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—Hablarare de todos modos... No recuerdo nada de lo que pasó aquella noche...—su voz ronca se quebró y continuó—en la que estuvimos juntos. ¿Puedes imaginar lo que fue despertar por la mañana, desnudo, acurrucado junto al chico que me había prestado el libro más cruel que he leído en mi vida?, ¿Puedes imaginar lo mierda que me sentí?, no te imaginas lo imbécil que me sentía. Es por eso que no pude quedarme. No tenia el valor de mirar a la cara a aquel niño de sonrisa bonita y ser un imbécil.

Tome aire profundamente. No recordaba nada. No recordaba quien era yo. No recordaba todo lo que me había contado y todo lo que yo le había contado a el. Eso explicaba el hecho de que no me hubiera llamado, o no hubiera estado por la mañana.

Una parte de mi, se sintió aliviada. El hecho de creer que Joel me había mandado a la mierda aun sabiendo quien era yo; aun habiéndome dicho una y mil veces que me amaba justo la noche anterior, era insoportable y, de cierta forma, saber que no recordaba, me daba algo de alivio.

—Entonces, cuando te vi en la fiesta, supe que no podía postergar mas el momento. Iba a tener que ser el imbécil que odiaba ser. Entonces, llegaron todos y querían hacerme beber y... Ji Yong puso su ropa interior en mi mano y yo solo... Lo vi como una manera de salir de la situación. No quería beber. Mucho menos después de lo que había hecho una noche anterior y...la segui. Pero, te juro...¡Te juro!, que yo no quería hacer nada con Ji Yong. Nunca. Yo solo...—un suspiro entrecortado lo interrumpio.

Lagrimas pesadas inundaban mis ojos, pero no me atrevi a dejarlas caer. No me atrevi a quebrarme. Queria creer en el. Queria creer en lo que el me decía, pero no podía. No en ese momento. No cuando todo se sentía tan horrible.

—Joel, por favor, vete...—pedi con un hilo de voz.

El silencio que le siguió a mis palabras fue tan doloroso que, por un momento, crei que terminaría por quebrarme y abriría esa puerta para encararlo.

—¿Y-Ya no quieres estar conmigo?—tartamudeo el, con la voz enronquecida.

Yo apreté los puños con fuerza.—N-No Joe—dije porque era cierto. En ese momento, no quería estar con el, y no sabia si mas delante lo querria.

—Bien—respondio con la voz temblorosa—. Lamento haber venido a importunar. Buenas tardes.

—Adios.—susurre.

—¿Por que estas dejando que se vaya?—la voz suave de Seung me hizo brincar.

—¡Dios mio!, ¿Siempre eres tan impertinente?—chille irritado.

—Erick, tu lo amas. Quieres estar con el. Vino a buscarte, ¿Por que diablos estas dejando que se vaya?—dijo, sin importarle lo que le había preguntado antes.

Me gire en mis talones y lo mire fijamente.—No lo creo.—me sincere. Las lagrimas comenzaron a bajar por mis mejillas pesadamente.—No creo que no fuera a hacer nada con Ji Yong. Creo que, si no hubiera sido por Yoandri, Joel habría seguido a Yong y habrían...

La sola idea de imaginar a Joel con alguien mas me revolvía las entrañas. Cerre mis ojos con fuerza y seque las lagrimas con el dorso de mi mano.

—Estas consciente de que acabas de ponerle un punto final a todo lo que tenían, ¿cierto?—inquirio suavemente.

Yo asentí, sintiendo el nudo de mi garganta ampliarse.

Seung me miro con tristeza y mascullo—Se que nada de lo que diga te hara sentir mejor pero, veras que el tiempo lo cura todo y pronto vas a superarlo.

—Eso espero...—susurre intentando alejar mis pensamientos de Joel
Intentando reprimir el impulso de querer llamarle y pedirle que volviera.
La decisión estaba tomada.

^      _      ^

El lunes por la mañana, había decidido llegar más temprano de lo normal.

“Aqui no ha ocurrido nada. La vida sigue y tú sigues con el.” Me había repetido mentalmente todo el camino a la universidad.

Seung se había ido antes de la cena y yo había vuelto a llorar un mar. No había tenido el valor de encender el móvil y aún no lo hacía. Lo llevaba apagado dentro del bolsillo trasero de mis vaqueros.
Entre a mi salón de clases y me senté en mi lugar habitual. No había hablado con Yoandri para nada, y sabía que no podría extenderlo más. Llegaría el momento en el que tendría que contarle cómo me sentía y no estaba listo para ello.

Estaba tan inmerso en mis pensamientos que pegue un brinco del susto cuando algo cayó frente a mi, sobre mi pupitre.

Cuando alcé la vista, el corazón me dió un vuelco dentro del pecho. Joel Pimentel me miraba fijamente. Su expresión era completamente inteligible, sin embargo, su mirada lucía triste y cansada. Tenía un enorme moretón en el pómulo izquierdo y el labio inferior completamente reventado.

—¡¿Qué te pasó?!—me puse de pie de golpe, mirando su rostro, horrorizado.

Alcé mi mano para tocar su labio, pero me reprimi a mí mismo, cerrando el puño.

—No es nada—dijo cerrando los ojos mientras negaba con la cabeza.—. No te preocupes. Te he traído tu libro, Erick. Gracias.

Mire hacia mi pupitre y observé la portada desgastada y vieja de mi libro antes de volver a mirarlo.—Deberias de ir a que te revisen esos golpes, Joe.—susurre.

El me regaló una media sonrisa tensa. Una sonrisa que no toco sus ojos. Ni siquiera alcanzó a dibujarsele un hoyuelo.—Merecidos me los tengo. Gracias. Nos vemos.

Entonces, se giró sobre sus talones y se echo a andar fuera del salón. En la entrada, pude observar cómo se topaba con Yoandri, quien, a su vez, le dedicaba la mirada más venenosa que le había visto jamás.

Sin decir una palabra, Joel salió de aula. Yoandri me miró con clara preocupación.—¿Te ha dicho algo?—pregunto con suavidad.

—Me ha traído mi libro. ¿Qué demonios le paso en el rostro?—pregunte frunciendo el ceño.

Yoandri se mordió el labio inferior y suspiró.—Ivan lo golpeó cuando se enteró de todo.

—¡¿Qué?!—chille.

La molestia y el coraje comenzaron a abrirse paso dentro de mi pecho. Yo no quería que Joel tuviera más problemas por mi culpa.

—Ivan estaba molesto y Joel quería correr detrás de ti el sábado y... Bueno, Iván encontró una sola manera de detenerlo.—se disculpó.

—No debió golpearlo.—sisee enfurecido.—Joel no debetia haber peleado con Iván pori culpa. Yo...

Yoandri se limitó a mirarme con aprehensión antes de regalarme una sonrisa triste.—Lamento mucho lo que pasó, Erick.

Cerré los ojos con fuerza y masculle—No importa. Ya no importa. Vamos a superarlo.









Ola k tal ya vine japiniuyir


Blindly 2 »joerickWhere stories live. Discover now