IX. Vainilla

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BUEN CHICO, TOM

IX. VAINILLA

"...con sus labios cada vez a una distancia más corta, más corta, más..."

Chris subió sus manos para acunar el rostro de Tom hasta quedar a escasos centímetros de un beso. Si, deseaba con todas sus fuerzas besarlo, y hubiera querido ser más paciente para escuchar las réplicas del inglés, pero era imposible. Su carácter era ser impulsivo y pasional con lo que deseaba; y sin lugar a dudas, su mayor deseo era hacerle el amor al otro.

Por su parte, Tom trataba de aclimatarse a toda la situación.

—Si es una broma, no te perdonaré nunca —expresó con sus ojos clavados en el rostro australiano, recibiendo una sonrisa condenadamente atractiva.

—No me arriesgaré a que me ignores otra vez

—Ehehe, admito que eres muy persuasivo

—Dioses, me encanta cómo te ríes —confesó, tomando las manos del inglés para dirigirlas a su cuello, para él tomarlo de la cintura con comodidad. —Entonces, ¿me perdonas?

Tom ladeó el rostro, suspirando. Chris podía ser un bruto, animal, acosador, sinvergüenza, cínico, torpe, buscapleitos, contradictorio, orgulloso, cabezota, poco delicado con un sinfín más de malas cualidades, pero también lo compensaba con esos detalles tan quita alientos que no entendía del todo. Que vamos, no estaba seguro de querer pasar al siguiente nivel esa misma noche, pero se arremolinaba con más fervor en su pecho una incipiente necesidad de ser tocado, deseado, querido, amado... No sería del todo malo quedar a su merced una vez más.

—Solo si así terminas lo que empezaste —se aventuró a decir, esta vez, con una sonrisa genuina. —Queda usted perdonado, señor Hemsworth

Chris soltó una risa leve, pegando su frente a la de Tom, con el corazón repiqueteando más rápido. Había sido un malentendido diminuto, pero con la fuerza suficiente para lastimar a Tom, y juró por la tumba de sus abuelos que no ocurriría de nuevo. Tomó iniciativa para mirar una vez más al inglés, acercar su rostro y por fin besarlo. Habían pasado horas desde su último beso, pero el miedo de no poder hacerlo de nuevo, carcomía su mente. Aprovechó el contacto para llenarse del sabor dulce que se impregnaba conforme pasaba sus labios y desfogaba sus ansias de poseer esos besos el resto de sus días.

Las rodillas de Tom temblaban ante un beso fuerte y distinto de los demás: un beso de reconciliación. Negarse a esas alturas sería presunción, o negación sin sentido. Abrió sus labios, dándole acceso al australiano para deleitarse y que jugara con su lengua. Dioses, era un perfecto momento para perder la cordura y permitirle acceso a todo.

—Por cierto, volviste a llamarme "señor Hemsworth" —pronunció Chris contra la boca ajena, desinhibido. —Me temo que tendré que castigarte, Tom

Tom rodó los ojos. Seguía poseyendo ese agridulce sentido del humor, aunque no supo si hablaba en serio o solo por romper el hielo.

—Eres un torpe. ¿Qué está pensando tu altanera mente? —lo retó.

—En sexo vainilla

—Ja, ¿tú?

—Sí, tu castigo será que o puedas olvidar esta noche —acercó su boca al oído de Tom para morder su lóbulo y agregar: —porque no voy a dejarte dormir

Antes de que Tom pudiera replicar, los labios de Chris volvieron a su asalto para robarle el aliento. No supo a qué hora las manos del australiano comenzaron a acariciar sus glúteos, sacando suspiros entre los besos hasta derretir sus sentidos, como si cada caricia fuera un boleto al paraíso.

Buen chico, Tom [Finalizado: Hiddlesworth AU]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin