[Completa] Nosotros, Ella y Él (+18)

~11. Confesión~

Jonathan

Daniela tenía la cabeza apoyada sobre mi hombro, y apretaba mi brazo en una clara muestra de posesión. Siempre se comportaba así cuando Dessire estaba cerca. Era como si su instinto le dijera que entre nosotros pasaba algo, aunque fuera muy poco probable debido a nuestra condición.

Me acomodé en el asiento de la guagua que compartía con mi novia, mientras por el rabillo del ojo observaba a Dessire, quien se encontraba sola mirando el camino que recorríamos a través de la ventana.

—Déjame sacar el dinero —Le pedí a Daniela cuando empecé a hurgar en mi bolsillo para pagar el transporte, ya que el cobrador se encontraba al lado de nosotros—. Tres —Le indiqué cuando le entregué el dinero mientras señalaba a Dessire.

—Hace calor —Se quejó Daniela, por fin alejándose un poco de mí.

—Sí —concorde con ella, mientras rayos del candente sol del mediodía se colaban por la ventana del autobús. Acabamos de salir de la escuela, y nos dirigíamos a nuestras respectivas casas. Y aunque podíamos llegar caminando en unos quince minutos, el sol quemaba demasiado a esa hora.

— ¡En la parada! —gritó Daniela, y el chofer se detuvo. No me percaté de que estábamos cerca de su casa—. Nos vemos mañana —salió a toda prisa.

Sin perder el tiempo, me cambié de asiento en el mismo instante en que empezamos a movernos. Dessire ignoró por completo mi presencia, y eso incrementó mi enojo. Los celos y la rabia que continuaban habitando en mi cuerpo desde el día anterior, por ser testigo de cómo permitía que Edwin la tocara, me habían mantenido de mal humor desde entonces.

— ¿No piensas decir nada respecto a lo que vi ayer? —interrogué, pero ella sólo se concentró más en observar el camino—. Dessire, te estoy hablando —Con una de mis manos moví su rostro para hacer que me mirara.

— ¿A caso me estás pidiendo una explicación? —cuestionó, controlando su enojo y el tono de su voz para no llamar la atención.

Nos encontrábamos en los últimos asientos y no habían muchas personas viajando con nosotros, pero en los últimos años habíamos aprendido a ser precavidos.

—Porque si ese es el caso, déjame decirte que no estás en posición de pedirme explicaciones —aclaró—. Edwin es mi novio y es normal que nos besemos. Eso es lo que hacen las parejas normales —dijo, clavando sus ojos llenos de rabia sobre mí—. Tú debes saber eso muy bien, Jonathan —se cruzó de brazos y volvió a tomar una actitud distante.

Sabía que no estaba en posición de replicarle, y mucho menos de exigir explicaciones, pero no podía evitar sentir esos inmensos celos que me carcomían por dentro cada vez que recordaba como Edwin la besó. Yo había elegido ponernos un alto, nuestras acciones y demostraciones de afecto habían menguado, pero mis sentimientos continuaban intactos. Y, aunque había intentado con todas mis fuerzas alejarme, continuaba amando a la chica que se encontraba justo a mi lado hasta el punto de perder cualquier pizca de cordura.

— ¿Ya no me amas? —interrogué, sintiendo una gran pesadez en mi garganta.

—Por favor, no me preguntes eso —contestó con un tono de voz débil y apacible al notar el dolor en mi voz.

—Solo contesta —supliqué—. ¿Ya no me amas? —formulé de nuevo la pregunta, mientras sostenía su mano—. Por favor, dímelo —exigí.

—No me preguntes algo que ya sabes, es injusto —respondió, apretando mi mano.

Sonreí aliviado al escuchar su respuesta. De nuevo no sabía a dónde diablos nos llevarían nuestros sentimientos. Y a pesar de que era consciente de que lo prohibido sólo era satisfactorio por cortos momentos, no iba a dudar en apoderarme de cada instante a su lado y volverlo eterno.

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Guagua: autobús, ya sea publicó o privado.

Cobrador: es quien se encarga de cobrar el pasaje en las guaguas, como su nombre lo dice, pero con la particular característica de que lo hace cuando tienes unos cuantos minutos sentado, y va recorriendo el pasillo del autobús cobrando.

Espero que hayan disfrutado de  este capítulo. Y apoyen la novela votando y comentando.  

Gracias de nuevo por leer esta historia.  😊😊😊