Noviembre

1 1 0
                                    

La siguiente noche en la que actuó Angie fue en Noviembre y el ambiente era, como ya estaba previsto, completamente diferente. Había personas, pero pocas y enfundadas en abrigos y bufandas y prefiriendo la calefacción del local antes que ninguna otra cosa. 

Angie y yo nos hemos hecho buenas amigas, ahora se encarga de dar pequeños espectáculos musicales en Nápoles y en Roma, va de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo derrochando talento, pero cada dos semanas como mucho regresa a Formia y es cuando aprovechamos para quedar y dar una vuelta. 

Esta vez luce un vestido de color violeta, con más maquillaje que nunca y con unos tacones que deben medir unos diez centímetros. Sé que está pasando frío, así que le pido a Nicolás que le deje ponerse un chal, algo que la ayude, pero que no estropee el precioso vestido. 

La velada es maravillosa, Angie canta más canciones de Aretha Franklin en homenaje a ella, después tira por una música mucho más alegre, al estilo de Ricky Martin, llena de vida y de buenas vibraciones. Yo hago de pianista en dos ocasiones. Mi madre siempre dijo que como actriz ella intentó estar cultivada en todos los campos y uno de ellos siempre es y será la música y por ello aprendió a tocar la guitarra y el piano, algo que seguro que a mi padre le encantó cuando la conoció. 

Miranda Valles me enseñó a tocar el piano, di clases con un profesor muy bueno llamado Ángel que llevaba la música en las venas y que era completamente estricto y exigente, pero sacaba lo mejor de tí mismo delante del instrumento de cuerda percutida. Toco para Angie, por ello Nicolás me da veinte euros más esta noche y acepto alguna petición del público, algo más moderno dentro de las partituras que tengo impresas en la carpeta verde. 

Después de tocar Angie sigue cantando y yo bajo del escenario para sentarme con el resto del público. Tomás está en la barra y algo me dice que debo ir a hablar con él. Tomás es un chico increíble, en todos los sentidos. Es uno de los chicos más atractivos de Italia, estoy segura de que a buena fama que tienen los muchachos de este país empieza por él. Es un chico alto, diría que metro ochenta y cinco, con el pelo castaño claro y liso, con el flequillo hacia la derecha. Me encanta por muchas razones, físicamente aparte de los general tiene unos ojos verdosos tremendamente expresivos, son tonos mezclados de avellana y verde hierba, además es fuerte, pero sobre todo tiene una cara muy dulce, como si no fuera capaz de hacerte daño. 

Estudia ingeniería industrial, pero los fines de semana regresa a Júpiter para poder ayudar a sus padres con el negocio, tiene una hermana pequeña, pero Bianca va tiene problemas de salud y es alguien de quién nadie quiere hablar. 

No hace falta que diga que llevo enamorada de Tomás desde que llegué a Júpiter a trabajar, pero no creo que él sienta nada por mí, apenas me mira, hay buena relación entre nosotros, nos conocemos, nos hacemos bromas, pero no hay tampoco una amistad muy profunda detrás de todo. 

Creo que está enamorado de alguna universitaria que haya podido conocer y de la que no me quiere hablar:

-¿Quieres que me encargue yo?-le pregunto 

-No, gracias

-Está bien, si necesitas algo avísame

-Claro

Noto que está un poco seco, por su tono de voz, él siempre trata bien a las personas, tiene un punto gracioso que a todos les encanta, pero debe de haber tenido un mal día. No digo nada más, ya no soy una niña y un comentario así no me hiere, pero lo que sí causa es que me preocupe por él. Callo y aguardo a que termine el espectáculo. Al salir Angie me asegura que mañana quiere hablar sobre ello y explicarme algo. Yo asiento y esperamos al nuevo día. 

Es sábado y como tengo mucho trabajo por la noche en Júpiter quedo con Angie a la hora de comer para tomar algo en una cafetería. Martín insiste en venir conmigo por una riña que ha tenido con la abuela y yo accedo a su petición. En la cafetería de Benito todo paree estar bien, nos sentamos junto a un gran cristal que nos permite ver la acera cubierta de hojas en tonos ocres, mientras nosotros en el interior disfrutamos del calor artificial. 

Lady AbrilWhere stories live. Discover now