Capítulo 8

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—No, SeokJin— rió —no traigo más ropa para hacer algo así.

—Es lo que tienes que cumplir luego de haber perdido nuestra apuesta— señaló hacia el agua —cuando salgas te secarás rápido.

—Lo haré con una sola condición— sonrió mientras se agachaba a tocar el agua para medir su temperatura —tú lo harás también.

—Si yo lo hago ya no sería un castigo para ti— levantó una ceja—además no tengo nada para ponerme después.

—Cuando salgas te secarás rápido— repitió con sarcasmo.

SeokJin después de mucho tiempo, había decido qué era lo que Namjoon haría para cumplir la apuesta.

Namjoon se encontraba ya descalzo en el muelle, con toda su ropa puesta, pues de ninguna manera se atrevería a quitarse la camisa frente al mayor.

—¡Uno, dos, tres!— gritó SeokJin mientras reía fuerte.

Jin estaba parado en la orilla mientras veía cómo el castaño corría rápidamente hacia él.

—¡No, no, no! ¡Nam!— alcanzó a decir antes de que el mismo chico lo tomara por la cintura y lo llevara al agua junto a él.

Ambos pasaron unos minutos dentro de la laguna, tirándose agua y riendo sin parar por lo que Namjoon había hecho.

El viento estaba frío y SeokJin comenzaba a temblar mientras ambos salían del agua y se sentaban en la orilla del muelle. El menor no pudo evitar reír ante aquella escena.

—Ven aquí, Jin— tomó su mano y lo condujo hasta un lugar donde habían rayos de sol.

—Te ves tierno con el cabello mojado— dijo SeokJin con la voz temblorosa.

—Y tú siempre te ves tierno— sonrieron.

—Tengo un nuevo reto para ti— comenzaron a caminar hasta sus zapatos y ponérselos.

—Dirás que una carrera de aquí hasta la casa— rió con ironía. SeokJin lo vio a los ojos y sonrió —¿Jin?

—Ya que ya es hora de irnos, no es una mala idea— terminó de ponerse sus zapatos —¡Veamos quién llega primero!— rió mientras comenzaba a correr.

—¡SeokJin!— gritó mientras rápidamente tomaba su bolso para luego tratar de alcanzar al rubio.

—¡Tu hiciste lo mismo conmigo!— respondió con risas mientras seguía corriendo.
  
  
[...]
  
  
Namjoon y SeokJin estaban ya en la puerta de la casa. Ninguno de los chicos había resistido la carrera, por lo que llegaron caminado juntos.

Daban las 6:00 de la tarde, y aunque ambos sabían que el tiempo para estar juntos iba disminuyendo cada vez más, intentaban disfrutar cada segundo.

Por un lado estaba Namjoon. Para él estar al lado de su ídolo era más que un simple momento icónico, era algo que alguna vez ni siquiera en broma imaginó, era estar con la persona que amaba y deseaba con todo su corazón y estar más que viéndolo frente a frente, sino conviviendo con él como ningún otro fan lo había hecho. En esos momentos nada más importaba, eran solo los dos.

Por el otro lado estaba Jin, quien jamás había tenido la experiencia de estar tan cerca de un fan. Estar junto a Namjoon le hacía abrir los ojos y ver con más claridad la verdadera historia de las personas que a pesar de estar tan lejos, siempre lo apoyaban incondicionalmente.
  
Los chicos terminaban de hacer unas galletas sencillas, luego de que ambos se vistieran con ropa seca que habían tomado del armario de Yoongi. En menos de media hora ya las tenían y era sólo cuestión de esperar a que salieran del horno.

—Cuando estén totalmente listas, tenemos que apartar algunas para tu madre— bromeó SeokJin.

—¿Te imaginas?— rió —si le contara todo esto ni siquiera me creería.

—Tienes que tener pruebas, y estas galletas no son lo suficiente— sonrió.

—¿A qué te refieres?— preguntó el menor.

—Ven— SeokJin tomó a Namjoon de la mano y lo ubicó a su lado —préstame tu celular.

Namjoon no entendía a qué iba el chico, pero no dudó en hacer lo que él le ordenaba.

El castaño sacó su teléfono de la bolsa de su pantalón. SeokJin lo tomó y sonrió al verse a él mismo en el fondo de pantalla, a lo que Joon sólo se avergonzó.

—Tu huella, Nam— dijo mientras dirigía el aparato hacia el chico.

Namjoon obedeció y marcó su huella digital. Mentiría si decía que no tenía miedo de que Jin tuviera su celular en sus manos, pues en cualquier momento podría aparecer algo que quizás nadie quería ver. Y no, no eran cosas malas, simplemente se avergonzaría más si se revelaban la cantidad de fotos de SeokJin que llenaban la galería.

Pero nada pasó. Jin buscó en el menú la cámara y tocó el icono.

—Sonríe, Nam— dijo mientras acercaba al castaño hacia él —muestra tus lindos hoyuelos— rió.

Fotos de Namjoon y SeokJin se comenzaban a almacenar en la galería. Al menor le había parecido un lindo gesto por parte de Jin el querer tomarse una foto juntos.

—Gracias— sonrió —ahora mi mamá me va a tener que creer sí o sí.

—De nada, Namsito.

Los chicos se vieron a los ojos y rieron después de un corto silencio al escuchar aquel tierno apodo hacia el menor.

Daydream • [NamJin] Where stories live. Discover now