| 019 | Jackson Whittemore | El trato 1/3

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Categoría: ATP

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            Al fin el día escolar había terminado, no quedaba mucho para finalizar el año y al parecer todos los maestros se habían puesto de acuerdo para sobrecargarlos con exámenes, proyectos, trabajos prácticos, exposiciones y demases que a esa...

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Al fin el día escolar había terminado, no quedaba mucho para finalizar el año y al parecer todos los maestros se habían puesto de acuerdo para sobrecargarlos con exámenes, proyectos, trabajos prácticos, exposiciones y demases que a esa altura ya la estaban colapsando. Su único consuelo y liberador de tensiones estaba solo a la vuelta del pasillo.

Nadar era lo que la relajaba, no existía otra cosa que la ayudara más, por eso había decidido quedarse después de clases para disfrutar un poco de la piscina del instituto y los beneficios de ser parte del equipo. Así mataría dos pájaros de un tiro, nadaría, botaría estrés y practicaría para las competencias que estaban por venir.

Cuando cruzó las puertas notó que el agua cristalina se encontraba sin movimiento y completamente vacía, se alegró. No había mirones que la interrumpieran y eso fue un alivio considerando que desde hace un tiempo estaba teniendo problemas justamente con el que parecía ser el mayor mirón y acosador de todos los tiempos.

Dejó la toalla a la orilla de la piscina y se lanzó al agua. La temperatura era perfecta como siempre, tibia y muy reconfortante. Sumergida en ella sus pensamientos se bloquearon y lo que estaba buscando llegó en cantidades infinitas.

Calculó aproximadamente una media hora de nado y ejercicios cuando recordó que debía ir por su hermanita a clase de ballet, si se retrasaba como la semana pasada tendría que volver a comprarle una muñeca a la pequeña chantajista para que no la acusara con su madre.

De una sola fuerza con sus brazos salió del agua y fue en busca de la toalla que había dejado allí mientras el agua aún escurría de su esbelto cuerpo. Sus ojos viajaron por el piso gris calculando en dónde había dejado el trozo de tela, pero esta decididamente no aparecía, aunque toda búsqueda quedó inconclusa cuando escuchó aquella voz.

— ¿Quieres esto?

Por un segundo quedó petrificada en su lugar con los ojos abiertos de par en par producto de la sorpresa, pero cuando reaccionó se dio vuelta lentamente y encaró supuesto ladrón.

ONE SHOTS |TEEN WOLF|Where stories live. Discover now