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-¿No es peligroso patinar en un lago?, nunca sabes que tan delgado puede ser el hielo-pregunté frunciendo el ceño.

-Eso es verdad-dijo Ivan-. Nunca he visto a nadie patinar ahí, debe ser peligroso.

-Ya lo veremos-dijo Joel encogiéndose de hombros.

Lo miré con horror, pero decidí no decir absolutamente nada. El resto del camino la pasamos escuchando música, charlando y bromeando. La sensación de alivio y seguridad fue instalándose en mi pecho. Saber que Joel y yo podíamos estar en un mismo lugar sin pelear, discutir y terminar jodiendo todo a nuestro paso me hacía sentir eufórico.

El frío de la montaña comenzó a helarme los huesos, así que decidí enfundarme en un abrigo. El lugar estaba a poco más de dos horas de camino y los paisajes comenzaron a cambiar, hasta que todo estuviese cubierto de blanquecina nieve. Yo estaba fascinado con el espectáculo.

La cabaña era espectacular. Estaba montada sobre una base de metro y medio de piedra labrada, y era completamente de madera. Había que subir una escalinata para llegar al pórtico, el cual tenía un lindo columpio colgante que asemejaba a una banca de madera.

La puerta principal era enorme y podía notarse que la cabaña era de dos pisos. Todo esto estaba en medio de un claro bañado de nieve y árboles desnudos de follaje.

-¡Es impresionante!-exclamé cubriendo mi garganta con una suave bufanda.

-Espera a que veas el interior-dijó Yoandri, guiñandome un ojo.

-¡Yoandri y yo pedimos la habitación principal!-gritó Ivan, corriendo escaleras arriba, cargando su maleta y la de Yoandri. Mi amigo corrió tras él, riendo a carcajadas.

-¡Maldito seas Ivan!-grito Joel mientras luchaba con mi maleta y la suya.

Colocó mi maleta en el suelo un segundo antes de tomar una caja de cartón y apilar la mía sobre la suya. Sin decir una palabra cargó el bulto y se echó a andar escaleras arriba.

-¡Oye puedo cargar mi maleta!-exclame corriendo tras el después de cerrar de un portazo el auto.

Joel me miró por encima del hombro con gesto exasperado y dijo- Ya la estoy llevando yo.

Abrí la boca para replicar pero Yoandri salió de la cabaña mirándonos de hito en hito.

-¡Apresurense! Ivan quiere que vayamos al pueblo a comprar provisiones-dijo sonriendo.

Pasamos el resto de la mañana y parte de la tarde en dm pueblo cerca de la montaña, comprando comida y cosas indispensables. Al volver a la casa estaba cayendo el poco sol que quedaba. Joel y yo caminamos hacia la cocina para guardar la comida mientras Ivan y Yoandri corrieron escaleras arriba directo al dormitorio que compartían.

-¡Dios son como conejos!-exclame con una mueca de asco al imaginar lo que estarían haciendo en cuestión de minutos.

Joel estaba vaciando las bolsas encima del comedor. Una sonrisa maliciosa se deslizó por sus labios y sacó algo de una bolsa, diciendo- Unos conejos sin esto...

Mire la caja que sostenía y abrí mi boca con sorpresa, era una caja de condones que obviamente Ivan había comprado, ya que nunca tenían relaciones sin protección.

-Sera mejor que salgamos de aquí antes de que se den cuenta-dijo tomando las llaves del auto mientras metía la caja de preservativos en uno de los bolsillos de su chaqueta.

Yo sin pensarlo dos veces, corrí tras el mientras bajaba a toda velocidad las escaleras.

Senti mi cuerpo helar al salir de la cabaña. Abrió la cajuela y tras unos segundos de rebuscar entre las cosas sacó un par de patines junto a otro más pequeño, el cual era de Yoandri.

-¿Vienes?-dijo lanzándome el par más pequeño.

-¿Qué?, ¿A dónde?

Joel se echó a andar por la nieve y gritó sin voltear-Al lago.

-¡¿Estas loco?!-exclame siguiéndolo.














Blindly 2 »joerickWhere stories live. Discover now