LA PROPUESTA © yoonmin.

| propuesta ocho |

dedicado a @GieGie_24395 y a @Abajo_fifi (againxd) por su cumple;

las aprecio a ambas TT❤

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Jimin se encontraba con sus ojos cerrados, disfrutando de la calidez del agua y del delicioso aroma a vainilla de la espuma. La esponja pasaba por sus brazos de manera lenta y Jimin se sintió complacido cuando se vio del todo limpio, como si tuviese un gran peso de encima menos, y sonrió por ello mientras una canción sonaba de entre sus labios.

YoonGi se hizo paso a la habitación aún con los audífonos puestos con la música reanudada. Internamente se encontraba hecho un manojo de insultos y rabia ante la agradable llegada de su padre.

¿Hacía falta ser tan jodidamente idiota? YoonGi realmente estuvo a punto de darle un puñetazo si su madre no hubiese llegado en el momento indicado y se sentía frustrado por saber que debía aguantarlo por el resto de los días en los que se quedasen en Daegu.

Quedasen... ¿Jimin no dijo que se iría mañana?

Algo más que le hizo irritar y lanzar su chaqueta directo al bote de ropa sucia con molestia.

Tomó el borde de su camiseta y la alzó hasta quitársela y lanzarla también a la ropa sucia. Abrió las puertas ventanales del balcón luego de quitarse los zapatos y caminó descalzo en el frío cemento del mismo mientras desabrochaba el cinturón de sus jeans.

Jimin frunció su entrecejo al escuchar unos ruidos provenientes de la habitación.

— ¿Hay alguien? ¿YoonGi? —Pero no obtuvo respuesta.

 Se levantó finalmente de la tina y salió de ella, quitando el tapón para que el agua comenzase a bajar. Giró sobre su eje para buscar con la mirada algo para secarse mientras peinaba su cabello goteante hacia atrás.

— Toalla, toalla, toalla... Esto no es una toalla —Gruñó cuando sólo encontró un misero guante de exfoliación que usó para tapar su entrepierna descubierta.

Caminó con cuidado de no resbalar ante el agua de sus pies y de la que caía al suelo de su mismo cuerpo hacia la puerta, abriendo de esta y mirando hacia todos lados por precaución de que realmente no hubiese nadie, y salió finalmente cuando lo afirmó para ir hacia el armario donde se encontraban las toallas, pero una bola de pelos café se cruzó en su camino.

— Ugh, eres tú, maldita rata —Jimin bufó, intentando quitar el cabello que había vuelto a caer en sus ojos a su vez que miraba al cachorro que también le observaba bien sentadito. — ¿Por qué no vas con Jungkookie que juegue contigo o algo? —Holly se quedó allí, sin moverse, y Jimin ya sentía su cuerpo entumecerse ante el frío. 

Dio un paso hacia un lado para poder rodear al cachorro, pero este comenzó a ladrarle, haciendo que Jimin diera un respingo a su vez que retrocedía nuevamente, apoyándose en la tina.

— ¡Déjame pasar! —Holly siguió ladrando hacia él y Jimin zapateó el suelo con sus pequeños pies, demasiado molesto como un niño pequeño. Entre ello, divisó una secadora de cabellos y sonrió ladino ante la idea que se cruzó por su cabeza.

Tomó la secadora inalámbrica con ambas manos y la encendió, apuntándole directo al cachorro, logrando que este comenzase a retroceder contra el viento que daba en su cara.

— ¡Já! ¿Te gusta? —Jimin sonrió victorioso mientras más retrocedía el cachorro, pero borró su sonrisa cuando este dejó de hacerlo y se dejó, disfrutando del aire. — Ah... Te gusta —Gruñó frustrado nuevamente y apagó la secadora, siendo Holly el que ladró al instante hacia él y Jimin corrió aterrado nuevamente hacia atrás. — ¡¿No te bastó que por tu culpa un jodido pájaro me haya robado el teléfono que ahora no me dejas salir?! —El animal siguió ladrando sin importar del berrinche del peliplateado y este se sentó en el borde de la tina, ya entregado a que todo le salía mal.