Cap. 5 dulce sabor a cerezas

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 - ¿a donde me llevas? -soleil miraba por la ventana de la camioneta, no reconocio el camino a su casa se preocupo, y se pregunto de manera seria sin no estaria bajo un plan de secuestro donde el instituto fuera complice- ¿mi padre te mando a buscarme? ¿que esta pasando en realidad? -cuando el rubio llego a buscarla junto con julieta no estaba segura de ir con el, no lo conocían de ningun lado y dudaba de si tenia relaciones directas con su padre como habia dicho, sabia que tenia poco tiempo de iniciar el instituto por la  foto de sintia de donde lo reconocio.

El sentado hasta el otro lado del auto, no la miro mas despues del encuentro en el pasillo, se mantenia impasible y habia pasado de ella completamente mirando por la ventana ignorandola.

- por favor dime -cansada de no tener respuestas, ignoro si se encontraba en peligro o no, se acerco al lado de milo- ¿que esta pasando? -dijo angustiada lo tomo del brazo y milo por fin la miro.

Ella quedo atrapada por el intenso azul de eso ojos que en ese momento estaban atribulados de muchos emociones contenidas y preguntas sin respuestas, los sentimientos que se juntaron en ella no sabia como definirlos eran tantos y cambiaban tan rapidos, golpearon su corazon junto con la certeza de que nada le pasaría y estaba segura mientras el estubiera cerca.

- Nada te pasara -respondio milo sonando algo distinte, su voz lleno el lugar anesteciandola, pudo escucharla  en su mente durante unos minutos como un eco- tengo ordenes de su padre para llevarla en esta dirección -soliel al darse cuenta que se habia quedado ida, volvió aturdida hasta el  otra lado del auto donde estaba inicialmente, mirando por la ventana- confie, nada le pasara.

El auto fue relentisando su marcha parando por completo en la gran reja que impedia el paso a la villa, no supo que decir al ver el lugar, era por mucho mas grandes que su casa y con un gusto entre lo medieval y lo moderno, ocupada un gran terreno limitando con el bolque, estaba segura  que la construcion de tres piso no era la unica en ese lugar tan gran, que tenia toda la pinta de dos aciendas juntas.

Fuera pudo ver algunos empleados esperando en la entrada de la casa, cuando el auto se detuvo milo tomo el bolso con rapides antes de bajar, un hombre vestido de traje le abrio la puerta, las otras personas hicieron una reverencia.

- Joven milo, por favor - volvió su mirada a el mayordomo, milo le entrego el bolso de dalia- señorita es un placer tenerla aqui, ¿me permite? -ella que aun estaba sentada a medio salir del auto, miro al hombre, este le estendia su otra mano esperando que le entregara su bolso, busco la mirada de milo; el estaba parado junto a la puerta esperando por ella, milo asintio a su pregunta silenciosa.

- bueno -le dejo el bolso al hombre, fue junto al rubio algo nerviosa por las miradas que compartian las personas a sus espaldas, sin percatarse de las sonrisas de alegria de ellos.

Dentro el lugar era mucho mas lujoso e imponente que por fuera, inclusive para tratarce solo de recibidor de la casa <<o castillo>> penso con algo de humor pasaron de largo hasta una de las salas de la casa junto al comedor, miro donde se encontraba milo en ese momento, el rubio le daba la espalda. Milo aflojo la corbata con un suspiro cansado trirando la prenda roja en una silla, seguida por la chaqueta del uniforme, solto las mangas de la camisa doblandolas hasta los codos, estaba frustrado por tratar de mantenerse al marge de la situacion, tomo el borde de la silla apretandola ligeranente pero al recordar donde estaba y con quien la solto, ademas de que no queria un sermon de dalia por destruir la imobiliaria del lugar

- Joven milo, el amo acaba de regresar -anuncio una de las chicas del servicio que habia aparecio en el lugar, el miro agadeciendo junto aun asentimiento a la chica cuando se fue. 

- Bien, tendremos compañía -se revolvio el pelo en señal de preocupasion y para desordenarlo un poco- con su permiso -dijo alejandose rumbo a la puerta, estuvo apunto de irse cuando ella lo detuvo por el brazo.

Raitami la confianza y bendicion de nuestra sangreWhere stories live. Discover now