Capítulo II

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Ya era sábado y se sentía un poco mejor, pero había "contagiado" a Valt Aoi; ahora él era el que se sentía mal por no ver a su amiga feliz como siempre lo estaba, y también, por la idea de Free de la Hoya. En esos momentos de la mañana, el de cabellos azules era el que estaba tapado hasta la cabeza ignorando todo a su alrededor. También se había quedado en cama la castaña clara, pero esta vez, preocupada por su compañero.

Ya para la tarde, por fin se levantó de su cama. Verificó de que su amigo aún seguiese durmiendo, y estaba en lo cierto. Se vistió lo más rápido que pudo y salió en silencio en dirección a la cocina.

Tenía que levantarle el ánimo a Valt y que más que prepararle pan Bey, su favorito. Sabía como hacerlo, lo único que le faltaba eran los ingredientes que, más que obvio, debían estar todos en la cocina de la chef Ange López.

[...]

—Tiempo que no te pasabas por aquí Chris, el trabajo te tiene atareada— dijo la chef a la vez en que le servía un plato de comida y lo colocaba enfrente de la chica de cabellos rosados oscuros, la cual forzaba una sonrisa y le agradecía la comida.

—Es sólo que... estamos mal. Free se fue y _____ no está bien. BC Sol está cayendo en picada— tapó su cara con sus manos la gerente del equipo.

—Descuida, es seguro que llevarás adelante este equipo tal y como lo hacía tu abuelo— la intentó animar la castaña mayor.

—No lo sé... él tenía una manera muy especial de manejar el equipo que jamás llegué a comprender. Nunca seré como él.

—¡Exacto! Tú serás mejor— apoyó una de sus manos en el hombro de Christina con una sonrisa materna, algo que le agradó a la muchacha.

Cuando estaba por decir algo, ambas mujeres sintieron un ruido proveniente del otro lado de la pared de la cocina. Chris miró a Ange que también le había dedicado una mirada, antes de dirigirse, al lugar de donde habia provenido el sonido hacía unos momentos. Con las manos en su cintura, pilló a _____ Umari.

La castaña clara no sabía que decir ante la presencia de la dueña de la cocina. Tenía una de sus manos en su nuca a la vez en que la rascaba, su otro brazo detrás de su espalda, una postura recta y una sonrisa que mostraba verdadero nerviosismo.

Ange sonrío de costado, haciendo que la joven riera bajo, aún con sus nervios a flor de piel.

—¿Y tú qué haces aquí? No te presentaste a comer desde ayer. ¿Acaso ya no te gusta mi comida?— fingió que estaba indignada a lo que había hecho la chica.

—¡No, no, no!— dijo dando un paso hacia el frente y negando con sus manos y cabeza, provocando que la chef riera ante eso. Eso hizo que la chica se sonrojara ligeramente por la pequeña vergüenza que estaba pasando.

—Tranquila, si quieres comer no debes venir a escondidas...

Christina Kuroda escuchaba todo. Corrió la silla de su lugar hacia atrás, para incorporarse, y asomar un poco su cabeza por el marco de la puerta para encontrase con la mejor blader del equipo, desde hacía poco. Estaba confundida por como estaba actuando la chica, algo que jamás había imaginado de ella. Estaba nerviosa y a la vez distraída. No era lo que un blader necesitaba al momento de jugar.

Salió de su pequeño escondite mientras que ellas seguían hablado.

—¿Así que quieres hacer repostería para hacer sentir mejor a Valt?— preguntó la señora.

_____ asintió tímidamente para luego dirigir su mirada a la dueña del equipo en el que estaba.

—¿Estás mejor, _____?— preguntó un poco preocupada.

Estaba por responder pero Ange se volteó a ver a la de cabellos rosados oscuros —Se ve que nunca ha estado enferma. Conozco a los chicos— rió un poco bajo.

Christina se hizo a un lado para ver a la chica que vestía de color celeste —¿Eso es verdad?— arqueó una de sus cejas a la vez en que la veía con seriedad.

La jovencita Umari asintió con pesar luego de haber soltado un suspiro resignada. No podía mentir, era muy obvia. Pero la reacción ante eso de parte de Christina fue muy diferente a lo que esperaba ella.

—Menos mal...— soltó un suspiro aliviado, para volver a verla—. Por curiosidad, ¿qué querías hacer para Valt, y por qué?— interrogó.

—Es sólo que ahora él es quien se siente mal y quiero levantar su ánimo con algo que el super ama: el pan Bey. Es su comida favorita y pensaba prepararsela, claro... si Ange me lo permite— miró cabizbaja a la superiora de la cocina que la veía con sus manos en su cintura, como mostrando autoridad.

El silencio duró unos segundo para luego escuchar una carcajada de su parte que afirmaba que podía hacerlo y que la ayudaría. _____ se puso feliz y la fue a abrazar.

—Si quieren puedo ayudarlas, no tengo mucho que hacer ahora. Pero desde, ya les voy diciendo que no soy buena en la cocina— rió al final porque decía la verdad.

Las otras dos se separaron del abrazo y rieron también por lo que había dicho la de cabello rosado oscuro. A la castaña clara se le ocurrió que también podían hacerle pan Bey a todos los miembros del equipo, algo que le agradó a la gerente.

A la vez en que la chica amasaba la masa con una sonrisa y conversando animadamente con Ange, era observada por Christina que aún dudaba el por qué ella había faltado el día anterior y ese al entrenamiento.

¿Tenía que ver con Free?

LO SIGO SINTIENDO |Free de la Hoya y tú|Where stories live. Discover now