Desconocido te añadió al grupo 3: La última venganza

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Narra Alexandra:

- Maldita alarma...- Refusné para luego empujar la alarma al suelo, milagrosamente no se destrozó.

Opté por levantarme, dentro de unas horas tendría que ir a clases y estoy segura de que demoraria en hacer toda mi rutina. Me puse el uniforme del Instituto; una blusa Blanca con una corbata verde, luego puedes usar falda o pantalón. Simplemente lindo pero simple, cualquiera se podría infiltrar sin ningún problema. Preparé mi desayuno, estaba sola en mi casa, no me gustaba pero eran las únicas veces en las que podría escuchar a todo volumen mi música sin interrupciones.

- Let's fall in love...- Canté para luego darle un mordisco a mi sanwich de jamon y queso, y beber leche con cocoa, además de azúcar.

Estaba satisfecha. Mi peinado estaba muy fino, un pequeño pero adorable moño con una cinta al rededor color lila, y mi simple flequillo. Mi pelo es bastante corto, pero podía arreglarmelas para hacerme algo bonito. Tomé mi mochila y comencé mi marcha a clases,con mis audífonos a todo volumen y sabiamente una navaja; desde que vi las noticias, opté por comprarme una navaja por si acaso.

Al llegar al Instituto me encontré con Daniela, mi mejor amiga y la única de mi clase.

- ¡Buenas!.- Saludó Daniela.- ¿Qué pasa?

- Estoy agotada.- Respondí mientras tomaba asiento bruscamente, como si mi propio ser fuera un peso para mi.

- Lo noté.- Mencionó ella para luego reír.- ¿Y eso por qué?

- Tal vez será por los sueños repetitivos que he tenido.

- Tú y tus sueños.- Burló Daniela

No paré de soñar con aquel asesino, día tras día era el mismo sueño y era muy agotador, muchas veces he despertado sudando o con marcas en la piel. Como Daniela me había dicho antes, soy mágica, por mis sueños premonitorios. Muchos de mis sueños se hicieron reales sin explicación alguna, sólo eso, sueños premonitorios.
Al entrar a clases era la misma rutina de siempre; pasan la lista,dan una cierta explicación sobre algo aburrido, vuelve a tocar el timbre para el recreo y luego vuelve a lo mismo, repeticiones infinitas.

- Tranquila.- Sobresalto Daniela

- ¿De que hablas?

- Ya dejarás de soñar esas cosas.

- Eso espero.- Respondí desilucionada

Narra Miguel:

Estaba jodidamente cansado,sin energías por el trabajo de tiempo completo que tenía.

"Cajas,cinta,entregar."

Esas palabras resonaban en mi cabeza unas 100 veces al día, otras 20 en la tarde y unas 1.000 en la noche. Prácticamente trabajo sólo para eso, aunque no me quejo, me pagan muy bien y eso hace que no muera de hambre. Me encontraba frente al Instituto, creo que seré el único mayor que debe materias, seré un viejo arrugado al lado de estos niños.

- ¿Aún sigues aquí?.- Preguntó mi hermana, quien estaba apenas llegando a clases, no me quejo,yo era igual.

- Quiero darle suspenso a mis espectadores.- Bromee

Carla sólo rió para luego darme un pequeño golpe en la cabeza con su cartulina, me recordó las veces en las que yo me olvidaba de los materiales y mis compañeros me querían matar. Buenos tiempos.

- Te veo adentro.- Se despidió mi hermana para luego correr a clases

- No tengo prisa.

Narra Eduardo: