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Fuera del grupo:

Juan junto a un grupo de amigos desayunaban en la biblioteca, mientras discutían sobre las materias que tendrían hoy, más los deberes y tareas orales. Aún así Juan seguía revisando su celular, esperando alguna señal del grupo.

- ¿Qué tanto miras el teléfono?.- Preguntó uno de sus amigos hacia Juan. A la vez se iba acercando a su celular para poder espiar.

- Nada importante.

Juan inmediatamente guardó su celular en su bolsillo. Los demás seguían dialogando.

La biblioteca era bastante pequeña, cualquier persona que hiciera un mínimo ruido sería escuchado por todos en el lugar. Unos cuantos libros cayeron al instante en la esquina de la biblioteca. Martina intentó sacar uno de los libros, pero no fue cuidadosa. Juan se percató de ello, por lo cual se levantó sin decir nada y fue hacia donde se encontraba Martina.

Él simplemente se quedó mirando como Martina levantaba los libros y los guardaba en su lugar. Al guardar el último libro, se levantó y al darse media vuelta pegó un salto.

- ¡Me asustaste!.- Exclamó Martina.- ¿Es normal para ti espiar a las personas?

- ¿Es normal para ti leer eso?

Los libros que se encontraban en esa sección eran sobre Horror, terror-psicológico y Anatomía humana. Martina volteó a verlos y soltó una carcajada.

- ¿En que mundo vives en el que está prohibido leer esa clase de cosas?.- Preguntó Martina mientras se reía.

- No lo se, siempre creí que eras más del lado de la fantasía.- Admitió Juan.

- Que en el grupo actúe de tal forma no significa que en persona sea así. Puedo ser tonta, pero sólo cuando debo.

Juan sólo la quedó mirando, pensando por unos cortos segundos muchas posibilidades.

- Sólo eso quería escuchar, perdón por molestarte.

Juan regresó con su grupo de amigos, mientras que Martina sólo rodó los ojos y regresó a su búsqueda.

- ¿Es ella la de los mensajes?.- Preguntó uno de los amigos de Juan en forma de broma.

Juan sólo lo golpeó en la nuca y volvió a su asiento.

Narra Mía:

- Sólo digo que es posible que uno de nosotros sea el desconocido.- Dijo Micaela.

- Podrías ser tú.- Interrumpió Eduardo en vos baja mientras mandaba mensajes.

- No digas nada si no tienes algo relevante para decir.

- ¡Hey!.- Exclame para que no formaran otra discusión.- A lo mejor es alguien que no conocemos y sólo finge hacerlo.

- Podría ser.- Dijo George.

Micaela, George y yo investigabamos sobre quién podría ser el desconocido. Mientras que Eduardo y Abigail, sólo mandaban mensajes.

- Chicos, por favor, esto es importante.- George trató de llamar la atención de ambos, para que nos ayudaran.

Eduardo dejó el celular y se unió a la conversación con mala gana. Mientras que Abigail sólo nos miró de reojo, para volver al celular.

- Puedes irte si no te importa, nadie te obliga a quedarte.- Dije en voz alta para que todos y no sólo Abigail me escucharan.

Se levantó y se fue a otra mesa del patio, sin despegar los ojos del celular.

- Bien ¿Alguien más tiene algo para decir?.- Pregunté.

Desconocido te añadió al grupo 3: La última venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora