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Como su caperucita feroz se lo había dicho aquella noche ellos fueron aceptados en la manada, aunque seguían estando en una especie de prueba. Isaac estaba feliz de mantenerlos vigilados y al acecho de que cometieran cualquier error, es que los odiaba demasiado. Todo marchaba bien, nadie se había enterado de lo suyo a excepción de Ethan, aunque él lo sabía desde el principio, el problema que tenía mal a Barbra eran las miradas que siempre le daba Aiden, y no tenían nada que ver con miradas coquetas y traviesas.
Eran miradas cargadas de sentimientos y una gran tristeza. Él estaba demasiado dolido por su actitud, pensaba que no lo quería, que se avergonzaba de tener algo con él o simplemente que no lo consideraba lo suficientemente bueno. Era un feo sentimiento que la lastimaba, pero no tanto como a él que era quién se sentía así de poca cosa a diario. Por eso decidida a que no siguieran las cosas así quiso tomar el control del asunto y ya solucionarlo, Aiden le importaba y lo quería demasiado.
Armada de valor y sin los gemelos cerca les soltó la verdad a sus amigos y contó a grandes rasgos la historia, tampoco pretendía decirles lo que hacían a solas ni mucho menos. Allison y Lydia le dijeron que ya sabían porque era demasiado obvia y se notaba a leguas que babeaba por ese hombre lobo, también le dijeron que estaban muy feliz por ella. Su alfa se mostró completamente asombrado, pero entendió tantas cosas sobre la actitud de su amiga que se sintió aliviado, desde que había aparecido Aiden ella parecía más feliz.
Stiles por supuesto que soltó un comentario irónico pero bromista, haciéndole saber con ello que estaba feliz por ella. E Isaac, bueno Isaac tal vez reaccionó un poco mal; le gritó traidora, le gruñó mil cosas horribles pero a ella no le importó, sabía que después se le pasaría y le bajaría el drama porque ese rubio no podía estar enojado con ella.
Igual le daba igual porque podría haber soportado cualquier cosa por Aiden. Tal vez él había hecho cosas horribles en el pasado, todos tenían una historia con la que cargar, y sí había sido su decisión hacer eso, pero todos merecían una oportunidad para cambiar y ser mejores. Aiden lo estaba haciendo, él había encontrado su ancla al mundo en ella y se aferró sin querer soltarse nunca.
