VI. Vínculo.

8.6K 1.2K 817
                                    

Harry salió de su oficina a las seis en punto. Algunos de sus compañeros de trabajo lo saludaron y felicitaron y él les correspondió con una sonrisa. El que reconocieran su esfuerzo no era para menos, había logrado cerrar un caso realmente difícil que no sólo le ganó algunas medallas, sino que también le ganó su postulación como próximo jefe de los aurores, cuando Kingsley se retirara definitivamente.

En realidad no había sido tan difícil cómo todos habían creído, sólo había sido cuestión de mirar la evidencia para saber que, en realidad, el asesino no era otro más que Blaise Zabini quién, en un arranque de celos, había decidido deshacerse de todos los compañeros potenciales de Draco Malfoy como veela.

Sí, fue difícil al principio, pero Harry encontró el patrón una de las tantas noches que Draco lo había dejado abandonado en su cama después del sexo.

Todo había comenzado seis meses atrás, con la estudiante de medimagia con quién Draco almorzaba algunos días durante el tiempo en que su empresa surtía al hospital de los magos. La chica, por supuesto, había terminado enamorándose el hombre sin importarle qué fuera algunos años mayor que ella y cuando Blaise, que en realidad no había estado viviendo en Italia desde un año atrás, se enteró, supo en ese instante que la chica se había convertido en un obstáculo que debía eliminar si quería a Draco para él. El arma mortal fue un encantamiento de magia oscura que Harry conocía casualmente de el libro que había robado de la oficina de Dumbledore sobre los horrocruxes durante la guerra. Un encantamiento horrible que hacía explotar a víctima desde dentro, dejándolo hecho una masa de carne y huesos.

Una vez encontrada la conexión principal lo demás fue un juego de niños. El vendedor se mantenía en contacto con Draco porque su tienda se surtía de su negocio y al igual que la chica había sido un jodido acosador de mierda. Luego había estado el abogado quién había trabajado para los Malfoy durante el caso de Lucius y quién había estado detrás de Draco desde entonces, insistente con sus cartitas. Luego el auror que cuando le asignaron el caso supo que Draco era uno de los surtidores del vendedor y fue a hacerle algunas preguntas para finalmente prendarse de él y no dejar de visitarlo en su despacho. Y por último el distribuidor de ingrediente para pociones quién incluso había roto su matrimonio con tal de obtener algo de Draco.

Sí, Zabini se había desecho de todos ellos, el maldito enfermo, cegado por sus celos y su deseo de posesión y Harry lo había detenido justo a tiempo, antes de que el daño fuera irremediable.

Todo había sucedido la noche del treintena y uno de octubre. Una vez que Harry había reunido la suficiente evidencia para arrestar a Zabini y estuvo seguro de que cada una de las pruebas apuntaban a él, llevó todo el papeleo a Kingsley que rápidamente autorizó el arresto. Un grupo de aurores de desplegó, liderado por Harry pero cómo si el bastaron hubiera leído sus pensamientos se dio a la fuga sin que su búsqueda diera frutos, incluso cuando Harry fue directamente a su residencia.

Fue así como al final del día el auror Potter volvió a casa y encontró una lechuza por parte de su novio para reunirse esa noche. Harry había asistido a la cita, no tenía razón para negarse después de todo. Había pasado la noche con Draco que lucía un poco enfadado, aparentemente se había reunido con Zabini por la tarde y había intentado agredirlo sexualmente.

Fue en el momento en que Harry iba a notificar la última ubicación conocida de Zabini cuando apareció en casa de Draco y se lo llevó por la fuerza a su propio apartamento. Por supuesto, Harry sabía que estaba usando a su novio como señuelo pero no le importó, para él lo más importante era traer a Draco de vuelta a salvo.

Una batalla se desató en cuanto Harry derribó la puerta de Zabini quien, sin piedad, atacaba a Harry con los maleficios más oscuros que conocía. En algún punto, Harry había calculado mal sus pasos y había estado a punto de ser golpeado por la maldición de Blaise cuando Draco se interpuso entre ellos y su rostro fue afectado por un sectumsempra, causándole esas horribles marcas en su hermoso rostro.

Después de eso, Blaise, quien en ese punto ya había perdido la razón por la aura de veela de Draco, se distrajo lo suficientemente cómo para que Harry intentará desarmarlo. Pero el hombre fue rápido y contraatacó. Ambas maldiciones chocaron y Harry lo supo antes de que pasara, porque ya lo había vivido durante su batalla contra Voldemort, que la maldición de Zabini rebotaría y acabaría con él.

Cuando todo terminó, lo único que quedaba de Blaise Zabini había sido un anillo de plata con el emblema de su familia. Ni sangre, ni huesos, ni piel, ni cabello. Harry suponía que debía haber utilizado una maldición diferente, más poderosa, más oscura, para que no quedara nada de él.

Esa era la versión que Harry había dado. La oficial. La que nadie cuestionó ni se atrevería a cuestionar nunca. Por supuesto, había tenido que mentir para proteger a Draco, para protegerlos. Dudaba que decir que había usado su vínculo como compañero de Draco para influenciar su estado de ánimo y hacerle comer carne humana fuera algo que cualquiera quisiera escuchar. Incluso el mismo Draco. Tampoco creía que su novio quisiera escuchar que en realidad no había matado a nadie y había sido Harry quien había perdido la cabeza por celos desde que el vínculo entre ellos se había establecido y, accidentalmente había asesinado a una muchachita que no tenía la culpa de verse tan afectada por el aura veela de Draco como el mismo Harry.

Sin embargo y pese a las circunstancias, las cosas no podrían haber salido mejor. Ahora que Draco sabía todo lo que Harry estaba haciendo para protegerlo el vínculo se había vuelto más fuerte y de la misma forma en que Harry era atraído por el veela, el veela se sometía a él como su salvador y fiel amante. Y era perfecto, ahora todos podían ver cuan dependiente eran el uno por el otro y nadie se atrevía a interponerse entre ellos.

Draco era suyo y lo sería para siempre, de la misma forma en que él le pertenecía. Harry haría cualquier cosa por él, por conservarlo, por preservar ese sentimiento cálido que le causaba estar cerca de él, ser suyo y sabía que muy pocos lo entenderían, que muy pocos sabrían lo que es amar de esa manera tan intensa y pura.

—¿Te vas a casa, Harry? —, le preguntó Hermione pasando junto a él en el atrio.

—Draco me espera en casa, me toca hacer la cena.

—Por supuesto. Asegúrese de venir a cenar a casa la próxima vez.

—Por supuesto, la próxima.

Harry se despidió de su amiga y continuó con su camino de vuelta a casa pensando que aún quedaba un poco de Zabini y de Craggy en el refrigerador. Estaba seguro de que a Draco le gustaría un estofado de ambos. No había podido comer otro tipo de carne desde ese día. Y bueno, a Harry tampoco le desagradaba probar un poco de su victoria. 

  

Bueno, ahora si este es el final. Gracias por haber leído este especial de Halloween. Se suponía que ayer debía haber subido esto pero llegando de la escuela me quedé dormida jajajaja. Espero que (los que son de México) pasen un bonito día de muertos recordando a sus seres queridos. Un fuerte abrazo. 

Monster.Where stories live. Discover now