En los brazos del principe

703 73 14
                                    

Bakugo nos ordenó dejarnos de idioteces y volver a ser los idiotas de antes. Bueno tanto como ordenar no, más bien nos amenazó con matarnos si no lo hacíamos. Es su manera de demostrar cariño y si no te das cuenta es que eres un reverendo idiota. Al parecer querían seguir manteniéndolo en secreto o algo así ya que el peliverde le rehuía más de lo normal. El más bajito parece mirarnos con rencor, seguro seguía molesto por lo de su ruptura. Por la que debería estar agradecido, más que nada por mostrarle la pedazo de cornamenta que se gastaba, pero bueno cada uno con sus movidas.

Continuamos con nuestras vidas estudiantiles como antes o bueno como últimamente, pues Bakugo seguía igual de cercano, lo cual implicaba que al ser tocado o abrazado no explotabas por los aires, solo recibías amenazas vacías y quejas carente de sentimientos. Como esa noche en la que el en vez de sentarse en uno de los sitios libres del sillón se tiró sobre nosotros dos, no me molestaba pero era raro en el buscar el contacto físico en exceso y sentarte encima de dos personas, con las piernas sobre una y la espalda recostada en el pecho de la otra no era para nada normal en él. Aunque ninguno de nosotros se negaría a ello y menos teniendo la oportunidad de disfrutar el calor por el contacto de los tres cuerpos. Solo espero esto no causara más problemas entre ellos dos. Aunque nadie de nuestro grupo pregunto nada sobre el tema de si habían vuelto o no, siquiera sobre el que fueran juntos en una aparentar cita al cine. Aunque para que negarlo nos muriéramos de curiosidad. Pero unos por miedo a la muerte segura, otros por temor a su respuesta ninguno dijo esta boca es mía del tema. Por lo que se supone es relativamente silencioso en nosotros y las amenazas continuas de asesinato de Bakugo, terminamos de ver el capítulo de esa semana. Ya era como una tradición el ver la serie, los cinco juntos en el salón común de la residencia. Ocupando todo el sillón y que nadie en su sano juicio se atreva a intentar echarnos. Lo que no es común es que nuestro kamikaze se duerma al final. La guerra silenciosa dio comienzo, teníamos que elegir morir por despertarle o intentar movernos, llevarle a su habitación y morir mañana. Claro si no se despierta antes y nos mata. Sero y Mina habían desertado como guarras al ver a nuestro amigo dormido dejándonos la parte de morir a sus manos a nosotros dos. Los muy traidores hijos de puta nos dejaron el marrón solo a nosotros y eso que se supone éramos amigos. Habían huido alegando que con nosotros sería más blando que con ellos y que eran muy jóvenes para morir, no te jode y nosotros. Optando por despertarle y dispuesto a echar a suertes el desgraciado que se comía la explosión, aunque pensaba hacer trampas para que fuera mi novio y no yo, lo lograría con mi arma secreta. Si se daba el caso pero optamos por hacernos los dormidos para evitar su furia. La verdad es que podría dormirme así recostado sobre el pecho de Bakugo, tan firme y cómodo. Tanto que comencé a adormilarme arropado por el brazo de Kirishima sobre mi pecho el calor que emanaba del cuerpo del rubio cenizo y su latidos como nana. Semidespierto a la lejanía oí a Midoriya acercarse hablando con la Jigglypuff. Al parecer le contaba su tarde romántica de cine, algo utópica me pareció pues no me cuadraba con el Bakugo que conocíamos, ni en el blanco de los ojos. Aunque también puede ser que esté intentándolo con todas sus ganas el recuperar al chico cabello de árbol. Quien sabe hasta qué punto seria el capaz de llegar por este, viendo todo lo que soporto la vez anterior. No estaba cotilleando solo es que hablaban a nuestro lado y claro no voy a cortarme las orejas para no irles. Tampoco es que me interesaba lo que hablaran, bueno quizás un poco sí.

Explicaba el chico pecoso que le volvía a tener a sus pies y enamoradísimo de él como antes. Que en verdad si amo a Todoroki pero que no era idiota para aguantar el ser humillado por el bicolor. También le decía que era solo cuestión de días para que regresaran juntos. Que podría volver a poder hacer lo que le diera la gana con el rubio como siempre había hecho. Bakugo, el cual juraríamos estaba dormido les interrumpió con voz grave y pastosa que resonó contra mi oído, blasfemando como no.

-Sueña puto nerd, sigue soñando– hablo Bakugo, yo asustado espere la explosión que nunca llego para quitarme de encima o un empujón ya que tampoco pesaba mucho y era fácil de mover- Creo te deje claro en el cine que jamás regresaría con un ser tan putamente banal y que prefiere las apariencias. Más como me trataste siempre y cuando cortamos. Ya desperté jodido nerd de ese mundo utópico que creí era nuestra puta relación– gruñe haciendo vibrar su pecho contra mi mejilla y contengo una carcajada por sus palabras algo feliz en verdad porque no volviera a caer en sus redes.

-No sueño sé que aún me amas. Solo a mí me dejas toc...art.. – su voz suena más cerca callándose de golpe tras lo que pareció ser un sonido raro de atragantamiento. Continuaron hablando más bajito, bueno parecían discutir por como su pecho vibraba contra mí ,al parecer para no despertarnos pero yo ya no oía nada de su conversación pues acababa de quedarme profundamente dormido enredado en ellos y acunado por el corazón de mi amigo eternamente enojado y volátil.

A la mañana siguiente me desperté algo adolorido por dormir en el sillón en extraña posición. Continuaba aun sobre mis amigos que seguían durmiendo plácidamente. Con cuidado intente salir de la cárcel de brazos sin despertarles observando sus dormidos rostros tan relajados y apacibles que no pude evitar tomar una foto antes de llamar a Kirishima, el cual me mira con los ojos chinados con tan poco cuidado que despierta a Bakugo. Espere las quejas e insultos por no despertarle, usarle de almohada y las confianzas. Yo que sé es Bakugo siempre encuentra una excusa para empezar una pelea o mandar a volar en una explosión a alguien, es su manera de ser.

-Quita Pikachu de mierda de en medio- me empuja yéndose a su habitación dejándonos a ambos alucinando. Bakugo estaba de muy buen humor hoy, tanto como para no matar mucho a Mina, por cierta foto nuestra que anoche tomo en la que la enojada cara de Bakugo mirando a la cámara llama la atención mucho. Juraría que Deku nos odia más de lo usual últimamente. Además de que cundió el rumor, ese que nadie se atreve a decir a Bakugo a la cara, pero en cuanto no está cerca se expande de clase en clase, incluso llegando a los profesores y yo lo sé por qué oí a escondidas y sin quererlo como siempre. Yo no soy ninguna portera solo siempre me encuentro en el lugar y momento justo. Yo sé que no es verdad ya que lo que esa noche oí me lo dejo muy clarito.

-Bakugo enhorabuena – le felicita a gritos Mina llegando a la mesa del comedor. Esa que usualmente usamos para nuestro grupo y todos respetan vacía.

-¿Por qué mierdas me felicitas vomito de alíen?- gruñe el en la hora de la comida dando un bocado a su sándwich que asustaría a cualquiera que no le conozca. El rubio parece ser su enemigo mortal del pobre emparedado el cual es mordido con mucha ira y brutalidad, siendo despedazado con violencia.

-Por volver con Midoriya. Lo saben toda la UA – aclara Sero sentándose a mi lado y obligando a la de piel rosa a hacerlo también, para que dejara de llamar la atención de todos.

-Yo no regrese con el estúpido nerd de mierda – grita enfadado explotando la mesa. Por suerte habíamos quitado nuestra comida a tiempo de ella sabiendo que podía pasar. Para después de destruir el pobre mobiliario, irse derecho a la mesa del peli verde a grandes zancadas y con pequeñas explosiones a su paso. Estas no avecinaban nada bueno para nadie.

Lo que después paso fue muy rápido , tanto que apenas nos enteramos. Bakugo estaba flotando, Midoriya era un cubo de hielo y la cara redonda de uraraka estaba manchada con lo que supongo que hace unos minutos era pollo y ahora solo carbón de parte de Todoroki el cual se había comido el ataque de Bakugo de lleno y estaba inconsciente en el suelo con el rostro lleno de hollín.

-No sé si reír o llorar- dice Kirishima corriendo junto a mi cuando el perfecto culo de Bakugo se estampa en el suelo en una majestuosa caída desde el techo enfadándole más.

- Pregunta del millón ¿Cómo Deku es un helado? ¿Y por qué uraraka tiene pollo carbonizado en el rostro? – pregunto aguantando la risa viendo como el delegado les regaña y los profesores llegan poniéndonos un duro castigo incluso a nosotros que no estábamos implicados y solo fuimos a calmar a nuestro amigo.

Mi querido amor de castigo, alias el mocho regreso a mi vida esta vez sin merecerlo.

– Gracias – digo amargo a los implicados mojando la fregona en el cubo- Me encanta limpiar la academia después de clase sin motivo alguno.

-Míralo por el lado bueno, Sero no podrá gastarte bromas mientras el castigo dure- me anima el pelirrojo revolviendo mis cabellos tras nalguearme.

- Pero tampoco hacer nada divertido y ellos nos odian- gruño yéndome a una de las aulas a pasos rápidos y lejos de la miradas de odio de esos tres.

Entre palabrotas, explosiones, malas caras y miradas de odio de unos a otros el mes de castigo concluyo al fin, dejándome clarísimo que Todoroki estaba a punto de volver con Midoriya y este nos procesa un profundo e ilógico odio a Kirishima y a mí. El que supongo es por nuestras bromas, por lo del móvil, yo ligarme a Todoroki para conseguir pruebas, abrirle los ojos a Bakugo y quizás algo mas quien sabe, con los niños pijos uno nunca sabe.

Polvos Pica picaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora