{Seisei arukōru} «Soukoku»

Capítulo 7.

Chūya… De alguna forma cada día venir a verte provoca un vacío en mí. El vacío de no poder hablarte, ni tener el derecho de mirarte a esos ojos al cual se puede encontrar ese cielo del cual tanto ansiaba la libertad. Esos ojos azules que se han trasformado en tu propia tormenta. No hay noche que no me arrepienta de lo que hice, expecto de ponerte una bomba en el coche, eso admito que fue gracioso, pero pongamonos serios, bueno, poniendome serio.

No soy merecedor ni de estar en el mismo sitio que tú, ni merezco seguir vivo, soy un indigno de ser humano, y más indignante es que sea mi 5903 intento de suicidio y no este muerto aún.

Aunque muchas veces me pregunto… Chūya… Si consiguiera morirme, ¿me extrañarías o harias una fiesta? ¿O las dos?

Prometimos que saldríamos juntos de ese infierno pero nosotros solos nos hemos hecho nuestro infierno. Un infierno que congela hasta los huesos.

Y me parece que leíste la nota, porque ahora estas mas atento a lo que sucede al rededor.

Me he quedado demasiado delirando entre mis pensamientos. ¿Pero sabes que? Me encantaría decirte: "yo también te odio". Pero te quiero hasta más desde el primer día que intentaste ser mi amigo. Mejor no volveré a este sitio. Solo me lastimo. Encontraré alguna forma de matarme por el camino.