Capítulo 40

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Mi cuerpo se despertó con las caricias de Seth. Su lobo me observaba y detrás de él inquieto estaba Quill.

Venga, ya me has hecho esperar para que le despertases tú, ahora tenemos prisa.

Seth le gruñó y Quill retrocedió medio paso.

Nunca te entenderé tío.

Me puse en pie y me sacudí. La tierra que se había pegado a mi pelaje se desprendió y quedé tan reluciente como siempre.

Ha llegado el primer invitado. Me informó Leah, a mi muda pregunta.

Embry por otra parte no parecía estar en la comunicación. Al igual que Jacob.

Embry está sobado. Explicó Seth, mientras vigilaba las distancias de Quill.

Y Jacob está con el bicho. Terminó Leah, todos habían aceptado el apodo como algo de la manada. Desde luego algo no a decir cerca de Bella.

Los tres nos acercamos trotando a Leah. Estaba en las afueras de la casa Cullen. Edward les recibía en el porche. Eran cuatro vampiros. Tres chicas, dos de ellas rubias y un chico. Me alivió ver que sus ojos eran dorados como los de los Cullen.

Quill Seth y Leah se colocaron en mis costados. Edward fue el primero en vernos llegar.

-Jacob está dentro.- avisó.

No veníamos a verle a él. Dije señalando a los nuevos.

Edward asintió.

El grupo se giró al ver que Edward hablaba con alguien. Las dos chicas rubias retrocedieron asustadas y el hombre se colocó de forma protectora frente a la morena.

-No ayudáis a empezar esto con buen pie.- Dijo Edward.

Tenemos que reconocer sus olores, si no, no podremos avisar de amenazas. Dijo Seth.

Edward asintió.

-Tanya, Kate, Carmen, Eleazar, no debéis temerles, son nuestros aliados.- dijo.

-Si vuestro problema no es con los lobos, ¿Qué ha pasado Edward?- preguntó una de las rubias.

-¿Por qué están ellos aquí?- preguntó la morena, parecía curiosa.

-Nos protegen de ataques y además protegen a los humanos de Forks y la reserva, necesitan identificar vuestros olores.- respondió Edward.

El clan de vampiros nos miraba. Parecían tan desconfiados como sentía yo a la manada.

Oledles, pero no os acerquéis mucho.

La manada olisqueó el aire y a paso lento pasaron entre los vampiros. Solo la chica morena observaba con fascinación.

No son muy diferentes de los Cullen, ¿Cómo vamos a diferenciarlos? Pensó Quill.

No son para nada iguales. Apuntó Seth y yo estaba de acuerdo.

Mi nariz va a empezar a sangrar. Se quejó Leah.

Ellos no habían convivido tanto con sus olores como nosotros.

Edward invitó a los Vampiros a pasar a la casa y el grupo dejó de estar tenso.

Entraré por si Jacob necesita ayuda. Dije mientras pensaba en los suaves sillones de los Cullen.

Iré contigo. Dijo Seth.

Alguien tiene que hacer las patrullas. Se quejó Leah.

No voy a dejarla sola con ellos. Añadió Seth.

Una Nueva Vida ~Seth Clearwater~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora