Capítulo 7: Esto no es un juego

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Lucy y Ray tomaron unas armaduras ligeras, Ray decidió cubrirse con un saco azul oscuro y un pantalón negro junto con unas botas ligeras de gamuza color café; por su parte Lucy vistió un saco en tono café para cubrirse, un pantalón gris y botas ligeras de color negro. 

Aquellas preparativos eran para hacer su primera misión: proteger una diligencia con cosecha que entraría en zona de conflicto, aquella tarea era muy poca cosa para los generales, los caballeros y los maestros supremos. 

El viaje empezó, según contaba el cochero de aquél vehículo tirado a caballo, ese trayecto era largo y aburrido antes de la guerra, ahora sólo había que sumarle peligroso.

Se fueron en la tarde, cuando llegaba la noche se escuchó el sonido de un cuerno, de repente, alrededor de 50 sombras se dirigían hacia ellos. Ray dijo al cochero que diera la más alta velocidad a la que podían correr los caballos, mientras Lucy lanzaba una Ráfaga Mental que decidió transformar en Bombas Lumen.

Las siluetas pronto tendrían que pisar las bombas, cuando eso sucedió Lucy las activó y todo el terreno se iluminó. Pasados unos minutos, una voz llenó el interior del coche.

-Ya les hemos visto, Maestros Lumen- dijo en tono silencioso pero amenazante.

Aquello estremecía más a Ray, sabía que traer a Lucy aquí era ponerla en riesgo, pero ahora su arrepentimiento no podía arreglar nada.

A la mañana siguiente llegaron a un pequeño pueblo del reino vecino: Pyra. Se dirigieron a la plaza principal donde el cochero entregó la mercancía y recibió el pago por ella. Lucy y Ray caminaron un poco por la plaza principal donde vieron a un hombre vestido formalmente que enunciaba: -"viles y sucios Dorteremitas, no tienen el derecho a nada y ahora nos quieren hacer la guerra, ¡y nosotros que queríamos hacer un tratado de paz!, ni entre ellos se ponen de acuerdo, ya ven a la facción del Conde Silencious traicionando al Rey Lemitriv".

-Lucy, hay algo que nos ocultan en el reino- dijo Ray

-Ya me he dado cuenta- respondió Lucy

Mientras regresaban donde el cochero, vieron una turba enfurecida gritando:

-¡QUEMEN AL DORTEREMITA!- seguían mientras empujaban a una persona de piel grisácea, de 1.5 m de altura, con cabello negro tirando al azul, al parecer se trataba de una mujer con complexión delgada. 

-¡No lo hagan! yo tan sólo soy la mensajera del rey Lemitriv- dijo la mujer en un tono desesperado y angustiado

-Ella es de la especie de los Dorteremitas, quienes nos están haciendo la guerra, pero pronto los Maestros Supremos los eliminarán, de eso estoy seguro- dijo el cochero.

Lucy decidió quedarse callada, y Ray en sus pensamientos se atormentaba: -"¿Por qué no salvé a esa mujer?, yo solo podía contra toda esa gente, yo tengo el poder y el ingenio para acabar con eso, ¿Por qué me he acobardado?"- se repetía para si mismo. 

El trayecto de regreso fue tranquilo, sólo la mente de aquél muchacho estaba atormentada, Lucy si sabía el horror de algo así ya que era el experimento de los científicos de Tulpán, por ello decidió relajarse antes de terminar expulsando todo su poder ahí.

Ray aunque había combatido en algo que se podía considerar una guerra, jamás pensó que algo así ocurriría, pensó que en las guerras tan sólo los soldados se mataban entre si, no que la misma gente común y corriente tuviera odio contra aquellos inocentes que tenían la desdicha de pertenecer involuntariamente a la misma categoría que sus enemigos. 

-Jamás peleé con los buenos o con los malos, pero hay algo que tengo claro, si una causa sigue mi ideal, yo lucharé por ella, ya no importa lo que piensen y digan los demás- concluyó Ray...


Challenge parte 2: D x DWhere stories live. Discover now