Capítulo 22...

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–Hermanito, veo que ya conociste a Alina, yo que te la iba presentar –Dice Iker mientras me toma por la cintura y me abraza, yo me aparto rápidamente

– ¿A quién? –dice Ángel mientras nuevamente recorre mi cuerpo con su mirada

–Mira Ángel, ella es Alina Fernández, la joven que viene a hacer su servicio en la disquera, es la que va entrar en lugar de tu otra asistente.

El gira su cabeza y me observa nuevamente, me hace una mueca de desprecio y desinterés y se dirige a su hermano.

–Como sea, me da igual.

Dichas estas palabras se da la media vuelta y vuelve a ingresar al cuarto de que Salió, yo me quedo pasmada, ni una disculpa, ni nada, ese tipo es un patán andando, es una basura, un egocéntrico, prepotente, ¡maldito estúpido que se cree!

Todo eso pasaba por mi mente y no presentaba atención que Iker me estaba hablando.

– ¡Hey, Alina! Vuelve a tierra.

–Disculpa, estaba, yo..., perdón, me quede pensando.

–Si me di cuenta, disculpa la actitud de mi hermano, te dije que Ángel tiene su carácter, pero, ¿paso algo? Se veían molestos cuando entre.

–Pues no, bueno, es que el me confundió con su ex asistente, y pues...

–Seguro y te empezó a decir de cosas, si ya se, ya lo conozco, pero ignóralo, no le tomes mucha importancia, el en el fondo es buena persona.

–Pues yo creo que muy en el fondo. –me suelto riendo un poco sarcástica, el también.

–Pues mira yo me tengo que retirar, voy a revisar otras cosas pero te puedes quedar aquí y esperar a que salga, quizás y este de mejor carácter, a final de cuentas, tendrás que andar con el siempre, serás su asistente, su representante de imagen.

–pues si verdad, no te preocupes, tu vete tranquilo, yo aquí espero.

Él se retira del cuarto y yo me siento en un pequeño sillón que estaba ahí, Iker es una persona muy agradable, simpático y muy guapo, claro que no como su hermano, pero Ángel es una bazofia.

Estaba entretenía en mi celular cuando escucho que Ángel sale del baño con su traje listo para cantar, ¡LA SANTÍSIMA MADRE! Si pensé que era guapo me quede corta, Dios, se veía espectacular, casi sentía que estaba babeando, lo vi por un par de segundos y después lo ignore y me puse de nuevo con mi celular.

– ¿Aún sigues aquí? –lo dice en un tono enfadado a la vez que su cara tenía una mueca, que lejos de verse feo, se veía más atractivo, con ganas de morderle el labio y... y mejor me callo si no soy capaz de liberar mis pensamientos y comenzar a hablar en voz alta.

–No, solo soy el alma de Alina que se quiso quedar a ver tu carácter de mierda, obvio que aún sigo aquí, que pregunta tan más estúpida. –Sarcasmo y venganza juntos, la mejor combinación, veneno de los inmortales, veo como se queda pasmado, esa sí que no se la esperaba.

–Pues pensé que te irías, como la boba niñita que eres, llorando por los pasillos.

– ¡Genial! Si piensas, por un momento pensé que no, es que tienes cara de parasito, lo siento. – ¡O por DIOS! ¡Alina contrólate!, estaba sacando mi furia.

–Mira muñequita estúpida e insolente, más vale que te controles que no pienso soportarte. –Se comenzaba a molestar, pero a mí me daba risa.

–Pues vas a tener que hacerlo, I'm sorry for you baby (lo siento por ti bebe), solo recuerda que tu comenzaste esta guerra, que te costaba se más amable, o claro que no, don egocéntrico siempre tiene la razón.

–Está bien, ¿quieres guerra?, ¡guerra vas a tener! Doña señorita sin modales, y para que comiences a trabajar, vas a organizar todos mis trajes, colores por colores, diseños, por diseños, y por tallas.

–Okay, no tengo problema por eso, a eso vine. –Ash, lo odio, es bastante chocante.

Nos dirigimos al cuarto de donde el salió, después a un closet, cuando abrió la puerta, dios mío, me quede impresionada.

– ¡Oh por Dios, esto está hecho un caos! –Dios mío, eran como 1000 trajes, todos desacomodados y regados por doquier.

–Trabajo fácil nena, ¡Que te diviertas!, a y recuerda no tardar tanto, mi presentación comienza en menos de dos horas y te necesito para que estés pendiente.

–Eres un hijo de... –Me interrumpe, no me deja terminar la frase.

–La jovencitas decentes no dicen groserías, a, sí, pero tu ni conoces esa palabra verdad, si ni la conoces, que puedo esperar de que la hayas aplicado un día. –se ríe burlonamente, cierra la puerta y se va.

No sabía ni por dónde empezar, era demasiado desorden y tenía que estar ordenado en muy poco tiempo, pero en fin, si creía que con eso me iba a asustar estaba muy equivocado, ¡maldito tipo estúpido!, había caído a la boca de lobo y soportarlo sería un verdadero infierno en verdad, pero no estoy acostumbrada a perder, yo nunca pierdo, o gano o aprendo, y le daría una lección a ese prepotente de mierda.

Había pasado ya una hora y todo el desorden estaba muy acomodado, sacos con sacos, pantalones bien doblados, color por color, todo muy ordenadito, escucho que abren la puerta, claro era de esperarse, era Ángel.

–Valla, valla, pero si la señorita si sabe trabajar.

–Pues claro, yo si se hacer las cosas, no como otras personas riquillas que les hacen todo.

–Ha pero que es esto, creo que está mal acomodado, así no me gusta. –comienza a tirar todo, desdoblar y a aventar la ropa.

– ¿Qué demonios estás haciendo bastardo? – estaba a punto de un colapso, estaba perdiendo el control

–Pues que no me gusto, vuelve a hacerlo de nuevo, pero recuerda que ahora es menos tiempo.

– ¿Pero qué carajos te pasa?, ni creas que voy a estar soportando tus desplantes, una cosa es venir a trabajar y la otra es ser tu pasatiempo o tu juguetito, así que escúchame bien, yo ya hice mi trabajo aquí, ya no es responsabilidad mía que a don berrinches le dio por tirar todo de nuevo, así que con la pena pero eso lo recoges tú, no yo.

–Pues le diré a Rebeca y ella te despedirá.

–Pues dile y si eso pasa, será un alivio para mí.

– ¿Estas segura? –Frunce el ceño y sonríe

–Haz lo que quieras. –Lo estaba retando

–Eres insoportable –me dice al mismo tiempo que rueda sus ojos.

–Creo que no te has visto en un espejo – Perro del mal, aborto del diablo, estaba furiosa.

– ¿Por qué no te largas de que mejor, vete a tu rancho de mierda?

–Ni es rancho y no me largo, te aguantas.

–Deberías.

–JODETE. –dichas estas palabras me retiro de ese cuarto y me voy al sofá donde estaba anteriormente...

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*Se despide de ustedes su bella escritora...

NUNCA DEJES DE CREER EN TI

BELLEZA, FAMA Y TRAICIÓN (De la fama al crimen)Where stories live. Discover now