Enmendando mi Error

No te dejare solo

En estos días e estado pensando en cómo podría escribir la continuación.

Mi días me ayudan a inspirarme. Una leve acción, una escena en algun lugar donde e pasado. Todo eso me ayuda a ver lo que quiero llegar a transmitir.

Cada cosa me ayuda a saber como usar cada palabra. Cada escena se forma a medida que voy caminando.

El capítulo de hoy tal véz sea confuso pero en el siguiente todo tendra sentido.

Espero que sea de su agrado. En serio me a gustado el capítulo. Espero que les guste también.

Personas

—Revisen los alrededores y cierren el perímetro, no quiero civiles!—

Voces

—Paramédicos! Paramédicos!—

Todo era ignorado, nada importaba en ese momento. No....  en frente de él se encontraba un jóven durmiendo.

No estaba dormido

—Chico!—

Ignoro aquel llamado. Solo miraba fijamente aquel cuerpo sobre el pavimento. Queria que abriera sus ojos, que le dijera que todo había terminado.

Pero aquello no iba a suceder

Miro como unos médicos se acercaban. Pero algo estaba mal...    los médicos solo lo revisaban a él ¿Porqué? Si la persona más herida se encontraba enfrenté de él.

—Estoy bien— dijo el peliverde con calma —Por favor atienda a Kacchan—

El hombre lo miro con pesar, miro a su compañero solo para que el otro negara.

—Escucha hijo..... él... —

—Por favor, necesita de su ayuda— dijo nuevamente en calma el peliverde.

Ambos sujetos se miraron sin saber como decir aquello.

—Él esta muerto—

Deku abrio lentamente sus ojos hasta que ya no pudo más.

MUERTO

¿Muerto? ¿Quién estába muerto? ¿Vida? ¿Qué era lo que hacía? ¿Él fallo? ¿Villano? ¿Lo había perdido?¿Él estaba muerto?

"Esta..... muerto... "

Miedo, eso era lo que sentia a medida que ordenaba sus pensamientos. Gran Torino se encontraba en frente de él mirándolo sin ningúna emoción.

No lo dudo, solo actuó.

Se impulso con dificultad dandole un gran puñetazo al pequeño anciano quien no pudo esquivar aquel golpe aventandolo a unos cuantos metros de ahí.

El bullicio cesó, los movimientos pararon, las personas quedaron congeladas en sus posiciones.

—ESO NO ES VERDAD!— grito el peliverde con sus nervios descontrolados.

Gran torino se levanto con dificultad, camino nuevamente en donde se encontraba el peliverde.

—Él esta muerto— dijo el pequeño anciano —No lo hagas más difícil, aceptalo—

Sus ojos miraron a aquel rubio cenizo que se encontraba con sus ojos cerrados. Su cuerpo estaba lleno de sangre y sus heridas eran graves... demasiado graves.