Cap VIII

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El peliverde al escuchar aquel comentario del bicolor desvió de inmediato la mirada un severo rubor se tiño en sus mejillas —Que cosas dices— rió un poco y miro el paisaje »Ansio ver de nuevo a Bakugo« cerro sus ojos recordando los momento que habia pasado con él no pudo evitar sonreír

—¿Sucede algo?— pregunto el bicolor al ver al peliverde sonreír de la nada

—¿Hm? Nada, solo estoy feliz de haber visto a mi madre— sonrió y recargo su cabeza en los hombros del contrario, éste lo miro de reojo y apoyo su cabeza sobre la del peliverde

Una semana después...

Llamaron a la puerta del castillo, parecían que estaban desesperados pues tocaban con insistencia hasta que un sirviente abrió y vio al pelirrojo parado, solicitando ver al peliverde con urgencia, el sirviente asintió y fue por el mencionado, éste un tanto extrañado por la repentina visita bajo las escaleras y miro al pelirrojo en la entrada

—¿Como te atreves a venir?— corrió y saco al pelirrojo de la entrada principal, cerro la puerta detrás suyo —¿Que crees que hubiese creído Todoroki si te viera?—

—Lo lamento, pero necesitaba verte—

—¿Que sucede?, ¿ya le dijiste a Bakugo la verdad? — se cruzó de brazos mirando al pelirrojo

—N-no, a eso venía— tomó una bocanada de aire y se tranquilizó —No tengo el valor de decírselo— bajo la mirada

—¿Con que es eso? — desvió la mirada mientras pensaba —No queda de otra más que yo le diga—

—No quiero que Bakugo se aleje de mi... — murmuro cabizbajo

—Lo siento, pero es lo mejor, yo aún lo amo y te apuesto a que el también lo hace... — se encogió de hombros —Iré ahora a su casa, así que lo mejor es que no vayas hasta que me veas salir—

El pelirrojo lo miro y luego asintió —Esta bien— sentía como algo en su pecho de hacia añicos

—Bien, te veo luego— entró al castillo y fue a donde se encontraba el bicolor —Oye... Iré con mi mamá, regreso más al rato, ¿esta bien? — comentó mientras se acercaba al contrario

—¿Puedo ir? — rodeó la cintura del peliverde y lo apego más a él

—Preferiría que no, le voy a explicar todo lo que ha ocurrido— rodeó su cuello y le miro fijamente —No tardo, ¿si? — sonrió

—De acuerdo — regreso la sonrisa y se acercó a besar tiernamente los labios del contrario —Te espero para cenar— se separó y regreso a lo que estaba

—¡Sip! — asintió y salió del castillo »¿Como le diré todo? « pensaba mientras caminaba por las calles, perdido en sus pensamientos hasta que llegó a la calle de la casa del rubio, suspiro y continuó caminando al ya estar en la puerta, tocó, segundos después se abrió haciéndose visible el rubio

—¡Deku! — se dibujo una sonrisa en el rostro del contrario y lo abrazo —Hacia mucho que no te veía — murmuro y se separó cediéndole el paso al peliverde

—Demasiado tiempo— dijo entre risillas y tomó asiento en un sillón

—¿Quieres agua, soda, café o te? — ofreció amablemente

—Agua, esta bien— se encontraba nervioso pues no sabía cómo sacar el tema y además aún se ponía nervioso al estar cerca del rubio

—Toma— le dio el vaso y se sentó a su lado —¿Que pasa? — lo miro con interés

—Gracias — tomó el vaso y dio un sorbo —Mmm... No se como empezar— desvío la mirada

—Bueno, entonces debería de empezar yo, ¿esta bien? —

El peliverde se sorprendió un poco por las repentinas palabras del rubio —Ah, si claro... — sonrió

—Bien, ¿que clase de relación tenemos? —

—¿R-relacion?... Pues somos amigos—

—No, tú me llamas "Kacchan", a nadie dejo que me llame así a menos que le tenga confianza o tengamos algo más que amistad—

—Pues me tienes mucha confianza, supongo—

—Encontré esto — saco un anillo, era el anillo de compromiso que se habían dado cuando se casaron —¿Se te hace familiar? Tu traias el otro anillo la vez que te ví por primera vez, y me dijiste que te lo había dado alguien importante, dime la verdad, Izuku—

—Ah... — su nerviosismo había aumentado y no sabía cómo responderle al rubio —Pues, tú y yo... Amm no se como explicarlo—

—Somos algo más que amigos, ¿no es así? —

—Mmm si... En realidad estamos casados—

—¿Por que no me lo dijiste cuando nos vimos? —

—Tenía miedo... No podía creer que estabas vivo y tenía que asegurarme de que nadie más supiera — 

—Miedo, ¿a que? — le miro con detenimiento

—¿Que es lo que sabes o que es lo que has recordado? —

—Hasta ahora, se que estamos casados, que Kirishima no es nada mío, que tenemos una clase de promesa y que por alguna extraña razón perdí la memoria, ¿Podrias explicarme desde la promesa? —

—Mmm de acuerdo... Cuando cumplimos un año de noviazgo salimos y me llevaste a una cabaña  la cual sería nuestra casa, luego de eso me pediste que me casara contigo y acepté, cuando regresamos a mi casa, nos enteramos de que pues mi madre de cierta manera me había vendido al príncipe — hizo una pausa ideando que diría —Amm, salí corriendo y saliste detrás mío, nos persiguieron sus guardias y nos escondimos en la cabaña, meses después nos casamos y fuimos a un orfanato, pues ambos queríamos adoptar, saliendo de allí nos atacaron y me llevaron con ellos, mientras a ti te habían dejado inconsciente... Semanas después de ello, fuiste al castillo con la propuesta de un duelo el cual Todoroki aceptó, fuiste a hablar conmigo y fue ahí donde hicimos la promesa, cuando llegó la fecha acordada para el duelo, pues este se llevó acabo pero Todoroki hizo trampa y te disparo, luego de ello creí que habías muerto y Kirishima te llevó con él, todo este tiempo creí que estabas muerto hasta que te ví de nuevo... — miro de reojo al rubio esperando nervioso por la respuesta de éste

—Ya lo sospechaba... Solo quería asegurarme de que estuviera en lo correcto, tu eras el que iba con el príncipe en su carruaje, ¿no? —

—Si—

—¿Por que lo besaste?, ¿tienes algo con él?, ¿creias que no los vería? — en su tono se notaba molestia

—Lo hice para que no te viera... —

—Que conveniente, ¿no? — fruncio ligeramente el ceño

—Kacchan, si el te veía de inmediato ordenaría que te matar... — fue interrumpido por el rubio

—Escapemos—

—¿Que?—

—Escapemos, vivamos en nuestra cabaña y luego nos iremos de este pueblo, formemos la familia que visualizamos... — tomó las manos del peliverde con firmeza —Ahora que te tengo conmigo no pienso perderte de nuevo— acarició la mejilla del contrario

—N-no sé— desvío la mirada, pensando la respuesta —Esta bien— dijo con seguridad —Escapemos... —

Un camino, dos amoresUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum