Capítulo quincuagésimo séptimo

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Cinco años después

…—¿Sabes bebé?, acabo de enterarme de una cosa sobre tu familia—Dijo Eric, el rubio celador del centro psiquiátrico, que se encargaba de William desde años años atrás.

—No me importa nada de esa gente, guardatelo, no quiero saberlo.

El celador sonrió.

—Al parecer no vendrán a la reunión semanal con el director.

— ¿Acaso te he dicho que me lo digas?— preguntó furioso el ojiazul fulminandolo con la mirada.

Eric acarició su cabeza y entonces bruscamente le apretó las correas que lo sujetaban a la cama.

—Maldito estúpido, te he dicho mil veces que no me hables así o te arrepentirás—Le susurró este molesto.

William rió.

—¿Qué más puedes hacerme a parte de follarme?, eres un gilipollas si crees que te tengo miedo.

El celador sonrió lascivamente.

—¿Sabes?, cuando te pones así de malhumorado todavía me pones más cachondo... pero no he venido a eso. Te diré lo que he escuchado y luego me iré a casa, mientras tú te quedarás aquí llorando porque no llené tu culo con mi leche.

—Cállate ya y lárgate no te necesito...no necesito a nadie—volvió a hablar el ojiazul.

Eric se paseó entonces por la habitación sonriendo hasta que finalmente se paró frente a la ventana con rejas.

—Al parecer tus padres no vendrán a la cita semanal con el director, porque se van de celebración. Lo escuché mientras hablaba con el doctor. ¿No quieres saber cual es esa celebración?—susurro este acercándose para juguetear con su dedo por todo el cuerpo de William.

El amordazado chico resopló pero no dijo nada.

—Al perecer se van de boda, mi queridísimo loquito— Soltó el celador mofándose—Finalmente tu famosísimo Harry y tu odiado hermano, van a casarse, ¿Qué te parece?.

William apretó entonces sus puños sujetos por las correas hasta casi quedarse blancos y empezó a sacudirse intentando liberarse, mientras gritaba con toda su rabia.

—Cállate maldito pirado o vendrán los demás —le susurró el rubio tapándole la boca—no me obligues a pincharte un calmante…así no eres divertido.

William paró de repente pues tampoco quería que lo drogase, no le gustaba cuando le obligaban a estar medicado, por eso accedía a tener relaciones sexuales con Eric pues él a cambio no le daba la medicación, por lo que podía estar lúcido, aunque en ocasiones tenía que fingir para que los demás empleados de la clínica no se diese cuenta.

Finalmente el celador le dio un beso en los labios y sonriendo se fue.

—Hasta mañana amorcito, que tengas lindos sueños o pesadillas, lo que prefieras.

William suspiró y se echó a llorar, odiaba aquel lugar, odiaba a su familia por dejarlo allí y se odiaba a si mismo por ser así pero no podía remediarlo. La esquizofrenia había estado en el durante años, latente hasta que finalmente había salido a la luz tras lo que había echo a su hermano.

Había pasado mucho tiempo y a pesar de todo los tenía muy presentes pero no quería que lo viesen así por eso se había negado también a que Lottie lo visitase.

En el fondo sabía que Harry y Louis estarían juntos y felices, era consciente de que su hermano amaba a Harry desde el momento en que lo había visto y también sabía que Harry terminaría enamorados de él por eso había evitado que se tratasen.

En realidad no lo había movido el amor por el ojiverde, de echo William sentía que jamás había amado a nadie, tan solo lo había echo por los celos y el odio que sentía por su hermano pequeño, él cual era puro y bueno y por eso nunca lo soportó.

23. Un novio de mentira. L.S (Terminada)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ