Cap I

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Te amo, Kacchan—

Despertó bruscamente el rubio luego de aquel repetitivo sueño que había tenido desde que despertó del coma, logrando despertar al pelirrojo

—Bakugo... ¿Estas bien...?— se incorporó tallandose sus ojos 

—Si... Ese sueño me sigue atormentando— apoyo su cabeza sobre sus manos

—Nunca me has querido decir de qué es ese sueño— comentó el pelirrojo acariciando la espalda del contrario

—No tiene caso... — alzó su cabeza y volteó a mirarlo —Perdón por despertarte— acarició su cabeza y regalo un pequeño beso en sus labios

—No te preocupes— sonrió luego de recibir dicho beso —Volvamos a dormir— se recosto nuevamente

—Iré por un vaso con agua — respondió mientras se quitaba la sabana de encima y se levantaba dirigiéndose a la puerta de la habitación saliendo y yendo hacia la cocina »¿Que es este sentimiento?« pensó mientras vertía agua en un vaso, recordando aquel sueño, tratando de recordar el rostro de la persona que hacia que su corazón se acelerara de esa manera, causándole un fuerte dolor de cabeza haciendo que soltara el vaso que éste al instante se rompió —Mierda... — refunfuño mientras iba por algo para recoger los vidrios, regresó y los recogió, con un trapo limpio el agua

—Bakugo... — apareció de pie el pelirrojo apoyado en el arco de la puerta —¿Estas bien?— pregunto luego de ver los vidrios tirados —¿Te lastimaste?— se acercó un tanto preocupado

—No te acerques... Puedes lastimarte— le bloqueo el paso —Estoy bien, ve a la cama— lo miro con detenimiento

—B-bien... — respondió regresando a la habitación. Luego de unos minutos el rubio regreso a la habitación acostándose a un lado del pelirrojo —Bakugo... Has estado actuando raro últimamente, muy cortante— dijo sin voltear a mirarlo

—Solo he estado estresado, tengo de repente visiones pero no logro recordar que son, estoy confundido— los abrazo por atrás

—Si, pero no te esfuerces, el doctor dijo que poco a poco recor... darías— se quedó en silencio »No quiero que lo hagas... No hasta que te hayas enamorado plenamente de mi...« pensó inseguro cerrando sus ojos

—Si, lo sé... — de igual manera cerro sus ojos y sin dejar de abrazar al contrario quedó plenamente dormido

Al día siguiente, en el castillo...

El jóven Izuku se encontraba caminando por los corredores del castillo con un aura depresiva, sus ojos estaban llenos de ojeras, estaba delgado, la supuesta muerte de su pareja realmente le había afectado y su cuerpo lo reflejaba...

—Hey, Deku, ¿vas a desayunar?— se escuchó la voz del bicolor

—Déjame solo... No quiero nada tuyo— respondió sin voltear a verlo continuando con su camino

—Tienes que comer, ¡vé como estas!, Bakugo murió hace unos meses... Supéralo— tomó el delgado brazo del peliverde

—¡Callate! ¡Tu lo mataste!— sus ojos se llenaron de lágrimas e inevitablemente éstas corrieron por sus mejillas —Ni siquiera me dejaste ir a su velorio... —

—¡Ni siquiera me enteré de su velorio...! Además, ¿creías que su familia te iba a recibir?, solo te iban a humillar— soltó su brazo 

El peliverde permaneció unos segundos en silencio y retomó su camino sin decir una palabra, limpiando con su antebrazo aquellas lágrimas que permanecían ahí —Saldré a tomar aire fresco— dijo a lo lejos en voz baja pero audible para el bicolor

Un camino, dos amoresOnde histórias criam vida. Descubra agora