Capítulo 7

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Viernes por la noche, eso significaba una sola cosa, carreras.

Erick ya cada vez se iba haciendo más conocido aquí, algunos decían que sería mi sucesor y el futuro mejor de Miami.

Me resbalaba en realidad ese tipo de comentarios, tenía un as bajo la manga y si era necesario usarlo, sin dudarlo lo haría.

Puse mi auto al lado del suyo, me reconoció de inmediato. Bajé calmadamente, no tenía intenciones de pelear o de discutir.

- ¿Ya decidiste? - pregunté apoyándome en su auto.

- En un mes.

- ¿Tanto?

- Quiero ganar tiempo para otras cosas, personales claro.

- ¿De cuánto estamos hablando?

- Veinticinco mil dólares, en efectivo - se recargó en mi auto quedando frente a mi - más el puesto del mejor.

- Me parece bien - recargue mi manos en mi auto dejando su cuerpo entre ellas - si yo gano, quiero tu auto y que te vayas de aquí.

Me miró pensando la posibilidad, apostar el auto para nosotros era perder no solo tu compañero de carreras, en ellos había mucho dinero invertido.

- Está bien.

- En un mes entonces - extendí mi mano.

- En un mes - cerramos el trato con un apretón de mano.

Me tomé el atrevimiento de atraerlo a mi cuerpo para llegar a su boca. No se negó, seguíamos con las manos apretadas y ambos nos mirábamos fijo mientras sentíamos nuestros labios.

Nos separamos al sentir el sonido de una patrulla - se armó - dije sacando las llaves de mi auto.

Ambos partimos al mismo, literalmente me sentía como en un videojuego, esperaba que mis amigos hayan alcanzado a salir.

Le toqué la bocina para que tome otro camino, no sé qué mierda estaba haciendo pero algo me decía que debía protegerlo.

Afortunadamente me hizo caso, tuve que rondar por las calles con una patrulla detrás por varios minutos hasta que logré escapar.

- Bien chiquito, bien - acaricié a mi auto, lo solía hacer siempre - ¿dónde viviera este chico?

Me quedé con esa gran duda, estaba claro que me debía una.

Le mandé mensajes a los chicos para ver si estaban bien, afortunadamente estaban todos juntos.

Conduje a mi casa, no quería hacer que mi bebé se esfuerce demás, ya había sido mucho el hecho de escapar de esos policías.

- Con que aquí viniste - dije mirando el auto de Erick fuera de mi casa - mete tu auto - lo miré - ahora.

No era seguro que lo deje afuera, mejor prevenir.

- ¿Te costó mucho huir?

- No - abrí la puerta de mi casa - me debes una.

- ¿Qué? Yo no te dije que me ayudes, yo hubiera podido solo - respondió cerrando la puerta.

- Aún te falta conocer bien las calles de acá y los lugares seguros.

- Supongo que deberé averiguar.

- Supones bien - dije sacando dos cervezas de la nevera - aunque si quieres, puedo ayudarte.

- ¿Por qué debería confiar en ti?

- Porque soy el único que conoce todo a la perfección, por algo soy el mejor.

- Claro, lo olvidaba - rió con algo de sarcasmo.

- ¿Ya ves?

- ¿Qué cosa?

- No es necesario llevarnos tan mal.

- ¿Que te hace pensar que me agradas? - bebió un poco de su botella.

- El que estés acá en mi casa y por tu propia voluntad.

A Tu Velocidad - ChriserickWhere stories live. Discover now