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El sol aún se levantaba de entre las montañas y Edge ya estaba prácticamente listo para emprender el viaje; la verdad era que mientras Sans se había ido a ver con su amigo Blue, él hizo la mayor parte de los preparativos, como una reservación y empacar un poco de ropa en una maleta pequeña, así que por la madrugada se apresuró a meter comida en una hielera, lo siguiente era despertar a Sans. 

El pequeño aún dormía en su propio cuarto, era una de esas barreras autoimpuesta por ambos, estaban haciendo lo posible por respetar el espacio el uno del otro, de tal forma que el más alto seguía teniendo como rutina el despertar a su novio en su cuarto.

Una vez que Sans se levantó Edge le recomendó usar ropa abrigadora, en gran parte porque el invierno comenzaba a hacerse sentir y además solo le mencionó que la necesitaría debido al lugar donde se dirigían. Una vez que los dos esqueletos estuvieron listos se subieron al auto del más alto para emprender una nueva aventura.

...

Antes de siquiera salir de la ciudad Sans ya estaba dormido pero a su novio no le preocupó, el pequeño ya tenía un esquema de sueño más regulado que antes, pero poco a poco él también había recordado que la ex-lamia disfrutaba de dormir tanto como de comer y cómo por si fuera poco Edge prefería dejarlo descansar después de haberlo visto tan enfermo por la fractura en su alma, así que simplemente lo dejó roncar ligeramente en el asiento del auto mientras seguía conduciendo.

...

El viaje fue tan tranquilo y la calefacción del carro era tan agradable que Sans no se dió cuenta de nada en el exterior, simplemente fue despertado ligeramente por su novio sacudiendolo del hombro.

-Vamos pequeño saco de huesos dormilón, hemos llegado al lugar- Edge aún seguía sentado en el asiento del conductor y el carro ahora estaba estacionado por lo que la reacción inmediata del otro fue ver por la ventana... el paisaje que vió lo dejó totalmente sorprendido.

-Edge!! es... es...- el pequeño se quitó el cinturón deseguridad y salió casi disparado del auto- un bosque frío!! nieve, hay nieve aquí!!

Mientras el esqueleto de magia azul seguía admirando el paisaje el otro se bajó del vehiculo y se colocó detras de Sans.

-Esta es una zona nevada a 2 horas de Ebott, es muy lindo y además de poder pasear entre la nieve también alquilan cabañas, la nuestra está justo ahí- lo decía señalando al otro lado de donde Sans miraba.

- Gracias Edge! Siempre quise conocer la nieve, siendo una lamia nunca podría haberlo hecho por culpa del frío.

La cabaña era linda, acogedora, totalmente hecha de madera y tenía de lo más básico... una pequeña sala con una chimenea, un comedor, una cocina no precisamente digna de un chef pero con lo necesario como para cocinar, baño con regadera y... oh estrellas!! una sola habitación y cama.

-Ah... sobre eso... tambien puedo dormir en el sofá para que no te sientas incómodo- el más alto estaba junto con el pequeño parado en la puerta de la habitación principal.

-Bueno, ya veremos por la noche.

Luego de eso ambos se dirigieron al bosque para recorrer los alrededores, por supuesto que el más encantado con el lugar era Sans, quien a pesar del clima frío se acercaba a los árboles y juntaba la nieve con sus manos ahora enguantadas tratando de hacer bolitas de nieve que arrojar a Edge; lo sorprendente fue cuando incluso el arquitecto comenzó a hacer un muñeco de nieve, dándole forma al cuerpo con esferas de nieve de diferentes tamaños... era algo que alguna vez hizo durante su infancia, en cambio ahora lo disfrutaba al lado del ser del cual estaba enamorado.

...

El día había sido maravilloso, realmente espléndido, ahora los dos estaban de regreso en la cabaña y Edge hizo una comida bastante generosa con algunas de las cosas que empacó en la hielera, luego de eso encendió el fuego en la chimenea para después colocar una frazada frente a esta donde ambos esqueletos se sentaron a dejar que el fuego calentara sus huesos.

Amor de LamiaWhere stories live. Discover now