Piénsalo, Dos Veces (II)

Capítulo 42 - Misión

¡Hoy es 4 de diciembre! Dejaré este espacio para que comenten qué hecho Beatle sucedió un día como hoy.

Además, por esa misma razón, mañana habrá maratón 😁 (pero tienen que poner el suceso)

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PAUL's pov.

—¿Sobre Eight Days a Week? —preguntó John.

—Cualquiera que sea la canción que le estás dedicando.

—¿I don't want to spoil the party?

Reí.

—Esa es sobre ti y tu desamor... Pero allá afuera no dijiste que llevara dedicatoria.

—Bueno, sí la lleva —dijo encendiendo un cigarro.

—¿Cuál es la otra canción? —pregunté firme.

—Paul, por favor —se enojó—, jamás me has cuestionado sobre las canciones.

—¡Porque no hay necesidad!

—¿Y cuál es la necesidad ahora?

Hice una leve pausa.

—Quiero escuchar la melodía que le puso Alanna.

John me miró seriamente, casi no hizo ninguna expresión, además le habían robado las palabras.

—Es No reply McCartney... ¿Contento?

Se largó de ahí.

Esa canción no hablaba de amor, al contrario, el desamor fácilmente se palpaba.

Mis celos me estaban haciendo mal, pero ni siquiera me quería esforzar por controlarlos, además, John era capaz de guardarse esa canción para que fuera un éxito e ignoraría la firma Lennon/McCartney. No podía permitir que Alanna se dejará cautivar por esto.

Esa canción sería un éxito sin duda, por algo guardaba tanto esa pieza.

[DÍAS DESPUÉS]

JOHN's pov.

—¿Estamos a una semana de lanzar el álbum y me dices que aún faltan canciones? —Brian me regañó y le sonreí.

—Las acabo de encontrar.

—Damelas pues —dijo sentándose en la zona de controles.

—Emm —miré a Paul afinando su bajo dentro de la cabina de grabación, muy al pendiente de mí por cierto—... Mañana te las dará Ringo.

—¿Por qué mañana?

—Hoy las olvidó.

Brian suspiró.

—Anda pues John, ve a cantar Rock & Roll music.

Me adentré a la cabina y comenzamos a grabar.

Liverpool, Inglaterra. Noviembre 1964.

ALANNA's pov.

—Ten cuidado Alanna — indicó mi madre mientras me subía a una escalera.

—¿Por qué quisiste pintar la casa mamá?

—Quiero renovar algunas cosas para esta navidad, que mejor que un color blanco en las paredes.

Le sonreí.

—Bueno, entonces comencemos con el espíritu navideño.

—Mañana necesito que me ayudes a algo más.