Dulces sueños

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El frio del lavabo donde ahora se estaba apoyando Claudine la ayudo a bajar un poco el calor de su cuerpo. Sus manos, un tanto adormecidas, poco cooperaban en su cometido de poder enjuagarse la boca con el agua que hace unos segundos empezó a correr.

No recordaba del todo lo que había pasado, solo sabía que debido al alcohol había terminado vomitando en el pasillo cayendo completamente dormida y que, de no ser por Maya, probablemente, y muy para su pesar, habría terminado amaneciendo rodeada de aquel pequeño charco de líquido que su propio cuerpo había expulsado.

- ¿Por qué eres tan buena conmigo, Tendou Maya? – Murmuro aun sintiendo como su cabeza daba algunas vueltas, a Claudine jamás le gusto verse desarreglada ante el resto de las personas, pero hoy, por primera vez se encontraba con sus peores fachas frente a la persona que le gustaba.

Polera vomitada, rostro completamente pálido y cabello desarreglado.

Maya solo la miro por del espejo, a la espera de que la rubia hiciera contacto con sus ojos color violeta.

- Es mi deber para con todas.

- No, es extraño... - Respondió Claudine mientras sacudía con lentitud su cabeza. No quería moverse mucho de su lugar, más aún después de haber bebido tanto.

- Vamos, no es necesario que pienses mucho las cosas en un momento así, ten – Indicó la castaña mientras le acercaba un vaso con agua, Claudine con sus manos temblorosas lo tomo, para por fin hacer gárgaras y alejar un poco aquel acido sabor que invadía su boca, para proseguir con el enjuague bucal que también le había facilitado la purasangre - ¿Cómo te sientes ahora? – pregunto con gentileza, esa que siempre la derretía cuando se encontraban a solas.

Nuevamente Claudine fijo su vista en el reflejo de sí misma, viendo el deplorable estado en el que se encontraba.

- Un poco mejor... - Confeso algo abatida después de volver a recordar todo el alcohol que había bebido.

- Es bueno oír eso – Comentó Maya mientras se alejaba de la francesa. Claudine por un momento pensó que toda su amabilidad quedaría hasta ahí, pero para su sorpresa la más alta solo se había alejado de ella para ir por su cepillo de dientes.

La castaña no quería que Claudine se moviera de su lugar, temiendo que la más pequeña perdiera el equilibrio o que tropezase con sus propios pies – Cepillaras bien tus dientes y luego iremos a la cama.

Con una mirada embobada la rubia se quedó admirado a Maya, todos aquellos mimos eran más de lo que se merecía en ese momento, temía hacer algo de lo cual pudiera arrepentirse y más aún cuando sus sentidos parecían no reaccionar del todo bien por culpa del alcohol.

- ¿No estas enojada conmigo? – Arremetió la francesa mientras apartaba su mirada.

- ¿Por qué debería de estarlo? – Contrarresto la más alta mientras volvía a acercarse, poniéndole pasta dental al cepillo de Claudine.

- Por tener que cuidarme... - Dijo con la voz un tanto entrecortada, echándole la culpa al alcohol por esta extraña pena que repentinamente la invadió.

- Todos tenemos motivos por lo cual hacemos las cosas, obviamente yo no soy la excepción – respondió Maya regalándole una cálida sonrisa mientras le entregaba el cepillo de dientes a su dueña – aun así, sigues siendo la borracha más bonita que he visto en mi vida.

Claudine rio alegremente mientras intentaba dirigir el cepillo de dientes, con bastante dificultad, a su boca. Después de algunos cortos minutos, Maya tomo una de las toallas y limpio los pequeños rastros de pasta dental que seguían por el mentón de la rubia.

Just U [shoujo kageki revue starlight]Where stories live. Discover now