Capítulo 11

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Narra Eddie

Casi suelto un grito, cuando en el primer cubículo de cristal, me topo con un hombre muerto, del que le sale una especie de líquido verdoso.

Al tocar el cristal, el líquido se lanzó hacia mi cara. Del susto, caí hacia atrás.

Hice varias fotos, al igual que en el siguiente cubículo. Se trataba de una mujer, con la cabeza entre las piernas. Sujetaba con fuerza los tobillos, y tenía espasmos de vez en cuando.

Peté en el cristal para llamar su atención. Casi se me para el corazón cuando elevó la cabeza, y se me quedó mirando.

-Ally...

Metí la tarjeta en la rendija, pero la luz no cambiaba de color.

-Mierda, mierda, mierda, mierda,...

La tercera vez que la metí, comenzó a sonar una alarma.

-¡Oh, joderrrrr!

Escuchaba como se acercaban pasos apresurados. Me metí en uno de los cubículos vacíos, tratando de esconderme.

Las personas de largas batas blancas, chequearon el estado de Ally desde el exterior del cubículo del cristal.

Me metí en el grupo, y cogí una de sus tarjetas, y la metí en la rendija sin que nadie se diese cuenta.

Verde.

Pude ver sus expresiones de terror cuando el cristal se abrió.

No me dio tiempo a reaccionar. Ally se lanzó sobre el grupo, mordiendo y desmembrando a todo con el que se cruzaba.

Choqué contra la pared opuesta, mientras miraba horrorizado lo que estaba ocurriendo.

Todos estaban muertos. Traté de moverme sin que se diese cuenta.

Me cogió del tobillo, y me dio la vuelta. Se posicionó sobre mí, y me vomitó encima un líquido negro espeso, parecido a alquitrán. Se me metió por la boca y la nariz.

Ally se desplomó sobre mi pecho, totalmente cubierta de sangre.

Narra Deadpool

Me dolía el culo.

Me había pasado casi cinco horas sentado en la cama, tal y como Peter me había dejado.

No sabía como tomarme aquello. ¿Me había rechazado o solo jugaba conmigo?

Por la tarde iría de nuevo a su casa, para volver a quedar con él, y poder hablar.

Salí a dar una vuelta, para despejarme un poco.

Me hizo gracia ver un grupito de monjas reunidas en medio de la calle, así que me acerqué un poco, para escuchar de lo que hablaban.

Al parecer, hablaban sobre la "enfermedad" de la homosexualidad.

Me reí internamente.

-*Hey, no puedo ir a trabajar... Sí, amanecí gay otra vez*

Me reí yo solo justo detrás de ellas. Se me quedaron mirando. Alguna puso cara de asco al fijarse en mí. Una de ellas, se me acercó con cuidado, como si fuese a morderla.

Era la más joven del grupo, y rondaría los 40.

-Joven, ¿y usted como ve el sexo entre homosexuales?

-En HD y con la puerta cerrada.

Cuando lo entendieron, se espantaron. Salieron casi corriendo, maldiciendo toda mi estampa.

Ya me sentía algo mejor. Una chimichanga sería ma guinda.

Narra Eddie

Tenía que pensar como salir de allí, sin ser visto. Fijo que había cámaras por todos lados, y mi cara ya estaría en las memorias de varios ordenadores.

-*Cuídado*

Casi se me para el corazón al oír aquella voz profunda previniendo de todas partes y de ninguna.

Un hombre enorme me cogió por los hombros, y me dió un tremendo cabezazo.

-*Te lo dije*

Iba a volver a golpearme, cuando un brazo negro salió de mi tórax y agarró al hombre por el cuello. La lanzó hacia la izquierda, rompiendo varios cristales. No parecía querer levantarse de nuevo.

-*Sal de aquí. Vienen más*

Aquella voz me ponía los pelos de punta.

Salí de la misma forma de la que había entrado, solo que me despojé de la bata blanca y de las tarjetas, y las dejé en el baño. Salí como si nada.

Varios hombres trajeados recorrían el lugar corriendo.

-Muchacho.

Me puse alerta. Me giré dispuesto a noquear quien fuera aquel tipo. Era un hombre de cara risueña, vestido de azul y negro.

-Es mejor que salga de aquí. Todo su curso ha sido desalojado también.

-¿Qué ha pasado?

-Ha habido una fuga de gases dañinos.

Asentí como si me lo hubiese creído, y salí corriendo del edificio. Vi como el autobús se alejaba.

-Genial.

-*Dame de comer*

Miré hacia atrás, por si alguien me estaba hablando. No había nadie.

-*Dios mío... Me estoy volviendo loco*

Sentía un vacío en el estómago, por lo que paré a comer en un restaurante de comida rápida. Pedí casi de todo. Notaba como si me fuese a morir si no comía una ballena. Tenía demasiada hambre.

Comí hasta que el estómago no pudo albergar más comida, pero aún así sentía hambre. Quería ir a casa, y prepararme algo.

Recordé que había dejado la mochila con las llaves dentro, en el aula de la universidad.

Traté de regresar caminando, pero a medio camino, comencé a marearme. Acabé por desplomarme en el suelo.

-*Dulces sueños, Eddie*

Spideypool "Ven conmigo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora