**Nuestros Recuerdos** Odanna x Aoi [Kakuriyo no yadomeshi

~Despedida~

A tempranas horas de la mañana algunos rayos de luz se posan sobre mí rostro, dándome la señal de que comenzaba amanecer.

Mi rutina diaria era levantarme, recoger él futon y....

-¡¿O...Odanna-sa...sama?!- mi sorpresa al verlo ahí sentado entre la puerta de mi habitación fue bastante grande, no había sido capaz de verlo y ahora se presentaba aquí justo frente a mi en mi habitación.

-Buenos días Aoi- en su rostro me dedicaba una bella sonrisa, pero sus ojos demostraban lo contrario.

-Odanna sama ocurre...-

-Solo quería venir a verte, ya que hace mucho que no estábamos a solas-

-.....- me sentía feliz de que se tomara un tiempo para querer verme, pero aun me inquietaba su comportamiento, de alguna forma no era usual.

-Oye Aoi, quisiera que me prepares él desayuno- rompiendo mis pensamientos le respondo de inmediato, creo que se dio cuenta que lo observaba.

-entonces espere un momento- le pedí que se sentara en otra parte, necesitaba cambiarme a lo cual solo se río.

Ya esta lista, pero mis nervios estaban brotando, hace tiempo que no cocinaba para él maestro, pero está sensación era tan cálida y reconfortante como en aquellos momentos en la posada Orio-ya.

-Aoi, tu comida siempre es deliciosa- dando unos bocados al curry que había preparado.

-claro que si, aprendí gracias a mi abuelo- sus alagos me llenaban de alegría y verlo disfrutar de la comida era una gran satisfacción.

-es algo de cual debería agradecer maestro, que su novia cocine delicioso- ya no le tomaba tanta importancia si era llamada novia o esposa, ahora era como una broma o algún alago.

-novia ¿eh?- pensando en él maestro esperaba una risa o que quizás un comentario sarcástico y lleno de humor, pero solo obtuve una mirada decaída y una sonrisa nostálgica.

-Odanna sama ¿le pasa algo? ¿Acaso se siente mal?- quise acercarme a su rostro, pero él se levanto de su asiento y dirigió sus ojos hacia los míos, no era capaz de moverme por alguna razón. La mano de Odanna sama se acercó a mi rostro para cambiármela tierna mente, mientras en su rostro reflejaba angustia, tristeza y esos ojos color rubí parecieran perder su color poco a poco.

En esos momentos fuertes rayos comenzaron a sonar, aún tenía un leve temor hacia ellos, pero hace un momento era un cielo despejado ¿Por qué ha cambiado?

-es hora de cumplir Odanna sama- una voz familiar me hace fijar mis ojos en la entrada y era ese ser despreciable con esa sonrisa degenerada y ojos que reflejaban nada mas que avaricia.

-lo entiendo-fue la respuesta del maestro ¿Qué esta sucediendo? ¿Qué piensas hacer?

-no tengas miedo Aoi- intentando calmarme, quizás sin Querer había echo una expresión de miedo.

-¡Tsubaki Aoi!..Tu deuda con la posada Tenji-ya ha sido pagada- no me era posible creer lo que decía el maestro, seguía sin poder mover mi cuerpo o siquiera poder hablar, me era inaceptable creer que se había pagado la deuda sin que yo hubiera podido hacer algo.

-Ahora volverás al reino aparente...y- él rostro del maestro me daba entender que le era difícil pronunciar esas palabras y para mi era doloroso escucharlas -...olvidarás todo lo sucedido acá en él reino oculto- eso quiere decir que ¿no seré capaz de recordar a ninguno o poder verlos de nuevo? ¿Incluso a ti? Ese último pensamiento me lleno de tristeza, dejando salir algunas lágrimas frente a él.

No dijo nada más, paso su mano por mi mejilla una vez mas para limpiar las lágrimas que caían, pero me era imposible pararlas, no se porque pero tenia esa necesidad de querer aferrarme a él y que no apartará su mano.

-terminemos con esto- exclamó con furor él ayakashi del trueno para acercarse a mi y arrancar él collar de mi cuello.

-¡No...Eso no!- exclame dentro de mi, era tan preciado esa pequeña llama. Pero Para él no le era suficiente él temor que me estaba causando.

-Claro que también me llevare esto- quitando de mi cabello el preciado broche, pero note que la camelia ya no estaba ¿Cuándo fue que broto y no lo note?

-Es hora de que regreses niña humana- él maestro se había apartado de mi, estaba asustada mi corazón latía rápido, mis lágrimas no cesaban y ese sujeto me dedicaba una expresión de victoria y satisfacción al verme tan vulnerable.

-Dulces sueños- extendió su mano hacia mi, intente buscar a Odanna sama, ahí estaba con la mirada apartada.

-¡Odanna sama! ¡Odanna sama! No quiero...¡no quiero olvidar!- pensé por un momento, pero mis intentos de hablar fueron inútiles, quería al menos poder hablar con él, escuchar por ultima vez su risa, que él me viera como solía hacerlo, con esos cálidos ojos y esa sonrisa.

Debía intentarlo por ultima vez, cerré mis ojos y exhale con todas mis fuerzas-¡Odanna sama...lo quiero!- mi voz había logrado romper la maldición y antes de que todo se tornara oscuro pude ver por ultima vez él rostro del maestro.