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Mi corazón comenzó a latir a una velocidad inhumana e irregular, pero me obligue a tragar duro y aspirar aire lentamente.

—¿I-Iremos por el a su casa?—tartamudee y maldije en silencio por sentirme nervioso.

Yoandri hizo otra mueca de disgusto y disculpa y mascullo—Esta dentro del jeep. Pasamos primero por el porque quedaba de paso.

Mi corazón dio un vuelco dentro de mi pecho y, por un momento, me sentí perdido. Abri la boca para responder, pero no supe que decir, asi que volvi a cerrarla.

—Si no quieres ir, lo entiendo...—mascullo mi amigo, con la mirada entristecida.

Trague saliva, intentando decidir que seria lo mejor que podría hacer. Tenia tantas ganas de ir a aquella cabaña. Tenia tantas ganas de salir y despejarme. ¿Realmente iba a dejar que Joel Pimentel arruinara mis vacaciones?

—Ire—dije, en un segundo de valentía.

—¿De verdad?—note el tono de incredulidad en su voz, pero me obligue a sonreir.

—Si. Hace mas de seis meses que Joel y yo no somos nada. Ambos tenemos pareja ahora. Ya lo hemos superado.—dije, intentando convencerme de mis propias palabras.

—¿Estas seguro de esto?—volvió a preguntar.

—Completamente—dije y mostre mi mejor sonrisa.

Un suspiro aliviado salio de los labios de mi mejor amigo y yo sonreí suavemente antes de dirigirme al jeep. Ivan me  miro como si me hubiese vuelto loco, pero no dijo nada mientras me abria la puerta trasera para que entrara. Ni siquiera me digne a mirarlo mientras entraba. Sabia que si lo miraba, me acobardaría y saldría corriendo del auto.

Me tome todo el tiempo del mundo abrochando mi cinturón de seguridad, acomodando mi mochila y chaqueta en suelo del jeep antes de suspirar y mirar de reojo, en dirección a Joel, quien se encontraba sentado justo a mi lado en el reducido espacio del asiento trasero.

Llevaba los auriculares puestos y tenía la mirada perdida en un punto de la ventana. Pude observarlo cerrar los ojos con fuerza y tragar saliva antes de dirigir su mirada hacia mi. Sus ojos se clavaron en mi durante un momento eterno antes de sonreírme forzadamente y retirarse un auricular.

—Hola—saludo con su característica voz ronca.

Pude sentir un escalofrío recorrer mi espina dorsal pero me limité a sonreírle devuelta y saludar.—¡Hola!

—¿Cómo estás?

Yoandri e Iván subieron al auto, cerrando sus respectivas puertas.

—Bien—respobdí, porque era cierto.—¿Qué hay de ti?

—Tambien.

La pareja que nos acompañaba, nos miraba con cautela y nerviosismo, sin embargo, le sonreí a Iván  y bromeé.

—Mas te vale que ese lugar sea tan espectacular como lo describen o haré queme traigan de vuelta.

Noté como la tensión en el ambiente disminuía consideradamente e Iván me sonrió de vuelta mientras encendía el auto.

—Es un lugar fabuloso. Va a encantarte. Yoandri ya ha estado ahí, ¿Verdad cielo?

Mi amigo sonrió mientras encendía la radio. —¡Es maravilloso!, La cabaña tiene una vista espectacular y está cerca de el lago.

—Un lago que está congelado en épocas de invierno.—añadio Joel.

—¿Has estado ahí?—me giré hacia Joel, preguntándole con cierto interés.

—Muchas veces. La última vez que fui, me prometí a mí mismo que patinaria en ese lago.—me comentó sonriendo, dejándome apreciar sus hoyuelos.

—¡Yo he traído mis patines también!—chillo Yoandri emocionado.















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r e g r e s e  jjjj

Blindly 2 »joerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora