XIII. Fashion Week (parte 2)

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BUEN CHICO, TOM

XIII. FASHION WEEK (parte 2)

Mark Ruffalo tenía el título de abogado solo de adorno, pues no lo ejercía de manera convencional: ir a juicios, hacer convenios, presentar declaraciones y otras funciones no formaba parte de sus acciones ante sus clientes. Cabía recalcar que la clientela que pagaba por sus servicios era reducida debido al impacto legal que podría conllevar una investigación.

Chris había conocido a Mark en Australia en circunstancias poco comunes: durante un enfrentamiento entre pandillas. Hace diez años, Chris seguía siendo un chiquillo sin objetivos fijos, y como parte de su pasatiempo, se había unido a un bando de delincuentes juveniles. Sus delitos se clasificaban como vandalismo, pero eran territoriales, así que las riñas eran frecuentes. Fue casualidad que Mark estuviera realizando una investigación en la zona, hallara en su camino un rubio tirado en medio de la banqueta con múltiples contusiones en las costillas y la nariz rota. Lo llevó a su apartamento para curarlo y escuchar su historia. Terminó ofreciéndole trabajar para él durante un tiempo mientras se estabilizaba y conseguía otro empleo más lucrativo. Al final, Chris terminó su universidad, encontrando la perfecta oportunidad para aprovechar una beca en USA. De ahí, la historia como protegido de Robert y su imperio de Buchanan's era de dominio público.

El vuelo desde Sidney hasta Nueva York tardaría 24 horas enteras, así que Chris necesitaba paciencia, pero estaba poniéndose demasiado a prueba con la mujer a lado suyo como pegamento. Como parte de su plática con Mark, le había enviado por mensaje el nombre de Elsa, explicándole la extorsión que planeaba. Mark vivió el momento crucial cuando Chris se comprometió con ella, mirando de cerca la relación tóxica. Se alegró demasiado por el divorcio, sin embargo, ahora el asunto se había salido de las manos.

—Aún no hemos fijado fecha para nuestra boda —declaró Elsa frente a varios entrevistadores. —Será un honor tenerlos presentes. Les haremos saber cuando la realicemos

Desde la distancia, Chris estaba rodeado de su grupo de amigos. Ya había dado varias declaraciones cortas y secas, tratando de permanecer lo más ecuánime posible. Elsa era un foco de llamar la atención y estaba vigilando cada palabra que decía. Eso no quitaba que estuviera enfadado e iracundo. Tuvo que contarles a todos sobre el chantaje.

—Y yo que empezaba a disfrutar el evento —comentó decepcionada Scarlett.

Cualquiera de los presentes entendía lo grave del asunto y lo peor era que el medio legal para deshacer el embrollo era demasiado complejo. Chris les había asegurado que lo resolvería, pero tendría que ser después del Fashion Week.

Tom no sabía cómo reaccionar. Sentía preocupación, miedo, frustración, inseguridad, impotencia, ansiedad, desesperación y más sentimientos horribles. No era posible que esa mujer quisiera perjudicar a Chris. Sabía que el rubio no sentía nada por ella ahora, pero ella se colgaba de su antigua relación como provecho financiero. ¿Cómo podía caer en una bajeza así?

Miró a Chris. Demonios, quería abrazarlo fuerte para no soltarlo jamás, decirle que todo estaría bien mientras estuvieran juntos; quería besarlo, pero debía guardar compostura.

Le tomó la manga del saco, casi con temor a hacerlo enfurecer más. No deseaba importunarlo.

—Chris... —lo llamó solamente.

—No te preocupes —se apresuró a responder, acercándose un poco para hablarle cerca del oído. — Tengo un plan, pero no puedo darte los detalles aquí

—Quiero ayudarte

—Lo sé, pero esto ha quedado fuera del alcance de los dos —respondió. —Escucha, nos iremos a casa esta noche, te haré el amor y te contaré qué haremos los siguientes días

Buen chico, Tom [Finalizado: Hiddlesworth AU]Where stories live. Discover now