37.

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—¿Alissa?

Mis ojos se abrieron ampliamente y dejé de tocar su brazo derecho acomodándome de nuevo en el asiento del copiloto.

¿Por qué había dicho mi nombre? Yo no existo ahora y el...

Lo vi sonreír como si estuviera loco y negó con la cabeza.

—No he dormido bien... —susurró pegando su frente al volante.

Tragué saliva y probé tocar su cara con mi mano provocando que él diese un salto y se pegase con el techo del carro.

Me sentía... lo que sea que estuviese haciendo lograba dar con el.

—Tú quieres dejarme ir, pero yo quiero despertar —dije apretando seguidamente los labios—. Tengo tu perdón, lo siento desde lo más profundo de tu alma pero de verdad, quiero quedarme.

Nathan suspiró y arrancó el carro a su destino.

Frenó en seco en cuanto alguien atravesó la calle estando en verde para los vehículos, afortunadamente no había nadie detrás de él así que no empezaría una serie de choques.

Nathan se bajó del vehículo preocupado. Atravesé el cofre yendo hacia la calle.

—Oye, ¿estás bien? —preguntó Nathan extendiendo su mano.

El otro chico golpeó la mano de Nathan y en cuanto giró quise que la tierra me tragara.

—¡¿Qué estás diciendo?! ¡Casi me atropellas imbécil!

Nathan frunció el ceño.

—Te atravesaste cuando no debías.

Tenía que ser Jackson.

—Los idiotas como tú abundan últimamente —le dijo Jackson parándose y cruzándose de brazos.

—Si no quieres que te pase eso espera tu turno para poder cruzar la calle —puntualizó Nathan caminando al coche.

Empecé a caminar también para meterme pero al escuchar a Jackson, tanto Nathan como yo nos detuvimos.

—Ese coche... ¿es del señor Lewin, no es así?

Nathan se giró.

—Imposible que conozcas a la familia Lewin, eres grosero y fastidioso —acotó Nathan.

Jackson sonrió.

—Te diré que... fui novio de Alissa.

Ay no.

Nathan frunció el ceño y apretó los puños mirándolo con odio, pero después respiró hondo y se tranquilizó.

—Por tu mirada puedo deducir que te gusta ella, ¿no?

Nathan dio media vuelta para irse pero el otro abrió la gran bocata:

—En la parte trasera intenté tener sexo con ella, se negó pero eso no impidió que la tocara. Estuve apunto de hacerla ceder.

Vi la cara de Nathan. Mis mejillas estaban rojas de la vergüenza y culpa tras ver la mirada rota que Nathan tenía en este momento.

Nathan giró únicamente su cabeza para verlo directamente.

—¿Y? —cuestionó él—. ¿Qué con eso? —achicó los ojos—. Eso no te hace ser más hombre.

—¿Me escuchas siquiera? Toqué a la chica que te gusta.

Nathan sonrió ligeramente y se metió al carro.

—Estoy junto a ella y eso me deja satisfecho —dijo antes de seguir caminando y meterse al carro.

—Ni siquiera me gustaba, solo intentaba...

Jackson se quitó de repente cuando Nathan aceleró inesperadamente logrando salir del camino.

—Cuidado, alguien podría atropellarte —siseó Nathan sonriéndole falsamente—. No me importa tu pasado con ella, yo soy su presente, grábatelo bien.

—Ella fue simple diversión.

—Tristemente nunca conseguirás a una buena chica que se quede en los buenos y malos momentos porque para ti, todas son un juego, así que no, no te equivoques. Eres un pobre chico que no se encuentra así mismo y vive falsamente ante la sociedad con su "popularidad" y "ego" elevado al cien —agregó Nathan con el carro estacionado a su lado y la ventana del conductor abajo—. No trates de ser alguien falso.

Y con eso Nathan arrancó el carro sin darle tiempo de responder.

Se que no estaba yo aquí y que por Nathan no hablaba, pero sentía como si me estuviese ignorando, triste e impotente por lo que Jackson le había dicho.

«Yo soy su presente».

Tiré de mis labios hacia arriba formando una pequeña sonrisa.

Giré a verlo, estaba más calmado y respiraba con tranquilidad. Nathan era muy comprensible y muy maduro, era especial, él era mi presente sin duda alguna, pero también quería que fuese...

—Mi futuro —susurré a la nada y vi a Nathan sonreír posiblemente recordando lo que le dijo a Jackson hace un rato.

El celular de Nathan vibró y contestó.

—¿Diga? —preguntó.

Apretó la mano que tenía en el volante con fuerza.

—Voy para allá —dijo sin más y tomó el retorno más cercano que encontró.

En el comaWhere stories live. Discover now