Directo hacia la reina del bosque

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Caminamos por un camino de tierra entre los cultivos, había bastante gente en los campos trabajando, sin que se percataran mucho de nuestra presencia, llegamos a la entrada de la ciudad, la calle principal tenía una forma rara de espiral hacia arriba, de la cual se desviaban calles y callejones a diferentes direcciones, casas estrechas y altas, al principio veíamos casa de campesinos bastantes tristes y simples, cuando fuimos subiendo más, llegamos al que sería la zona de la burguesía, calles llenas de tiendas y puestos al aire libre, en esta zona habían gente claramente de compras o paseando, y se veían mas a doncellas de la nobleza. Seguimos caminando y nos encontramos con la zona de la nobleza, ya que sus casas eran más grandes, altas y completamente blancas, decoradas con preciosas flores en grandes ventanas o vistosas enredaderas, este camino nos llevo justamente a la entrada del castillo que era de madera, y la entrada se situaba en la corteza del árbol. Habían un par de soldados vigilando la entrada, una de las que nos escoltaban, dijo. -Traemos a unos intrusos y se lo llevamos a la reina para que ella tome un juicio sobre qué hacer con ellos.- Las vigilantes accedieron, se quitaron un guante como anteriormente y tocaron la puerta, esta cogió un resplandor especial y se abrió automáticamente.

Entramos maravillados por la sala, una sala enorme, con una alfombra roja hasta el trono, grandes columnas, y cortinas, habían una especie de ventanales enormes echas, cortando la corteza muy fina hasta dejar pasar luz y cubiertas por ámbar o brebajes que aumentaba la luz que entraba, le daba a la sala un precioso ambiente naranja. Nos acercamos hasta el trono donde vi a una mujer a sentada con desgana y pereza como si le diera igual, pero en cuanto vio que las soldados escoltaban a alguien corrigió su postura y se puso recta. Nos paramos enfrente de ella, entonces una soldado se adelanto y dijo. -Mi majestad Aphrodita, traemos a unos intrusos que vimos por los alrededores de la ciudad,nos parecieron sospechosos, los apresamos y se los trajimos hasta usted para que tomase una decisión sobre qué hacer con ellos-. Entonces me pareció que la reina, he de decir que era bastante guapa, me miro, ella al ver que le devolvía la mirada se sonrojo, miro hacia un lado, toso y se levanto hacia nosotros diciendo. -Yo soy Aphrodita ¿Quienes sois vosotros?¿Y a que habéis venido a hacer por aquí?-. Se paró en el ultimo escalón del trono y se puso en una pose sexy hacia adelante, pero con el rostro serio. 

Hermes, Heraldo del lagoWhere stories live. Discover now