Cap VI

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El pelirrojo al escuchar aquel grito giro su mirada, pues la voz le parecía ser familiar y cuando miro de quien provenía aquella voz retrocedió unos pasos —¿Que haces aquí...?— miro de reojo al rubio y cerro la puerta sin dejar de mirar a ambos

—¿Se conocen?— pregunto el rubio al ver la reacción de ambos, sobre todo porque eran reacciones negativas y no le gustaba el ambiente que se estaba formando

—¿Es él tu pareja?— cuestionó el peliverde señalando al pelirrojo con molestia

—Si, ¿lo conoces? —

—Claro que lo conozco... — miro al pelirrojo con enojo —Como olvidar su rostro—

—Ven, tenemos que hablar... — el pelirrojo se dirigió con rapidez al peliverde y lo llevó consigo a la cocina, el rubio solo observo desconcertado la situación

—¿¡Que explicación me vas a dar!? — se zafó del agarre del contrario y se detuvo en seco

—No se por donde empezar... — respondió el contrario mientras dejaba un par de bolsas sobre la mesa

—¿Creiste que nunca nos encontraríamos él y yo?, ¿por qué carajos fingiste su muerte? —

—Es un poco complicado... — rasco su nuca y se sentó —¿Quieres sentarte?— empujo una silla hacia el peliverde

—Que sea rápido, porque tengo que decirle la verdad a Bakugo— se sentó

—¡N-no!, por favor no le digas nada, no se que haría si el me aborreciera— sus ojos comenzaban a cristalizarse

—Debiste pensarlo antes... Pero, comienza con tu explicación—

—Si... Mira yo los ví por primera vez a ustedes dos, iban saliendo del orfanato, pero de un segundo a otro fuiste separado de él, yo iba con una amiga y luego de que aquellos hombres se fueran contigo en brazos fuimos a auxiliar a Bakugo, él estaba inconsciente así que lo cargue y lo lleve a casa, luego de unas horas él despertó y comenzó a buscarte y a decir tu nombre se veía desesperado y angustiado, así que me acerque y le explique lo que había sucedido, él aún estaba desesperado y quería salir a buscarte pero el estado en que se encontraba era complicado, así que luego de que lograra tranquilizarse comió algo y nos explicó la situación por la que estaban pasando... En ese momento sentí mucha envidia por ti, ya que hacía unas semanas que había terminado con mi pareja por un engaño y ver que la persona a la que tu amabas te correspondía me molestaba mucho, pero también las palabras de Bakugo me conmovieron y comencé a desarrollar sentimientos por él, si, se que era muy pronto pero su determinación y seguridad en si mismo me atrapó. Bueno, luego sucedió lo del duelo, momentos antes me le declaré creyendo que podría dejar a un lado el duelo y quedarse conmigo, pero él me rechazó y me mostro cuanto te amaba, en ese momento comprendí que no lo podía tener conmigo y cuando lo recogi y ví que aún tenía pulso las esperanzas volvieron, cuando despertó y no reconoció a nadie, ví la oportunidad y yo... Le dije que era su pareja... — luego de terminar de hablar miro de reojo las facciones del peliverde, éste estaba desconcertado pero parecía comprender la situación, ésto hizo que el pelirrojo se sintiera un poco aliviado

—De acuerdo, comprendo como te sientes, pero quieras o no Bakugo sigue siendo mi esposo, no le diré nada por ahora porque esta será una noticia un poco fuerte y difícil de entender para él, pero quiero que tú se lo digas, te doy de plazo dos semanas, sino lo haces lo haré yo— se levantó y salió de la cocina, el rubio se levantó del sillón y miro al peliverde

—¿A dónde vas?— se acercó con un par de pasos

—Tengo que irme, fue un placer verte — sonrió y abrazo al rubio en un lapso corto de tiempo, se separó y abrió la puerta, miro al rubio por última vez y salió cerrando la puerta detrás suyo. El rubio miro por unos momentos la puerta y luego se dirigió a la cocina mirando a su actual "pareja", recargada sobre la mesa 

Un camino, dos amoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora