Capítulo 38 - Este mismo taxi

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PAUL's pov

Miré con detalle el interior de esa casa, fruncí el ceño.
Estaba seguro de haber visto personas adentro.

ALANNA's pov.

—John, de cualquier manera nos vamos a mojar —dije deteniendo mi paso.

—Vamos Ally, sigamos caminando, encontraremos una forma de llegar a tu casa sin mojarnos.

Le sonreí.

—Mira a tu al rededor John... No hay nada que nos cubra para cruzar la calle.

—Está bien... —comenzó quitarse su saco.

—¿Qué haces?

—Yo te voy a cubrir —tosió—, pero hay que cruzar rápido Ally.

—No, claro que no —lo detuve y evité que pusiera el saco sobre mí—, estás enfermo John.

—Me lo han dicho muchas veces Ally, no es nuevo.

—Tu sabes a lo que me refiero. Estás resfriado y no quiero que termines en el hospital.

—Yo no voy a dejar que cruces bajo este aguacero.

—Y yo no voy a dejar que cruces sin saco.

—Entonces nos quedaremos aquí lo que resta de la madrugada.

Suspiré al ver como se recargaba en la pared.

—Johnny... Tú sí que eres terco —me acerqué a él—, quiero que te quedes aquí y que vayas a casa en un taxi.

John me miró por unos segundos.

JOHN's pov.

La solución era tomar un taxi ambos y dejar a Ally de paso, pero pensé seriamente en no sugerirlo.
Cada minuto con ella valía oro y con solo observarla era suficiente...

En ese momento recordé mi promesa con Paul. Me sentí triste por dentro, pero debía ya llevar a Ally a casa antes de que mi impulso de besarla ganara la batalla.

—¿Sabes qué podemos hacer? —le pregunté.

—¿Qué?

Di un mini suspiro.

—Los dos tomaremos el taxi, no será mucho dinero, tu casa y la mía no están muy lejos en carro.

Ally sonrió.

—Tenía un poco de duda en proponertelo.

—Aquí está Johnny para aclarar tus dudas nena.

PAUL's pov

Regresé al carro y lo encendí, estaba dispuesto a irme cuando vi por el retrovisor un taxi que se estacionó en la casa de Alanna. Fijé mi mirada y puse atención. 

Vi que ella bajó pero... al parecer alguien iba con ella, porque, además de haber tardado un poco en bajar, la sombra de esa persona delataba a un hombre. Arranqué y me fui de ahí con sospechas en mi mente. 

JOHN's pov.

Me despedí de ella y después le pedí al taxista que me llevara a mi casa.

—Perdón que me entrometa —habló el taxista y esperé a que prosiguiera—. ¿Ella es su novia?

Sonreí.

—No, no lo es.

—Lo siento, pensé que sí lo era.

—¿Parece mi novia?

—Pues... no quiero verme como entrometido pero, lo vi muy feliz con ella... Y...

Tardó en continuar con su frase.

—¿Y...?  

—Y... ¿Usted es John Lennon? 

No servía de nada negarlo cuando toda mi cara estaba al descubierto y mi voz la escuchaba claramente. 

—Sí. Lo soy. 

—Oh por Dios, simplemente no puedo creer que esté llevando a John Lennon  en mi taxi. 

Reí. 

—Apuesto a que me ha llevado más veces.

—¿Qué? ¿Cómo?

—Sí, cuando todavía no era famoso—reí—... ¿Le molesta que encienda un cigarro?

—No para nada, adelante.

—Dejó en pausa la conversación sobre mi amiga —le comenté con el cigarro en la boca.

—Oh, es verdad... ¿Qué le estaba diciendo?

—Que me vio muy feliz con ella y que parecíamos novios. 

—Es raro que usted, siendo John Lennon, se de la oportunidad de salir con alguien, de tomar un taxi con ella, y de despedirse con ese tono de voz. 

Al parecer el taxista no conocía a Alanna después de los escándalos que habían ocurrido. 

—La quiero mucho, es lo que pasa... y es lo único que puede pasar. 

Se detuvo en mi casa y le pagué. 

—Quisiera pedirle un autógrafo —dijo él justo cuando pensaba bajarme. 

—Oh, no traigo pluma ni nada...

—Tome, tome —me entregó una hoja—¿Puede dedicárselo a mi hija? Es muy fan de ustedes.

—¿Cómo se llama ella?

—Alanna. 

Detuve mi pulso en medio de la escritura y sonreí para mis adentros. 

"Te mando saludos con mucho cariño, gracias por todo el apoyo Alanna

-John Lennon (firma)" 

Sólo hay una Ally. Le entregué el autógrafo al hombre y salí del taxi deseándole buenas noches. 

Saqué la llave de mi saco, tiré el cigarro y me dispuse a abrir la puerta.

  —Johnny, ¿ya estás mejor?

Di media vuelta. 

—Paul, me asustaste. 

—Lo siento, no era mi intención.

—Estoy mejor, pero ya me voy a dormir —abrí la puerta—, hasta mañana. 

  —Y ¿cómo está Alanna?

Me detuve. 

—Está bien Paul, ella está bien. 

—¿Te dejó salir de su casa a esta hora? 

—Sí Paul —torcí los ojos—, acabo de levantarme, le rogué para que me dejara salir. 

—¿Y ella no salió? 

—No McCartney, ella no salió, no la dejé salir. Ya voy a dormir.

—Mmm, es extraño... la vi salir de éste mismo taxi.  

Piénsalo, Dos Veces (II)Where stories live. Discover now