Polvos Pica pica

Una jigglypuff dragon , un topomotorizado y pintura

Por eso al día siguiente manos a la obra comenzó la eliminación de los moscones a los que llamaba el enemigo amigo y podrían complicado las cosas. Salsa picante en la comida de la Jigglypuff, quizás más de la necesaria aunque por un segundo la sonrisa regreso a su perpetuamente enojado semblante, íbamos por el camino correcto. La joven se creía un dragón, roja como un tomate bebiendo y bebiendo hasta el agua de los floreros para calmar la sed, corría como pollo sin cabeza por todo el comedor robándole la bebida a todos. Nos reíamos a carcajadas gravando todo con el móvil de Mina ya que tenía mejor cámara, con la excusa de gustarle hacer fotos a la naturaleza. Pero bien Kirishima y yo sabíamos a qué naturaleza le hacía videos y fotos. La guasa continua hasta que miss. Perfecto la congelo y todo acabo pues nuestro amigo pego un espantón dando un portazo tan grande que hasta las paredes temblaron por el golpe. Midoriya había abrazado agradecido al chico con complejo de horno y refrigerador besándole enrojecido la mejilla, ¿qué idiotamente estúpido podía ser ese brócoli para no darse cuenta de lo que le generaba? O era el ser más retorcidamente diabólico o el más idiota. Puede que las dos al mismo tiempo pero últimamente había terminado todo rastro de aprecio que alguna vez le haya tenido.

El siguiente día le tocaba a Hagarure, a decir verdad no nos caía mal es solo que no había que levantar sospechas sobre a quién en verdad iban dirigida la venganza y la gran broma la cual incluiría polvos picapica, artesanales claro, no hay que confiar a estrenos las venganzas de uno.

Mina y ella hablaban tranquilamente, sé que usarla de cebo no era lo mejor, pero ella se ofreció incluso nos dio la idea de que desde la terraza tiráramos a las dos un cubo de pintura encima, lo que después paso nos dejó alucinados. Nuestra invisible amiga era toda una belleza oculta y tenía un cabello larguísimo. Corrimos haciéndonos los locos a su rescate trayendo toallas y acompañándolas junto a Ojiro, el cual estaba rojo cual semáforo. Tome apuntes en algún momento hacer algo para unirlos y se dejen de rodeos pero lo más importante ahora era hacer sonreír a nuestro sexy príncipe.

A la mañana siguiente el topomotorizado que teníamos por delegado inundo a gritos y golpes la residencia. Esto fue debido a que sus gafas, las de repuesto y las de repuesto de las de repuesto, incluso las de repuesto de estas, habían desaparecido y dadas sus considerables dioptrías se estaba comiendo todas las paredes, puertas y personas en su camino. Mágicamente estas, todas ellas aparecieron sobre su almohada horas después. De nuevo la risa que sacamos a nuestro rey fue borrada cuando cierto niño pijo hizo su aparición creándole un bastón de hielo. Ya me estaba hartando, para evitar que él matara a alguien nosotros dos nos comimos la explosión, me dolió mucho. Kirishima era mejor en parar nuestros ataques, suerte que él se comió la gran mayoría o habría terminado yo en la enfermería y no por las razones que a mí me gusta ir. Y tengan por seguro que anqué muramos en el intento, lograremos que él sea feliz, como me llamo Denki.

Unos días después cambiamos todo el azúcar por sal y escondidos todos los dulces en las inmediaciones incluso los de sus habitaciones, los cuales requirieron  unas habilidades para nada de héroes y si de ladrones. Pensábamos hacer a Bakugo su héroe luego cuando nos hubiéramos divertido y grabado todo, pero el niño de mama se volvió a entrometer por tercera vez. Me estaba hartando ya de él, esta vez era yo quien quería hacer pollo frito, bueno más bien electrocutado, con ese niño pijo pero me conforme haciendo barbacoa todas sus camisas y jerséis. Incluso esos amarillos horteras. Vaya gustos tiene, si hasta hice un favor a la sociedad aniquilando esas prendas, deberían hacerme un monumento por mi labor, aunque me conforme pasando el rato viendo arder esas prendas junto a la persona que amo. Ver la barbacoa de toda su ropa rodeado por los fuertes brazos de mi novio, hasta que de estas no quedaron mas que cenizas fue una experiencia purificadora.