dormida.

—Estaba tratando de buscar tu bolsa para tomar mi cartera, pero gracias por prender las luces.

—¿Te irás?

—Sí Ally —dije estirando mi mano para alcanzar la bolsa al otro extremo de la mesa—, no voy a usar tu cama. Por cierto ¿Qué hora es?

—Es media noche. John no te puedes ir a esta hora, no traes coche y un taxi te cobrará carísimo.

—¿Si sabes quién soy? —le dije sacando mi cartera. Ella sólo torció su boca —Estaré bien Ally—le di un beso en la mejilla.

—Con mucho cuidado John... Mi mamá me matará.

—Sólo dile que no te diste cuenta cuando salí —le guiñé el ojo y salí de la casa.

La noche estaba helada, sinceramente sentía frío, y mucho, pero no quería quedarme en casa de Alanna.

¿A quién engaño? Deseaba quedarme, de hecho, detuve el paso y me giré en mi propio eje pensando en pasar la noche ahí, pero un dominio propio, extraño en mí, me controló.

Sabía que no debía de estar ahí, sabía que si me quedaba no iba a poder dormir y me quedaría platicando u observando a Ally.

Todavía la deseaba, pero me había ocasionado mucho dolor. Nadie me había hecho sufrir por amor como ella lo hizo. No la odiaba ¿Cómo podía odiarla?

Llegué a la esquina y esperé un taxi. Pero la calle estaba vacía, apenas y pasaban autos particulares.

—¡John!

Fruncí el ceño y rápidamente me volteé hacia esa voz.

—¿Ally? ¿Qué haces aquí? Está muy frío y no quiero que sean ahora dos enfermos.

—Se te olvidó algo.

Alto ahí impulso de decirle: "¿Un beso?"

—¿Qué?

Metió la mano a su ligera chamarra y sacó una hoja.

—Esto. Es tuyo y me lo pediste ésta tarde.

Abrí el papel...

Alucino cuando te veo pasar, vaya oh vaya,
Cuando suspiras se me encoge el alma,
Mariposas
¿Por qué soy tan tímido cuando estoy a tu lado?
Sólo es amor y nada más
¿Por qué tengo que sentirme así?
Es sólo amor y nada más
Pero es tan difícil amarte

¿Es justo que tengamos que pelearnos todas las noches?
Con sólo mirarte, la noche se vuelve clara,
Muy clara
¿No tengo derecho a reconciliarme contigo chica?
Sólo es amor y nada más
¿Por qué tengo que sentirme así?
Es sólo amor y nada más
Pero es tan difícil amarte
Sí, es tan difícil
Amarte, amarte, oh

Justo cuando terminé de leerla una gota de agua se implantó en la hoja. Miré al cielo y me di cuenta que tarde o temprano la lluvia se haría presente. 

Dirigí mi mirada a Ally. Quería que el momento se hiciera eterno, pero debía mandarla a casa. 

—Te he extrañado, los ocho días de la semana, de cada mes.  




Piénsalo, Dos Veces (II)Where stories live. Discover now