◊Antes de la llegada a la Tierra
La cabina principal reverberaba en el interior del conjunto de naves de exploración. El blanco Sol iluminaba los bordes planetarios; un espectáculo visual. Los anillos de los planetas que se divisaban sucumbían al choque de meteoritos, provocando una admiración caótica. Los huracanes que sucedían sobre el anaranjado planeta dejaba un extraño sabor en los ojos de los Martyrianos.
La fila se cortó antes de llegar al noveno planeta, que por razones preliminares etiquetaron como: GelidoH.
La atención fue robada por un rojo y fisurado astro fuera del sistema solar. ¿Se consideraría un décimo? No parecía serlo ante la desviación de su órbita. Era extraño.
Dos siluetas de anchas naves, con un matiz plateado en el casco y un rojo que adornaba la elegancia de la unidad de exploración de riesgo Martyriano. Cuyo embajador primero, Reza, acompañaba con la vista a sus dos hombres a bordo. Estaba piloteando de forma delicada hacia el mundo extraño; su fuerte y penetrante observación figuraba destrozar el grueso vidrio de la cabina.
—A este, lo clasificaremos como: Incog—miró hacia su costado, asegurándose que los sujetos que se hallaban de pie, escucharan bien.
—Asi será. Espere un momento. Lo estableceré en el sistema—dijo el Martyrinao de apariencia joven, de unos ojos brillantes y rojos, de una cabellera que llegaba a sus hombros; blanca y pura.
Reza asintió en su asiento. El otro hombre, que permanecía inerte, contemplando su entorno ajeno, preguntó:
—Reza, ¿qué es lo que haremos en este planeta?
—Un análisis superficial. En caso de existir sobre él, alguna raza, se procedería a una comunicación—ladeó levemente su cabeza—, el mismo proceso de una relación básica, Mehran.
Habían entrado a la atmósfera alienígena, era melancólica y rojiza. Fácil ingreso. Desde la altura podían observar cómo se quebraba la superficie dejando ver el cuerpo desnudo del planeta; un amarillo flameante que emergia del interior. El lugar era deplorable, de ausencia de organismos a simple vista. Triste por donde se viera, esperando la ambiciosa intención de ser explorada.
—Coloquense los trajes. Sensores de riesgo al máximo, indicador de utilidad al máximo y recubrimiento shak—dijo Reza apartándose del asiento del piloto, dirigiéndose al compartimiento de vestimenta—. Y no hace falta mencionarles la importancia de cargar en el puerto gi, el paralizador deq.
Los trajes contribuían en la diferenciación de uno básico para las exploraciones comunes. Era pesado, de un casco de un grosor mas pronunciado, tenia tallado unas líneas que remarcaban la parte de su boca, simulando el silencio, dejando ver únicamente sus ojos. El conjunto del cuerpo, constituía en un férreo material verdoso con franjas doradas que recorrían desde los hombros hasta la cintura. Las botas de un negro y cegador color, presumían la firmeza.
—En posición de espera, Reza—dijo Mehran, terminando por verse de reojo el equipo completo.
—En posición—completó Dar.
Al salir, una sensación frívola se presentó y un cielo envuelto en una oscuridad roja los acompañó. Al lado, la otra nave había dejado salir a otros tres individuos.
—Embajadora Parisa—le saludó Reza, mirándola con respeto, tratando de desviar su vista del rostro joven que tenía, a pesar de una edad avanzada y de constantes misiones—. ¿Cómo le ha surtido el viaje?
Llevaban el mismo traje, teniendo Parisa, una franja de color plateada añadida a las demás.
—Excelente, embajador Reza. Imagino que se encuentra en la misma situación—le sonrió—, su rostro le delata. Estamos en sintonía, parece que será sumamente interesante—le dijo mientras con un ademan con su cabeza apuntaba al entorno.
—Si se refiere al hecho de permanecer con una máxima precaución—mencionó, extendiendo el lado izquiero de su boca—, entonces, estoy de acuerdo contigo.
—Bien, ejem—convirtió sus ojos en un recipiente de seriedad—. Deberíamos continuar.
—Si. Mantenernos con cuidado, pero no excesivo—echo una mirada al compartimiento en su traje, del paralizador deq. Luego, observó a los demás—. Andaremos en un perfil bajo, suponiendo un suceso amenazador. Comprenden—Reza se dirigió a sus miembros y de igual forma a la tripulación de Parisa.
En su horizonte, el halo amarillo anaranjado, resoplaba un atardecer. La luz dejaba entrever el reflejo, en la lejanía, de una estructura singular. Un pequeño círculo lo rodeaba, una barrera, del exterior.
Avanzaron en diagonal, manteniendo el objetivo de aquella estructura. El suelo rocoso, agrietado y poco atractivo mantenía una monotonía en su andar; después hallándose frente a unas formas encorvadas de tristes árboles, con pétalos ocres, desprendiéndose en un fuerte click. Lo analizaron; un tronco grueso, pero de apariencia metálica, reluciente, dando cabida a un mantenimiento previo. Continuaron, vislumbrando un camino lleno de flores azules, puestas con cariño, hacia la estructura. Al adentrarse más, ya no resultaba en una única forma desconocida. Se manifestaron decenas de ellas, de formas similares; clases de edificaciones con bordes plateados y gigantescos. Virtualmente, del mismo tamaño.
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ODISEA ÁNIMA
Science FictionEn 1977 las Voyager salieron de nuestro planeta en busca de tener contacto con una civilización extraterrestre. En el 2013 la Voyager 1, partió de nuestro sistema solar, con esperanza de satisfacer nuestra singular y triste soledad en el vasto cosmo...