Capítulo 34 - Castigo

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Peter no sabía cuánto tiempo había estado esperando en la que fuera su habitación, mirando al techo y tumbado en la cama, cuando el señor Stark llegó y le lanzó algo de ropa.

-Cámbiate -ordenó fríamente-, me quedo con el traje.

-Pero, señor Satrk -suplicó, levantándose de la cama de un salto.

-No te lo mereces -le interrumpió, siguiendo igual de frío-. Happy te llevará a casa.

A Peter no le había quedado más remedio que obedecer. Podía huir, pero tarde o temprano tendría que volver a casa o decirle a May que estaba bien, momento en el que el señor Stark le encontraría. Además, estaba seguro de que el traje tenía algún localizador. 

De eso había pasado ya una semana y Peter no sabía qué hacer. Suspiró, mirando la taquilla vacía de Elia, pensando qué había hecho mal. Desde entonces, había tratado de hablar con Elia, pero ella no respondía a los mensajes. La había visto por los pasillos, pero ella parecía evitarle; incluso había cambiado su horario y ya no tenían biología juntos. Además, tampoco se sentaba con ellos en la cafetería, en su lugar iba con un chico al que nunca había visto y no se despegaba de su lado. 

A pesar de lo que había hablado por última vez con Elia, no podía dejar de pensar que había vuelto a liarla. No se arrepentía de haberla besado, ni de nada de lo que había sucedido tras la pelea contra el Duende Verde, pero tenía la sensación de que esa era la causa. Él mismo sabía que no tenía sentido, mucho menos después de haber aclarado la situación en la habitación de Elia, pero su cabeza le jugaba malas pasadas. Ned, a quien le había contado todo, insistía en que hablase con ella, pero no había forma de conseguirlo. Elia siempre se perdía por los pasillos junto a aquel chico antes de que la alcanzase. 

No obstante, la situación le daba mala espina, pues ese chico también le vigilaba a él. Era un tipo joven, rubio y de ojos oscuros, pero demasiado mayor como para estar en el instituto. Peter se había fijado de que simplemente dejaba a Elia en sus clases y la recogía de allí, asegurándose de que no estaba sola. En la cafetería se sentaba con él en una de las mesas más alejadas y, mientras ella comía, el chico se encargaba de vigilar todo, pero en especial a Peter. El muchacho se ponía nervioso cada vez que notaba su mirada sobre su nuca y, aunque quería saber que sucedía, siempre le resultaba imposible llegar hasta ella.

Nuevamente, Elia estaba fuera de su alcance.

~~

-Lincoln, ¿podrías dejarme sola 5 minutos? -suplicó por octava vez-. Es un poco creepy que me acompañes hasta al baño.

-Pero si no entro ahí -repuso él.

Elia le miró a los ojos y resopló, sabiendo que él estaría esperándola junto al lavamanos, como siempre. Daba gracias de que los cubículos de los baños del instituto fueran pequeños o de lo contrario también entraría.

Por culpa de todo lo que había hecho: la pelea con el Duende Verde, robar uno de los trajes de su padre, mentirle, desobecerle y un largo etcétera, le habían asignado un guardaespaldas, aunque más que un guardaespaldas era un carcelero. Lincoln era uno de los pocos agentes de SHIELD que quedaban a cargo de Nick Furia y que no habían sido corrompidos por Hydra, pero no sabía nada más de él, tan solo que era completamente insoportable. Al menos, en el baño podía librarse de él unos minutos.

-Elia, ¿estás bien? -si antes lo pensaba, antes aparecía.

Salió, asesinándole con la mirada, y se lavó las manos. Desde hacía unas semanas su única alegría era llegar a casa, allí no tenía que aguantar esa mirada acusadora. Lejos de todo lo que pudiera parecer, la decepción de Tony implicaba que se sumergía en su mundo y, por lo tanto, no la hablaba. Su padre se pasaba horas en el taller y, aunque se sentía mal con eso, al menos tenía un poco de margen para sentirse libre, aunque le habían confiscado sus herramientas para que no pudiera fabricar otra armadura. Así, pasaba las horas en su habitación, estudiando todo lo que no había podido estudiar. No obstante, todo eso implicaba que no había conseguido hablar con nadie de lo que sabía acerca del Duende. Obviamente, con Lincoln no pensaba hacerlo y Visión había aprovechado la situación para huir con Wanda. Ella también quería huir con Peter, pero también le habían quitado el teléfono y no podía llamarle. 

El Guardián (Iron Love) [Peter Parker]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant