Las Llamas del Cielo ©

CAPITULO 2: Regreso

El silencio reina en la estancia, todas las miradas se concentran en mí, pero no me altero, mantengo mi mirada en el Nono, que me observa fijamente, decido evitar la mirada de mis Guardianes por el momento a pesar de que me atraviesan con ellas.

- Por favor, no os detengáis por mi culpa - digo de nuevo haciendo reaccionar a algunos, entrelazo las manos y las apoyo en mi rodilla preparandome para lo que se avecina

- Supongo que usted es el sucesor de Vongola, Sawada Tsunayoshi, ¿verdad? - dirijo mi mirada a quien deduzco que es el jefe de esa familia Arietti, Uni me dejo mucha información en el avión por lo que puedo reconocerlo.

- Si, efectivamente - contesto dirigiéndole una sonrisa cortés - usted es el jefe de la Familia Arietti ¿cierto?

- Así es - corrobora mirándome desconcertado, parece que no esperaba mi presencia aquí, bueno ni siquiera yo la esperaba así que... - me gustaría saber qué hace aquí...

- Vaya, no sabía que necesitase su permiso para regresar a mi hogar - contesto suavemente pero con un deje frío en mi tono con otra sonrisa mientras estiro la manga de mi traje, le veo tensarse.

- No me refería a eso, por supuesto - se apresura a decir, parece que es el único con ganas de hablar ya que los demas solo nos observan en silencio - pero me sorprende que haya aparecido aquí de repente, cuando estábamos hablando sobre su situación.

- Bueno, me llego la noticia de una reunión algo interesante que se iba a llevar a cabo y pense que era el momento de volver, no debe darle más vueltas - digo quitándole importancia, de repente su confusión parece disiparse y me mira con un brillo triunfal en su mirada.

- No quiero faltarle al respeto, Sawada-san - comenta dejando ver su satisfacción claramente, de echo, diria que todos en la estancia son conscientes de ella- pero, ¿espera regresar aquí después de dejar a Vongola sin su líder durante 5 años y que todo sea igual que antes?

- ¡Vaya! - exclamo fingiendo sorpresa y regreso mi mirada al Nono - ¿Acaso no ha estado el Nono en Italia todos estos años?

- Sí, pero...

- ¿Y acaso no es el líder de Vongola el Nono? - le interrumpo volviendo a mirarlo a el y viendo como su satisfacción se desvanece poco a poco, por el rabillo del ojo veo a Uni esconder una sonrisa - no recuerdo haber tenido ninguna ceremonia de sucesión, ¿no le estará quitando autoridad al Nono verdad?

- ¡No! - exclama nervioso, veo como se maldice internamente por reaccionar de esa manera a lo que sonrío amablemente mientras observo a todos en la mesa.

- Claro, esa no era su intención, después de todo, el Nono es el líder actual de Vongola y, que yo sepa, no hay ninguna norma en la que se especifique que el sucesor deba estar presente para ser considerado como tal ¿o sí?

No responde, solo se dedica a apretar la mandíbula sin más argumentos en la recamara.

- ¿Alguien más tiene algo que decir sobre este asunto? - pregunto amablemente paseando mi mirada por los jefes presentes, nadie se mueve o dice nada - Bien entonces, este asunto está cerrado, no se preocupe, Fabio-san, se hará la ceremonia de sucesión muy pronto para que no hayan mas malentendidos.

Me levanto de mi silla y mis amigos no tardan en secundar mi acción, lo que me hace sonreír y a la vez temblar debido a lo que se avecina.

- Con vuestro permiso, me retiro, tengo muchas cosas con las que ponerme al dia- y dicho esto salgo del cuarto con paso seguro.

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Aprieto los dientes con fuerza mientras observo a ese maldito crío irse tan tranquilo como si nada. No presto atención a los murmullos y susurros de los demás a mi alrededor, solo puedo pensar en que hacer ahora para conseguir el mando, porque ya sea por las buenas o por las malas, yo me haré con Vongola y la mafia.