Capitulo 1.

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Narra Dylan:

Estoy tan cansado de tener que estar de un lado al otro, yo no debería de estar aquí trabajando en este maldito lugar para pagar las cuentas, mientras que mi padre está cómodo en casa ahogado en alcohol.

-Dylan deja de soñar despierto y muévete, que los clientes esperan.

- Si señor.

Caminé hasta la mesa en la que se acaban de sentar, saco mi libreta para tomar sus pedidos y me doy cuenta de que son un montón de chicos, carajo verlos solo me hace pensar que yo debería de estar ahí sentado con ellos, no aquí pensando cómo demonios voy a pagar la renta.

-¿Qué desean ordenar?

Les pregunté con la voz más amable que puede hacer, tome su orden y regrese a la cocina para qué la preparan.

-Dylan ven acá-"Demonios y ahora que quiere."

-Sí señor dígame.

-Tu padre acaba de llamar otra vez dijo que pases por su mandado antes de regresar a casa.

-Gracias por decirme, señor y perdón por las molestias.

-No es problema, ahora ve a trabajar.

Mi turno terminó igual que todos los días, salí del local y comencé mi camino a casa. Antes de llegar me detuve en una tienda de conveniencia para comprar la botella de mi padre. Salí de la tienda con la botella y otras cosas para la cena. Entre a mi casa y como cada día estaba hecha un desastre.

-Papá ya estoy en casa ¿Dónde estás?

No recibí respuesta, camine hasta la sala y encontré a mi padre completamente dormido, me acerqué y dejé la botella sobre la mesa para que la viera cuando despertara. Me fui a la cocina y dejé las cosas sobre la pequeña barra de la cocina.

"Estoy demasiado cansado, creo que mejor tomo un baño y me voy a la cama a descansar."

Subí las escaleras hasta mi habitación y me fui derecho al baño, abrí la regadera y espere a que saliera el agua caliente para bañarme.

-¡Oye pequeña escoria, ya vi que ya estás aquí!-"Fabuloso despertó de malas"

-¡Me estoy bañando, papá bajó en un momento!

Terminé de bañarme lo más rápido que pude, salí del baño justo cuando el timbre de la puerta sonó.

-¡Yo voy Dylan, no te preocupes!

"Mi padre abriendo la puerta, eso es raro y me da un mal presentimiento." Me puse la ropa para dormir y, baje para saber quién había tocado la puerta. Entre a la sala al no ver a nadie en el recibidor.

- Papá ¿Quién tocó a la puerta?

Me pare cuando vi a un hombre alto y de compostura ancha sentado en el sofá con mi padre, era evidentemente más joven que mi padre, tal vez rondaba los 28 años.

-¡O! Hijo, déjame presentarte a mi mejor amigo Daniel, Daniel es mi hijo Dylan.- No entiendo cómo alguien tan joven puede ser amigo de mi padre.

-¿Cómo se conocieron?- me atreví a preguntar.

- Fue en un bar hace casi un año días después de la muerte de tu madre, pero basta de plática por qué no vas a la cocina y preparas la cena y de paso limpias un poco.

-¿Qué? Papá, estoy cansado, quiero irme a dormir y tú no haces nada en todo el día que no sea estar ahogado. - Mi padre se levantó de golpe y me dio un fuerte puñetazo en el rostro, yo me tambalee un poco y lleve mi mano al lugar del golpe.

- ¡Mira basura, yo soy tu padre, me respetas, ahora has lo que te dije si no quieres recibir otro golpe en la cara!

Salí de la sala sin mirar atrás y entre rápido a la cocina para preparar la cena, no es la primera vez que mi padre me golpea, pero cada vez lo hace con más fuerza.

Comencé a limpiar mientras la comida terminaba de cocinarse, Para cuando termine la botella de mi padre ya estaba por la mitad, le serví la comida a él y a su amigo.

-¡Oye hijo! Ve por otra botella, quieres, no quiero quedarme sin alcohol.

- Si está bien.

Salí de la casa y camine hasta la tienda, note que un hombre comenzó a seguirme en cuanto salí de la casa, demonios quiero regresar, pero no puedo volver sin la botella, caminé lo más rápido que pude para llegar a la tienda, comprar la botella y regresar a casa, creo que hice tiempo récord, pero eso no evitó que el hombre me siguiera hasta mi casa.

-Dylan, eres tú, date prisa y tráeme esa botella.

Note que mi padre y su amigo ya habían terminado y regresado a la sala, entre y les entregue la botella, yo me fui a la cocina para terminar de limpiar. Estaba por acabar cuando note al amigo de mi padre recostado en el marco de la puerta.

- E... necesita algo, señor...- "Carajo, olvide su nombre"

- Daniel me llamo Daniel y no solo vine a ver cómo estabas, ese golpe se vio muy fuerte.

- ¿He? Estoy bien

- Eso no lo creo, tu cara se está hinchando mucho, ya te pusiste algo.

-Yo...no, pero no sé, preocupe, estoy acostumbrado, así es mi padre.

- Déjame curarte eso.

-¡O!, eso no es necesario y además no quiero molestar.

- No es ninguna molestia, anda, trae un botiquín para sanarte eso.

Me acerqué a un estante donde guardar el botiquín, lo saqué y se lo entregue, él me tomó por sorpresa cuando me tomo de la cadera y me subió a la isla de la cocina. Vi como sacaba una pomada para los golpes y la abría de sobra, sé que se encuentra prácticamente vacía.

- ¿Esto te pasa muy seguido?

- A veces cuando le digo algo que no le gusta.- No sé por qué, pero de alguna manera sus ojos me habían cautivado por completo, ese verde de su mira me tenía completamente perdido.

-¿Y vas a la escuela?- Agache la cabeza cuando dijo eso mientras negaba con un movimiento de cabeza.

-No puedo pagarla.

-Mm... Bien estás listo por qué no vas a descansar, yo me encargaré de tu padre.

- No puedo permitir que haga eso.

- Vamos, yo insisto además ¿Cuándo vas a tener otra oportunidad, cómo está?

Lo pensé por un momento, pero acabé por aceptar la oferta, le di las gracias y subí a mi habitación, me cubrí con las matas y me quedé dormido.

Vendido por mi padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora