Capítulo 7

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CAPÍTULO 7

A la mañana siguiente Gavin llegó como todas las mañanas de mal humor y sin ganas de nada

– Buenos días detective Reed – saludó su compañero que ya estaba frente al ordenador trabajando pero él no le contestó, ni siquiera le gruñó como siempre sino que se fue directo a por su café de la mañana. Pronto RK900 le siguió para hablar con él

– Deja de dar por culo tan temprano – ordenó

– No sé qué dije anoche para ofenderle pero discúlpeme, no quise molestarle – pidió ya que durante toda la noche no paró de analizar la reacción de su compañero y de alguna manera sintió que la fastidió

– Siempre me tocas las pelotas y nunca te disculpas

– Pero esta vez por lo que he analizado reaccionó de una manera muy distinta a las otras veces que se ha enfadado conmigo – explicó – y ahora que le he dicho eso tengo que comunicarle que tenemos un nuevo caso y debemos ir a la escena del crimen

– Podrías haber solicitado el interrogatorio más tarde, tú no comerás pero yo necesito desayunar – cogió el humeante vaso de café y cogió algo de bollería de la encimera

– No es mi culpa que no salga desayunado de su casa, tenemos que irnos ya

– Cuando termine esto – empezó a mostrarse agresivo. RK900 le miró durante un instante cerró los ojos sin tener ganas de discutir y asintió

– Le doy cinco minutos – se alejó para no agobiarle y que retrasara su ida porque discutiera con él.

El castaño negó con la cabeza y puso los ojos en blanco cansado, al menos esta vez le dio una tregua y no hizo como las otras veces que se lo llevaba a rastras o cargándolo como un saco de patatas para que hiciera su trabajo así que pudo tomarse su desayuno con relativa tranquilidad.

Tal y como calculó RK900 llegaron a la escena del crimen.

Los cordones policiales y los policías ya estaban rodeando la casa unifamiliar en un barrio residencial bastante tranquilo y que nunca acechaba el crimen hasta ese día. La prensa ya estaba rodeando el lugar y haciendo sus clásicas preguntas a los policías los cuales siempre respondían con evasivas y negaban sus especulaciones.

Al entrar en el hogar Gavin aguantó una arcada cuando vio aquella masacre. Era toda una carnicería, todo estaba lleno de sangre y de vísceras pero no había ni un mueble de por medio o signos de forcejeo algo muy extraño teniendo en cuenta el escenario; los cuerpos de las tres víctimas ya estaban tapados y siendo observado por los forenses que como siempre anotaban todo lo que veían y tomaban muestras. El humano se acercó y levantó la manta para ver a las víctimas desfiguradas por todos los golpes que sufrieron

– Las víctimas es la familia Tayler, concretamente al padre de familia Benjamin de treinta años, su mujer Helena de treinta y dos y su hijo Christofer de ocho años, solo ha sobrevivido una; su hija Megan de diez años, ahora está en el hospital en estado crítico. Dudan que pueda sobrevivir, aún así tenemos un testigo

– Encima de sus cuerpos encontramos esta nota – señaló un forense una de las pruebas, un trozo de papel lleno de sangre, probablemente el de las víctimas, donde ponía:

SOMOS SUPERIORES

Y debajo de este el logo que usó Markus cuando la revolución androide

– ¿Un divergente anti-humano? – observó Gavin ya que por desgracia aquello era bastante común desde que los androides fueron considerado ciudadanos y un grupo de ellos decía que los androides eran mucho mejores que los seres humanos y que por lo tanto debían gobernar el mundo

Maldita máquina (900Gavin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora