001 ~ ᴅᴇsᴘᴇʀᴛᴀʀ ᴄᴏɴᴛɪɢᴏ.

12.3K 690 134
                                    

Aristóteles.

Sentía como los leves rayos del sol tocaban mi cara, era hora de levantarse. Intenté estirarme para sacar la flojera de mí pero no lo sentí tan cómodo, había algo que me lo impedía, o en este caso... alguien.

Él se encontraba abrazándome de lado y tenía su cabeza reposando en mi pecho desnudo, pasé mi mano por sus cabellos y bajé a su hombro. Su piel era tan suave, empecé a acariciar con mi dedo pulgar.

Me parecía poco creíble lo bien que él me hacía sentir, tenerlo tan cerca me causaba un cosquilleo que me llenaba de alegría... bendito sea el día que llevé ese pastel a casa de los López, bendito sea el día que te conocí, Cuahutémoc López.

—Buenos días, bonito —me dijo con una voz ronca, moviéndose ligeramente para verme a la par que tallaba sus ojitos con su muñeca—. ¿Cómo amaneciste?

—Amanecí a tu lado. Claramente amanecí de lo mejor.

Él dejo salir una sonrisita cálida, me encantaba como sus ojos se entrecerraban cada vez que sonreía.

—Me haces muy feliz, Aristóteles Córcega.

—Y tú a mí —se acercó a darme un beso. ¿Les he dicho ya qué amo sus besos? Es como tocar el cielo con los labios, a pesar de ya llevar 2 años de relación sigo sintiendo esas mariposas en el estómago de las que todos hablan cada vez que me besa—. ¿Te digo que es lo que me pone más feliz? —digo después de separarnos de tan exquisito beso mañanero.

—Dime.

—Que tú seas lo último que veo antes de dormir y lo primero al despertar... y que todos los días me vuelvo a enamorar de tí.

—Te quiero tanto —y me volvió a besar.

Se acomodó de forma en que sus piernas quedaron a mis costados y yo coloqué mis manos en su cintura, sus manos tomaban mis mejillas y las mantenían para no separarnos de aquel beso.

Pero es de verdad que yo aún no entiendo. No entiendo cómo simplemente con verlo me olvido de todo lo malo, él es el sol que me ilumina en los días más lluviosos, es mi motor para avanzar en la vida... no sé qué haría si él no estuviera conmigo, en serio le tengo tanto amor que me da un sentimiento enorme y me provoca querer llorar.

Nos separamos por falta de aire y él estaba sonriendo, tan lindo y perfecto como siempre, pero su expresión cambió cuando notó lágrimas en mis ojos.

—Bebé —colocó su mano en mi mejilla y limpió con el pulgar una lágrima que había alcanzado a salir—, ¿por qué estás llorando? ¿Te sientes bien?

—Sí —pasé mi mano a mi mejilla para que ésta quedará sobre la suya—, estoy mejor que nunca.

—Pero dime, ¿por qué lloras?

—Porque soy feliz, Cuahutémoc. Soy feliz de tener a alguien como tú, soy feliz de poder demostrarte todo mi amor y cariño, soy feliz de estar y  despertar contigo —ahora no era el único que estaba llorando, mi novio me acompañaba en la acción pero sonreímos a la par.

—Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.

Volví a tomarlo de la cintura pero esta vez para atraerlo hacia mí y abrazarlo, él correspondió al abrazo y yo no podía ser más feliz de estar con el amor de mi vida.

Simplemente Aristemo.Where stories live. Discover now