El Guardián (Iron Love) [Peter Parker]

Capítulo 16 - Guarida

En el instituto Elia se sentía feliz. Estar junto a Peter, Ned y Harry era divertido, por primera vez estaba a gusto en las clases y tenía gente con la que hablar, aunque solamente fuesen ellos 4. Con Peter todo había vuelto a la normalidad, era como si su relación nunca hubiera pasado por un mal momento, con lo que se sentía incluso más feliz: conservaba a su mejor amigo, ¿qué más podía pedir? Lo único malo era que apenas se veían fuera de Midtown, y no solo a él: Harry siempre tenía alguna cosa con su padre, Peter decía que tenía actividades de la Beca Stark y Ned... Ned simplemente pasaba del tema. Elia se planteaba quejarse a su padre de la excesiva carga de trabajo que tenía Peter, pero lo cierto es que ella tampoco podía salir demasiado. Durante esos días de inicio de curso aprovechó los escasos deberes para poder reparar su armadura, algo que por fin había conseguido.

-Ya estás lista, pequeña -comentó, admirándola.

Esa armadura era como su bebé, su mayor logro hasta la fecha, aunque ella no la hubiese construido de cero. Había hecho caso de los consejos de Peter y había incluido más armas, además de introducir a su mini Máquina de Guerra dentro. También le había hecho caso y la había modificado para que se pudiera controlar a distancia, aprovechando ese mando táctil que había encontrado en el desguace de Tony. Al final, todas y cada una de las piezas le habían servido, pues también había incluido diversos sensores que podían serle de utilidad, entre ellos una especie de radar que le indicaría cuando tuviese enemigos cerca. No obstante, era necesario poder verlos, con lo que había colocado varias cámaras en la armadura para tener un mejor ángulo de visión y poder pelear. Al final, entre sus ideas y las de Peter había conseguido crear una gran armadura.

Comenzó a desmontarla y la guardó en aquella maleta que le había pedido a Pepper, esperando que de verdad todos se creyesen que quería traer cosas de su casa.

-¿Has terminado?

-¡Mierda, Visión! -exclamó cuando este entró atravesando una de las paredes.

-Lo siento -se disculpó-. ¿Has...?

-No, aún no -contestó. Elia le había contado a Visión su plan de transformar su vieja casa en su guarida, donde nadie se preocupase por lo que podía sucederle a la armadura-. ¿Puedes ayudarme?

Visión se acercó a ella y comenzó a desenroscar las piezas que Elia le indicaba, guardando todo en la maleta. En teoría, la maleta iba vacía e iba a volver repleta de cosas desde su casa. Sí, eso iba a suceder de verdad, pero estaba claro que todo era una forma de despistarles. Además, para completar su plan, Visión y ella habían dicho que pasarían el día en Nueva York, aprovechando que Visión desconocía la ciudad y que Elia era toda una experta. Con esa pequeña excusa, habían conseguido evitar que otras personas se uniesen.

~~

-Creo que Happy está dolido -señaló Visión cuando ambos bajaron del coche y este arrancó apresuradamente, dejándoles solos. Visión cargaba la maleta ya que era la única manera de hacer que de verdad pareciese vacía.

-¿Tú también te has dado cuenta? 

-Sí.

-Creo que es porque él esperaba hacer esto conmigo -dijo Elia, acordándose de sus palabras. Debía de sentirse traicionado.

-Aún estás a tiempo de llamarle.

-¡No! -exclamó-. No, es mejor que no sepa nada de esto -aseguró mientras sacaba las llaves-. Vamos -dijo, una vez abrió.

La casa estaba algo más iluminada gracias a los escasos rayos de media mañana que entraban por las ventanas tapadas, pero seguía teniendo un aspecto desolado. Nuevamente, las piernas de Elia se paralizaron antes de llegar al salón, haciendo que Visión tuviera que detenerse tras ella.