12- Ballena

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El atardecer nunca deja de asombrarla, con la luz reflejando en el mar y las nubes de tonos rosados. Bajo los escalones de madera del barco, en dirección a su tripulación. 

—Caballeros, bajen el  ancla en la próxima isla —Su pequeño mono emitió un chirrido desde sus hombros—. Hoy cenaremos en tierra firme. 

Los alaridos de alegría no tardaron en oírse, y la Capitana (T/n) sonrió, las manos detrás de su espalda en una posición recta. Durante el año, recolectan dinero, oro, cualquier objeto de valor y lo traen aquí. La isla "Inami" como la bautizó su padre hace varios años, solo es conocida por piratas. Piratas que anteriormente pertenecieron a su tripulación, aquellos que ganaban su confianza. 

(T/n) no visitaba la Isla desde hace dos años, que fue cuando quedó al mando tras el fallecimiento de su padre. Ser una líder joven no fue tarea fácil, pero siempre tuvo el carácter y las aptitudes para serlo.

A medida que la divisaba, su corazón no dejaba de martillar.

Después de dos años, podría reencontrarse con Nejire.




Apenas su botas se hundieron en la arena, comenzó a dar órdenes. Dejar el oro en la misma localización de siempre y repartirse el botín entre todos de forma justa, y luego las típicas cosas, recolectar madera, controlar el estado del barco.

—¿Y usted qué hará, Capitana? —Preguntó el novato, el escuincle del grupo que acogió hace seis meses.

Su pequeño mono saltó a los hombros del joven, aferrándose a su pelo con las pequeñas manos.

—Turismo —Se despidió en una fina reverencia, para después bordear la playa, dejando una marca de pisadas en el proceso.




La noche cayó rápidamente, pero eso no le incomodaba en absoluto. Conocía el camino hacia el lago de memoria, porque solía ir todos los días a visitarla cuando vivía en la isla. Se preguntó si su bote seguiría allí...

Soltó una exhalación, incrédula. 

Nejire está sobre una roca, con el largo cabello azulado cayendo por sus hombros. Igual de hermosa que siempre. (T/n) camino al borde del lago, el agua casi llegando a sus rodillas. El bote que ella creía abandonado, estaba allí, impecable y sin una sola capa de tierra u hojas. 

—Te tomaste tu tiempo en volver, ¿eh? —La sirena sonrió para después ingresar al agua—. ¡Vamos, no nos perdamos el espectaculo!

Apenas subió al bote entre pequeñas risas, logró ver como este era jalado por la sirena que nadaba al frente. No tardaron en ponerse al día, y (T/n) no le pregunto hacia donde quería llevarla, porque confía en ella más que en nadie. Fue cuestión de minutos, que después se encontraban en el mar, rodeadas de estrellas.

—Nejire, tengo algo que decirte —Comenzó de manera apresurada, sintiendo el latir desesperado de su corazón—. Quiero que viajes conmigo. 

La sirena se detuvo, los enormes ojos celestes concentrados en su figura. 

—Eres una mujer interesante, (T/n) —Apoyó las manos en el bote y con ayuda de la Capitana, logró subir sin dificultad—. Y sabes que nunca te diría que no, pero no tengo piernas.

Frente a ellas, pudieron ver el mismo espectaculo de cada año; las ballenas.

Que al estar en una isla mágica, nadaban en el aire mismo, el agua cayendo de sus grandes cuerpos.

Sostuvo las manos de Nejire con decisión. 

—Yo puedo cumplir ese deseo. 

La Sirena volvió a reírse, interesada en su propuesta.

Y aceptó.







INKTOBER 2018 [BNHA x Fem!Lector]Where stories live. Discover now